La munición menos letal está cada vez más en boga entre las fuerzas del orden. Principalmente usados en escopetas, estos cartuchos presentan unas características y unos resultados muy distintos en función del uso que se les pretenda dar.
Según mi criterio no existe un cartucho “no letal”, ya que considero que en ciertas circunstancias pueden actuar como cartuchos letales, produciendo heridas de consideración e incluso la muerte. Por este motivo, deberían en realidad calificarse como cartuchos “menos letales” o “less lethal”, como ya se les denomina en los países actualizados en materia de cartuchos especiales y su aplicación táctica. Hay ciertos puntos oscuros que conviene pues aclarar antes de caer en una desgracia, producto de una negligencia por ignorancia no intencional por parte de quien dispara un cartucho supuestamente inofensivo.
La historia del hombre siempre ha estado acompañada de distintos episodios revolucionarios, en los que las revueltas y los disturbios han tenido un protagonismo especial. Antiguamente, para disuadir y calmar estas habituales escaramuzas, las fuerzas del orden se apoyaron en herramientas como bastones, látigos, perros, caballos, y en alguna medida picas, látigos y lanzas. Hoy en día, una manifestación o protesta pacífica puede “calentarse” con el transcurrir de las horas y terminar provocando daños materiales y a terceros. Esta situación obliga a las fuerzas del orden a actuar con firmeza para terminar con los problemas que ocasionan estas situaciones. Y aquí es donde comienza la aplicación de técnicas tales como la utilización del agua a presión, gases lacrimógenos de tipo variado, y cuando se requiere por considerarse necesario, se aplica el uso del arma de fuego con cartuchos menos letales. Otra situación donde el arma de fuego cobra gran importancia para tratar de dominar y recuperar el control es en los servicios penitenciarios, donde los hostiles son un verdadero peligro para los guardias y están decididos a todo.
Ahora bien, para sacar el máximo partido a las armas de fuego en estos escenarios hay que saber qué tipo de cartuchos existen, cómo sería su uso táctico y qué efectos pueden tener sobre el objetivo. Estas cuestiones, en muchas ocasiones no bien asimiladas, son las que terminan con un sujeto muy mal herido y en el peor de los casos muerto, con los consabidos problemas legales para el agente y el Estado. En muchas ocasiones, la necesidad de hacer desistir a un grupo de incontrolados justifica la intervención con un arma de fuego “less letal”. Esto implica lógicamente el uso de cartuchos especiales, con un nivel lesivo inferior al de los proyectiles de fuego real. El efecto pretendido con el uso de estos proyectiles especiales es la incapacitación inmediata, es decir, que no se permita al agresor lograr su cometido sin llegar a producirle un disparo mortal. La utilidad de estos cartuchos es todavía más amplia, ya que determinados animales enfurecidos pueden frenarse con este tipo de munición, evitando así provocarles su muerte.
Cartuchos más comunes para antidisturbios
A continuación, enumeramos los tipos de cartuchos menos letales más utilizados por las fuerzas del orden en su labor como antidisturbios:
Postas de goma: estos cartuchos, generalmente utilizados en escopetas del calibre 12, cargan entre 8 y 24 postas. Son los más populares y usados en todo el mundo, con un elevado efecto de acción psicológica y con un porcentaje de efectividad o concentración del 100% disparando a un blanco de 2x2 ubicado a 30 metros.
Mono posta: es un proyectil único, esférico, de caucho endurecido y que tiene un alto poder de parada. También posee un efecto traumático producido por el impacto de su grueso y sólido proyectil.
Nuevos avances en la materia
Rubber Rocket: proyectil con forma de cohete, similar a los populares Sauvestre para caza mayor. Fabricado con caucho, el Rubber Rocket permite ser utilizado en un rango de distancias de entre 10 a 75 metros. Con un peso de 115 grains, está entre las opciones más contundentes a la hora de incapacitar a un objetivo.
Power Punch: conocido como “beang bag”, se presenta como un pequeño saco o bolsa de 1,75x2cm con una carga de 410 grains. En su interior pueden almacenarse hasta 26 gramos de perdigón de plomo, lo que le convierte en una opción muy utilizada hoy en día por determinados grupos especiales.
Hornets Nest: similares a las postas, estos perdigones tienen un calibre medio de .308, cargando en un 12-70 una cantidad de 21 proyectiles de goma endurecida. Es un tipo de munición muy útil para situaciones que requieren contundencia y dispersión de impacto. Con los Hornets Nest se puede disuadir, sin altos riesgos de golpes fuertes, a distancias de entre 3 y 9 metros.
Tri-Dent: cartucho cargado con tres bolas de goma endurecida de 46 grains cada una. Este proyectil transmite una energía idónea para detener a un sujeto ubicado a una distancia de entre 10 y 25 metros.
Pepper Ball: Hoy en día, hasta en cartuchos de escopeta se está difundiendo el uso de gas pimienta, herencia de aquellos primeros cartuchos cargados con gas CS. Los cartuchos actuales cargan un gas pimienta menos nocivo y se adaptan mejor a las nuevas exigencias que cuestionan el uso del CN o CS contra personas. Estos proyectiles de pimienta son muy útiles para neutralizar a una persona incontrolada, aunque si lo que se busca es contundencia, no son tan eficaces como los proyectiles anteriores. Por lo tanto, se presentan como una opción más válida para crear confusión en el objetivo que para lograr su verdadera incapacitación.
Proyectil de 37mm: entre la variada gama de calibres usados en lanzadores de lacrimógenos y fumígenos, muchas empresas han incrementado su oferta con cartuchos cargados con un proyectil de goma. Esto todavía incrementará más la polivalencia del sistema de lanzagases que use cada unidad.
Proyectil de 40mm: como en el caso anterior, los lanzagranadas estándar de 40mm pueden lanzar proyectiles de goma con la misma finalidad que los sistemas anteriores.
TASER XREP: el XREP (Extended Range Electronic Projectile) es un cartucho desarrollado conjuntamente por las firmas TASER y Mossberg. Este sistema está basado en una escopeta especial que se alimenta con un proyectil equipado con cuatro electrodos en forma de púas, y que una vez impacta en el blanco se queda clavado sobre él. El proyectil produce a continuación una descarga sobre el blanco, incapacitando el sistema nervioso y muscular del sujeto.
Less Lethal prohibidos
Propulsores de granadas: se utilizan para expulsar granadas de humo y gas a través de una bocacha especial colocada sobre la escopeta. Estos cartuchos constan de la carga propulsora y un taco de corcho que impulsa la granada. Pueden usarse como último recurso, o como cartuchos de disuasión por medio del shock producido por el ruido del disparo.
Breaching Shotsells: cargan un proyectil frangible de 22 a 35 gramos aproximadamente y se utilizan para la ruptura de bisagras y picaportes en un asalto a una vivienda. Con una velocidad de 1.350 pies/segundo, a corta distancia son mortales, por lo que nunca deben emplearse como cartuchos menos letales.
Cartuchos Bengala: alojan y disparan un proyectil o cápsula con retardo y contenido pirotécnico. Su función es producir una luz para uso en emergencias, señalización por código de colores o iluminación de un sector. Nunca se deben usar estos proyectiles contra personas o animales, ya que producirían graves quemaduras en caso de impactos directos, así como heridas mortales a corta distancia.
Las armas usadas para disparar estos cartuchos son por regla general las mismas de dotación, sean de recarga manual o de acción semiautomática. Sin embargo, hay un punto que debemos tener en cuenta y que en muchas ocasiones pasa desapercibido. Y es que las escopetas semiautomáticas no expulsan las vainas usadas después de un disparo, por lo que tras cada disparo tendremos que abrir el cierre de forma manual para expulsar la vaina vacía y alojar un nuevo cartucho en la recámara. Por lo demás, estas armas requieren el mismo cuidado mecánico y las mismas medidas de seguridad que si estuviéramos disparando cartuchos de fuego real.
Identificación y código de colores
Antiguamente, el código de colores para identificar el tipo de munición estaba muy difundido a nivel mundial. Sin embargo, en los cartuchos de escopeta el tema ha ido variando en función del país fabricante de la munición. Por este motivo, y para evitar desagradables confusiones, conviene seguir algunas de estas advertencias:
-Antes de abastecernos de cartuchos, deberemos verificar nosotros mismo qué tipo de carga alojan los cartuchos recibidos, leyendo el rótulo de la caja o el cuerpo de la vaina y del culote.
-No intervendremos nunca con ambos tipos de cartuchos (menos letales y de guerra) en una manifestación, ya que por la propia excitación del momento podríamos confundirnos y provocar una muerte.
-Si por razones especiales estamos autorizados a llevar ambos tipos de cartuchos, tendremos que identificarlos uno por uno para saber qué tipo de proyectil vamos a disparar.
-Por regla general, un cartucho de guerra pesa más que uno menos letal, pero bajo estrés esta percepción desaparece y puede provocar un error fatal.
-Si usamos una escopeta con cargador de quita y pon, identificaremos con cinta verde los cargadores alimentados con cartuchos menos letales y con cinta roja los cargados con cartuchos de fuego real.
A la hora de disparar con cartuchos menos letales debemos evitar el disparo directo al cuerpo, y principalmente al rostro. Así, siempre será más recomendable disparar en dirección al suelo, alcanzando al objetivo a través de un efecto rebote. En casos extremos, podemos dirigir nuestros disparos a las extremidades inferiores, evitando el impacto en zonas genitales. Los profesionales que usan estas armas deben tener en cuenta que los disparos directos al cuerpo en un rango de 10 metros producen heridas considerables y graves en el rostro. Pero es que a menos de 10 metros, el efecto puede ser directamente devastador con un calibre 12, llegando producir heridas muy graves o incluso la muerte.
En cuanto a los efectos provocados por este tipo de munición, cabe destacar que si usamos estos cartuchos con proyectiles sólidos podemos provocar incapacitación inmediata en el sujeto. Esta incapacitación, unida al fuerte dolor provocado por los impactos, hará desistir a los agresores o forzará su retirada lejos de los agentes del orden. Por último, sólo espero que este pequeño trabajo sirva como guía aclaratoria para aquellos agentes que desconocían qué tipos de proyectiles menos letales existen en el mercado actual, así como los posibles efectos que pueden provocar.
Por último, en este enlace puden ver el vídeo de la prueba con estos cartuchos de munición menos letal: www.armas.es/videos.html?task=viewvideo&video_id=147