El calibre .338 Lapua Magnum es uno de los más potentes del mercado. Una munición intermedia entre el .308 y el .50BMG que cada día cuenta con más adeptos.
En los primeros años de la pasada década de los 80, la comunidad armamentística militar se topó repentinamente con un importante problema. Vieron que el calibre .308 Win se quedaba “corto” y perdía precisión en disparos a larga distancia, sobre todo, a partir de 800 metros. Fruto de esta observación, y teniendo en cuenta que el siguiente paso en el escalafón de calibres era demasiado exagerado (saltar al .50 BMG), se vieron en la necesidad de diseñar un calibre intermedio entre el .308 y el .50 BMG. Fruto de estas investigaciones, en las que la industria armamentística estadounidense volvió a estar de nuevo a la cabeza, surgió un nuevo calibre con estas dimensiones: 8,60x70mm. Detrás de todo este proyecto, en el que como decíamos se buscaba crear un nuevo tipo de munición para disparos de precisión a una distancia en torno a los 1.000-1.500 metros, estuvo la compañía finlandesa Lapua. Ellos fueron los que finalmente perfeccionaron el diseño del nuevo calibre y desarrollaron el primer cartucho de lo que a partir de mediados de los 80 pasó a conocerse como .338 Lapua Magnum.
En principio, el nuevo .338 Lapua Magnum se concibió como una evolución del .416 Rigby, un calibre clásico dentro del mundo de la caza. De hecho, si comparáramos ambos cartuchos veríamos que ciertamente son bastante parecidos, aunque el .338 LM es un poco más corto y tiene el cuello más pequeño. En cualquier caso, y a diferencia del .416 Rigby, el .338 LM no nació pensando en un posible uso venatorio. Más bien al contrario, ya que todo su desarrollo y su posterior evolución siempre estuvo marcada por una clara influencia militar.
Hablando precisamente en términos militares, podríamos decir que el .338 LM se encuentra en el límite entre lo que sería un calibre “antipersona” y una munición “antimaterial”. Hasta su entrada en el mercado armamentístico, el calibre “antipersona” por excelencia era el 7,62x51mm. Sin embargo, muchos tiradores de elite de distintos ejércitos evidenciaron que para realizar disparos a largas distancias y en determinadas condiciones se requería un tipo de munición más potente. Así, el .338 LM demostró ser la combinación perfecta entre potencia y precisión para disparos de hasta un kilómetro, sobre todo gracias a su estabilidad y su densa trayectoria. Esto propició que algunas de las principales compañías armamentísticas del panorama internacional apostaran por este calibre para sus rifles de alta precisión. Fue el caso por ejemplo de la británica Accuracy International o de la finlandesa Sako, dos de las primeras firmas que lanzaron al mercado fusiles preparados para este calibre.
La cara más civil
A pesar de que como hemos comentado los orígenes del .338 LM están estrechamente ligados al sector militar, los tiradores civiles también han sabido apreciar las excelentes características de esta munición. Por un lado, los cazadores han probado sus facultades en rifles diseñados por firmas tan reconocidas como Mauser o Heym. Equipados con proyectiles como el famoso “Forex” o la “Boat tail”, los cartuchos del calibre .338 LM se han cobrado todo tipo de piezas de caza mayor en los últimos 20 años. Del mismo modo, los tiradores deportivos aficionados al tiro con rifle y mira telescópica a larga distancia también han encontrado en este calibre un perfecto apoyo para conseguir las mejores agrupaciones. En este caso, resultan muy populares los Sako TRG-42, ubicados asiduamente entre las primeras posiciones de estas competiciones deportivas. Respecto al tipo de munición utilizada por estos tiradores en dichas pruebas, una de las más extendidas es sin duda la Scenar Match con proyectiles de 247 grains, sobre todo entre aquellos tiradores que no son demasiado partidarios de la recarga.
Viendo su creciente aceptación tanto entre los estamentos militares como entre los tiradores civiles, otros fabricantes como Remington o Unique-FMR se han sumado a la moda del .338 Lapua Magnum y han fabricado algunos de sus rifles también para este potente calibre. Tal es el caso también de la alemana DSR-Precision, cuyo modelo DSR-1 en calibre .338 LM está desde hace algunos meses a disposición de los tiradores de elite del GEI (Grupo Especial de Intervención) de la policía autonómica catalana.
Otros datos de interés
Por lo general, el 8,60x70mm o .338 LM acepta cargas de entre 200 y 300 grains. Un cartucho de 250 grains con proyectil encamisado (FMJ) tiene una velocidad en boca de unos 915 metros/segundo, lo que nos da una idea de su tremenda potencia. Estas cifras, unidas a su alcance efectivo (por encima de los 1.000 metros), sitúan a este calibre entre los mejores colocados en lo que a tiro de precisión a larga distancia se refiere. Un cartucho con evidentes fines militares pero con un incuestionable atractivo para el tirador civil amante de las emociones fuertes.