El calibre .270 Winchester no es sólo una de las municiones de caza más vendidas en Estados Unidos, sino que además sus propiedades balísticas resultan muy apropiadas para abatir a la mayoría de especies de la fauna española. Lalo Mandojana, uno de los cazadores más prestigiosos y respetados de Argentina, dijo de él: “menos lavar los platos, lo hace todo bien”. Pero Mandojana no es la única voz autorizada que ha echado flores al calibre .270 Win, ya que otros expertos armeros de notable reputación, como el escritor norteamericano Jack O’Connor, también le han dedicado grandes alabanzas. Así es el calibre .270 Winchester, una de las municiones más vendidas en Estados Unidos y cuyas propiedades balísticas resultan muy apropiadas para abatir a la mayoría de especies que habitan en nuestro país. Precisamente, entre los cazadores españoles es uno de los calibres más habituales, sobre todo en usuarios de rifles monotiro o de cañones intercambiables.
El .270 o 6.8x65mm nació hace cerca de 100 años. La casa Winchester lo diseñó en 1923 basándose en la vaina del popular .30-06 Springfield. En este sentido, casi podría decirse que la única diferencia entre el .270 Win y el .30-06 que utilizaba el mítico Garand M1 estriba en el cuello de la vaina, ligeramente más estrecha en el .270, lo que le permite utilizar puntas más pequeñas y con una trayectoria más veloz.
La primera aparición de este calibre en la escena internacional se produjo en el año 1925, vinculada al lanzamiento del rifle de cerrojo Remington M54. Desde entonces, su popularidad no ha dejado de crecer, llegando a convertirse en uno de los grandes clásicos de la munición cinegética. Equipado con puntas expansivas, su poder es devastador, siendo capaz de abatir prácticamente todo tipo de piezas de tamaño medio (corzos, rebecos, muflones, etc.), incluso en distancias de tiro considerables. Aunque como casi siempre, una adecuada colocación de la bala será el factor más importante para tumbar a la pieza, lo cierto es que con el .270 se pueden cazar desde los citados animales de tamaño medio, hasta las más pequeñas alimañas (varmint), una práctica muy extendida entre los cazadores de Norteamérica.
A pesar de su larga trayectoria en el sector armamentístico, el .270 Winchester sigue siendo hoy en día uno de los cartuchos más fabricados y con más ventas en el mercado internacional. En este sentido, las principales firmas disponen en su catálogo de productos de diversos tipos de rifles preparados para disparar esta munición: cerrojos, monotiros, palanqueros, semiautomáticos… cualquier acción es válida para este auténtico calibre “all-road”. Y es que su contrastada versatilidad le permite utilizar una gran variedad de puntas, con cargas que van desde los 100 hasta los 180 grains. A pesar de todo, los más comunes son los proyectiles de 130 y 150 grains, los cuales ofrecen un rendimiento balístico realmente excelente.
Un presente complicado
De cualquier forma, y a pesar de que las cifras y los resultados cinegéticos le avalan, actualmente el .270 Winchester ha perdido buena parte de su popularidad en favor de otros calibres más “potentes”. En España, la tendencia del mercado está empujando a cada vez más cazadores hacia el uso de calibres Magnum, dejando a un lado a otras municiones tradicionales que, durante tantos años, han ofrecido excelentes resultados. Sin embargo, calibres como este .270 Win o el .243 todavía siguen gozando de gran aceptación entre por ejemplo los aficionados a los recechos, quienes encuentran en este cartucho una munición más ligera que sus competidoras (sobre todo, el .30-06 o el .308), muy agradable de disparar, con una tensa trayectoria y con una precisión más que notable. En cualquier caso, el lanzamiento de nuevos rifles monotiro como los últimos presentados por la española Bergara (Apex y Scout) o el Outfitter de Ardesa, demuestran que, a pesar de la dura competencia de otros calibres más poderosos, el .270 Winchester sigue siendo un clásico de los montes españoles.
Otro de los factores que favorecen su uso masivo es su asequible precio de venta. Sin entrar en el terreno de la recarga manual, donde además de un notable ahorro económico se pueden optimizar los resultados balísticos de este calibre, una caja de 20 cartuchos del calibre .270 Wichester con proyectiles de 130 o 140 grains puede adquirirse en las armerías españolas por poco menos de 40 euros. Un precio razonable, similar al de otros calibres como el .30-06 o el .308, y que permite que el .270 sea una de las municiones que se ven con más frecuencia en las actividades cinegéticas de nuestro país.