A pesar de haber pasado muchos años, aún resuenan los ruidos del enfrentamiento y la intolerancia. Muchos son los que aplauden la normalidad, la integración y la convivencia pacífica en el norte de España. Cuestiones todas, vitoreadas y mostradas como un logro del sistema democrático, el poder judicial y el esfuerzo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Pero lo ocurrido hace poco en Alsasua (Navarra), nos retrotrae a los años 80 y deja ver, a poco que rasquemos, que el trasfondo del problema subsiste.
En esos años, nos encontrábamos en una guerra abierta y sangrante en toda la zona norte del país y concretamente, el lugar que nos ocupa Alsasua, un coto donde campaban los abertzales con prepotencia dañina.
Toda la zona de La Barranca (Alsasua, Echarri, Lizarragabéngoa y limítrofes Lecumberri, Leiza, Arriba, Goizueta, etc.), eran un vivero de terroristas y simpatizantes, pero han transcurrido poco más de treinta años y nuestra corta memoria nos hace creer que ya no existe el problema.
Y he aquí, que nos encontramos con el ataque a dos guardias civiles, francos de servicio, que pasaban una velada con sus novias, por parte de unos vándalos autodenominados “abertzales” (palabra que significa: amante de la patria, patriota, en vasco). ¿Alguien cree qué esos “patriotas” ejercieron como tales apaleando a cuatro jóvenes en inferioridad numérica?.
En realidad, bajo tan sonoro apelativo, se esconde una banda de radicales fascistas que lo único que buscan es desestabilizar la trayectoria de la normalidad y volver al enfrentamiento armado, de esa forma podrán vivir de la extorsión y el delito, como en su día, vivieron sus progenitores. En realidad todo lo comentado es fruto de la indignación que siento ante la pasividad de los dirigentes políticos, que permiten que estos hechos queden impunes y se repitan a diario en todo el País Vasco y Navarra. Hoy ponemos el grito en el cielo cuando alguien graba con su móvil una mala actuación policial. No seamos hipócritas y confesemos qué la mayoría de la gente de bien se indigna cuando esta manada de salvajes campan a sus anchas.
Sé que no está en mi mano acabar con estas tropelías, pero lo que tengo claro es que nunca tendrán mi apoyo personajes como el portavoz de EH – Bildu que lanza proclamas tan recurrentes como: “La Guardia Civil no tiene veracidad sobre estos hechos”. Señor Araiz, ¿Qué es para Usted veraz?, qué dos jóvenes y sus novias sean apaleados por una sarta de de salvajes y terminen en el hospital, ¿es un montaje?. Entonces entiendo que Usted será de los que afirman que: “las mujeres violadas, lo son porque provocan con sus pintas”. No sea cínico y reconozca que el motivo es claro y conocido: ERAN GUARDIAS CIVILES.
Señores “abertzales”, no busquen la confrontación, miren hacia atrás y podrán comprobar que ya perdieron esta guerra. Sean inteligentes y entren en el juego de la normalización democrática, seguro que ganaremos todos.
Y para Usted Señor Adolfo Araiz, sí en realidad pretende llegar a donde afirma: “La paz y la normalización”, háganos un favor a todos y reprima a esa jauría de descerebrados fascistas, que lo único que pretenden es la vuelta a tristes y luctuosos años.
Y no quiero terminar sin hacer una breve mención (breve pues no merece más), a un individuo de tres al cuarto: Willy Toledo, que afirma en un tuit:
Siento vergüenza de que este personaje haya nacido en un país como el mío y espero que las personas de bien, no colaboren en engordar a semejante primate acudiendo a sus obras o películas.