Del cartucho .38 Special se pueden hablar maravillas. Entre las numerosas alabanzas que cualquiera de sus usuarios le podría regalar, tal vez las más importantes sean que, posiblemente, se trate del calibre de arma corta más preciso del mundo. Eso o que, junto con el omnipresente calibre .22lr, tal vez sea la munición más utilizada por los tiradores noveles para aprender a disparar con precisión. Aunque como veremos más adelante sus orígenes son fundamentalmente de índole militar, con el paso de los años este tipo de munición ha ampliado su espectro de actuación, obteniendo una gran acogida entre los usuarios de armas de defensa personal o armas de último recurso (back-up). Como es lógico, y dadas sus excelentes prestaciones en tiro de precisión, también ocupa un puesto de privilegio entre los aficionados al tiro deportivo.
La primera aparición del calibre .38 Special en la escena internacional se remonta al año 1902. Esta nueva munición llegó al mundo de la mano de Smith & Wesson, quien atendiendo a los requerimientos del Ejército estadounidense tras la guerra de Filipinas (donde se demostró que el .38 Long Colt no tenía el poder de parada necesario), se lanzó a la aventura de desarrollar un nuevo calibre para las armas de dotación de las tropas norteamericanas.
A pesar de que dentro del estamento militar el .45 ACP al final le ganó la partida, el .38 Special o .38 S&W (en honor a sus diseñadores) pronto se granjeó el beneplácito de muchos miembros de las fuerzas del orden. En relación con el .45 ACP, conviene destacar que, así como este calibre siempre ha estado vinculado completamente a las pistolas, el .38 Special siempre ha ofrecido sus mejores resultados desde el tambor de un revólver.
Dada su excelente acogida entre los tiradores de todo el mundo, los grandes fabricantes de armas apostaron por diseñar revólveres preparados para disparar esta munición. Como es lógico, dado que fue su impulsora, dentro de este elenco la compañía de Springfield acaparó casi todo el protagonismo, con modelos tan emblemáticos como los de la serie J (revólveres con armazones pequeños).
El .38 Special se convirtió en el calibre más utilizado por los revólveres de uso policial desde finales de la Segunda Guerra Mundial hasta la llegada de las pistolas semiautomáticas y su inseparable 9mm Parabellum. Este hecho supuso el fin del reinado del .38 Spl como munición de defensa, aunque en los últimos años parece estar viviendo una segunda juventud gracias a la variante +P (carga aumentada). En este sentido, la última apuesta de Smith & Wesson en el sector de las armas de defensa, su nuevo revólver S&W Bodyguard, llega precisamente con esta carta de presentación bajo el brazo: admite cartuchos del calibre .38 Special +P, lo que mejora considerablemente la potencia y el poder de parada de esta centenaria munición.
Compatible con el .357 Mag
Como vemos, uno de los principales inconvenientes que siempre se le han achacado al .38 Special es su escasa potencia para ser utilizado como munición de defensa. Aunque ahora los más aficionados a los cartuchos “picantes” disponen de la variante +P, hace unos 70 años la casa Smith & Wesson decidió poner fin a estas críticas diseñando un nuevo calibre: el .357 Magnum. Este cartucho, nacido en 1934, es un evidente derivado del .38 Special. De hecho, externamente apenas se diferencian en que la vaina del .357 Mag es un poco más larga. Eso sí, dentro de la vaina del .357 cabe más pólvora, por lo que aun utilizando el mismo tipo de proyectil, un cartucho del .357 Magnum suele ser mucho más veloz que uno del .38 Spl. Y como se suele decir, “la velocidad es lo que mata” (en dos proyectiles del mismo diámetro, el poder de parada aumenta al mismo tiempo que lo hace la velocidad a la que vuela hacia su objetivo).
Dado que se trata de dos cartuchos con un diseño exterior casi idéntico, la munición del calibre .38 Special puede dispararse desde un revólver con recámara del .357 Magnum. Sin embargo, por motivos de seguridad, desde un revólver con recámara del .38 S&W, no se pueden disparar cartuchos del calibre .357 Mag. Esta compatibilidad en muchas ocasiones al calibre .38 Special, sobre todo entre los tiradores deportivos, quienes encuentran en esta munición mejores precios de compra (es más económica que la del .357 Magnum), menos retroceso después de cada disparo, y por lo general mayor precisión. Sobre este último aspecto habría que convenir que el .38 Special se presenta como un cartucho de baja presión, cuyos mejores resultados de precisión se obtienen con velocidades inferiores a los 250 metros/segundo y con proyectiles tipo “wadcutter” (punta chata).
A pesar de contar con más de un siglo de vida a sus espaldas, hoy en día el .38 Special sigue siendo una de las municiones más fabricadas y difundidas por todo el planeta. En este sentido, las grandes marcas del sector como Winchester, Remington, Federal, Magtech o CCI, entre muchas otras, producen múltiples variedades de este calibre. De punta hueca, con proyectil de plomo, con punta blindada, semi-blindada... la lista es tan larga como su trayectoria en el mundo del tiro defensivo y deportivo. Como vemos, la fama del .38 Special va mucho más allá de haber sido el calibre del mítico revólver Colt Detective Special, o de haber sido el triste protagonista del asesinato de John Lennon. Su popularidad obedece más a sus excelentes condiciones como munición de defensa y para tiro de precisión.