El Inspector Eugenio Martínez nos habla sobre 2 figuras que pueden suponer la diferencia en las Fuerzas del Orden: Jefe Vs Líder.
“La excelencia de un líder se mide por la capacidad de transformar los problemas en oportunidades” (Peter Drucker)
Las funciones del cerebro se ven disminuidas si nos encontramos bajo amenaza. Cuando sentimos la proximidad de un riesgo se activan los mecanismos de defensa y se puede concebir tanto la amenaza física como la psicológica.
El sistema límbico está formado por varias estructuras cerebrales que generan respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales, reacciona con enorme velocidad con el sistema endocrino y el nervioso periférico, sin necesidad de intervención de estructuras cerebrales más complejas y articula las respuestas posibles de huída o ataque, pudiendo llegar al bloqueo y la inacción. Partiendo de este principio de reacción fisiológica, podremos valorar la importancia de la figura del dirigente o jefe del grupo y llegar a establecer que la funcionalidad del individuo está muy condicionada por la figura de la jefatura.
Cuando el ataque psicológico o la amenaza del jefe se sufre puntualmente, se puede recuperar una relativa tranquilidad y equilibrio, lo que permite discurrir con alti-bajos profesionales, pero cuando el liderazgo se basa en abuso de poder generalizado esta situación cambia y puede llegar a cronificarse, generando en el individuo que la sufre una continua necesidad de defenderse y huir, de esta forma la actividad policial se complica tanto en actuaciones en la calle como en las relaciones con los demás miembros del grupo.
La válvula de escape que se suele utilizar ante este tipo de agresiones, por parte del jefe, pasa por críticas permanentes, poca predisposición a los cambios, falta de implicación en el trabajo y una continua actitud defensiva que aísla al policía dentro de su círculo laboral.
Cuando la figura del jefe se ve reforzada con el ímpetu del líder todas estas circunstancias cambian y se produce un efecto contrario en la organización policial, así se incrementa la participación en proyectos comunes, el compañerismo y la interrelación con el ciudadano con una mayor predisposición a la labor de seguridad y protección del mismo.
Diferencias entre Jefe y Líder
Si tomamos come referencia la definición de “Jefe”, tenemos que es aquél que tiene la autoridad o el poder sobre el grupo para dirigir trabajo o actividades, sin embargo cuando vemos la de “Líder” lo contempla como el que dirige y encabeza un movimiento social, político, religioso, cultural, etc., al parecer la diferencia es clara, pero en la realidad ambos conceptos pueden ser adoptados según el perfil y la actitud del que manda.
Uno de las diferencias entre ambas figuras el “cómo percibe cada uno su autoridad”, es decir mientras el Jefe cree que su puesto es un privilegio y que está investido de autoridad por este simple hecho, el Líder considera que es parte del organigrama del grupo y que su misión es guiarlo mientras se mantiene al frente, frases resumen:
• Jefe.- Aquí mando Yo y se hace lo que Yo digo
• Líder.- Yo puedo ser necesario e inicio el camino
La imposición de órdenes es propia del Jefe, mientras el Líder opta por ganarse la confianza de su grupo y permite la iniciativa en base al conocimiento y la suficiencia de aquellos a los que lidera.
El Líder es respetado y el Jefe temido, su argumentación varía en base a que el primero convence con el ejemplo y el segundo diserta largas parrafadas para convencer a los demás de lo que Él quiere que hagan.
A la hora de organizar el trabajo también existen diferenciadas formas y tendencias entre ambos:
• El Jefe utiliza una organización técnica y basada en el control y la supervisión jerarquizada.
• El Líder genera una organización creativa, dando ejemplo y asumiendo tareas comunes a los demás componentes del grupo, buscando la motivación y la ilusión de todos en el proyecto común.
El Jefe piensa que sus conocimientos y su gran preparación le han llevado a ocupar el puesto que desempeña, por lo tanto guarda secreto sobre los que conoce por miedo a que los demás puedan desbancarlo, sin embargo el Líder sigue un criterio pedagógico y trasmite sus conocimiento en bien del grupo, prevalece el todo al individuo.
El Líder mantiene una cercanía personal con su equipo conociendo sus peculiaridades e interesándose por su vida, mantiene una posición respetuosa con la faceta personal de cada uno. El Jefe se relaciona con el grupo de forma despersonalizada, mantiene la distancia personal y no contempla la faceta humana.
En los sistemas de trabajo el Jefe persigue una estabilidad de lo establecido, no permite aportaciones de mejora que provengan del grupo y mantiene así su posición dominante, mientras que el Líder busca el compromiso de todos, fomenta la creación de nuevos líderes que aporten renovación y mejoras al proyecto común diseñando planes compartidos y contagiando su ilusión por el proyecto y la determinación de llevarlo a término. La diferencia esencial entre ambos, es que mientras uno aspira a mantener una situación cómoda y aceptable el otro quiere que su grupo mejore y despunte, para ello marcha en cabeza y siempre utiliza la palabra” NOSOTROS”, mientras el otro abusa del término “YO”.
Cualificación de la Jefatura
Una vez vistas las diferencias esenciales entre ambos roles, podemos valorar criterios de acceso a estos puestos:
• En las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para la selección de los mandos se sigue un criterio selectivo, en base a oposición y formación académica, es decir: QUIEN QUIERE PUEDE.
Sí, en estos momentos habrá lectores, que según al Cuerpo al que pertenezca, me habrán entendido o no.
En Guardia Civil, por ejemplo, una vez cumplidos una serie de requisitos de acceso a la oposición a las diferentes escalas: edad, titulación, antigüedad, etc., cualquier miembro que se lo proponga puede ascender.
En realidad es relativamente fácil: horas de estudio, forma física, preparación psicológica y perseverancia en el intento.
• Ventajas de este sistema:
- Se genera una gran cantidad de mandos cada vez más formados, con una gran capacidad de estudio, más jóvenes y con ideas y expectativas nuevas.
• Inconvenientes:
- Se prima la formación intelectual con pruebas de conocimiento, idiomas y titulación, pero se desmerece la experiencia de campo, la antigüedad y sobretodo no se contempla adecuadamente la capacidad de liderazgo, de esta forma se consiguen numerosos JEFES pero pocos LÍDERES.
• El enfoque toma tintes diferenciales cuando hablamos de jefaturas de policías locales.
Mayoritariamente la Policía Local ha sido la guardia pretoriana de los diferentes alcaldes, al menos los jefes, por eso cuando cambian las corporaciones existe un gran movimiento de jefaturas.
Dentro de la policía local la promoción interna está muy condicionada, no a la preparación y la experiencia, sino a la afinidad de ideas políticas y amiguismos, de esta forma se pueden contemplar con mucha frecuencia agentes muy preparados que nunca promocionan.
Si en cuerpos como la Guardia Civil y su sistema de promoción hemos comentado que priman los jefes sobre los líderes, podemos imaginarnos qué pasa en otros cuerpos donde lo que prima es la afinidad y proximidad al cargo político de turno.
Como ser líder en policía local y no morir en el intento
Aunque “haberlos haylos”, como afirma el conocido aforismo gallego, no son una gran mayoría. Me refiero a los líderes en la jefatura de Policía Local.
El problema de la jefatura en este tipo de cuerpos, estriba en tener que hacer prevalecer el deseo de agradar del político a su electorado, sobre la implantación sistemática e indiscriminada de la norma legal, es decir si el infractor es un votante del partido no será bien visto que se le sancione. Además existe una normal discrepancia entre las peticiones de los subordinados y la necesaria gratitud del jefe a su mentor político.
¿Dónde radica el problema? En que este jefe no es un policía, es un político uniformado. Sí, aunque suene fuerte por desgracia en muchas ocasiones es así.
Entonces ocurre que cuando un jefe actúa y se comporta como un líder, entra en clara discrepancia con el pensamiento político de obtener votos de su alcalde y aunque se sienta valorado por su personal, deja de ser un medio para el político y con ello pierde la jefatura puesto que nombran otro cargo superior al suyo, más acorde a la ideología del apoltronado y que a su vez pasa a ser una barriga agradecida que nunca se pondrá de parte de la figura del policía.
Después de todo lo dicho es fácil comprender la dificultad de encontrar líderes en jefaturas de policía local:
-Primero por los sistemas de selección para llegar al cargo
-Segundo por los vaivenes políticos que hacen que a nuevo alcalde se busque nuevo jefe de su confianza
-Tercero porque, aún valiendo, se encuentra en la tesitura de que apoyar al grupo desencadena la caída en desgracia ante político, por esto muchos jefes, que podían ser válidos como líderes, pasan a ser dóciles miembros acomodados a conservar su estatus.