Por desgracia, no hace mucho tratábamos sobre el tema de las graves lesiones recibidas por un policía local, en ese caso se trataba de Juan Cadenas, policía local de Puerto Serrano (Cádiz). Lesiones que impiden que esta persona, pueda volver a su vida normal y que para más agravio se encuentra sumido en una lucha judicial para conseguir, lo que la mayoría consideramos que se merece: JUSTICIA.
Aún en pleno proceso judicial por los hechos anteriores, nos encontramos con la triste realidad de un hecho similar, algo que nos constata la impotencia ante una Ley permisiva y poco ejemplarizante para el delincuente.
En este caso, ha sido un compañero de Getafe el que ha sufrido la amputación de la primera falange de un dedo. Una pérdida que ha de dolernos a todos, no sólo a los que compartimos profesión, sino que debería alarmar a toda persona de bien, que entienda que en un sueldo no puede estar implícito la pérdida de un miembro o de incluso la vida.
Y sí, deberíamos hacer frente común en apoyo a esas personas que en su día a día, velan por nuestra seguridad, con más motivo deberíamos exigir que el legislador contemple la vía del endurecimiento de las leyes. Sí, porque no es culpa de poder Judicial que ese individuo campe libre por sus fueros, ellos aplican la ley y el dedo de un policía, no tiene la fuerza jurídica necesaria para mantener en prisión al agresor.
Visto esto es cuando deberíamos plantearnos, que en este país existe un procedimiento denominado INICIATIVA POPULAR LEGISLATIVA, (art. 87.3 y siguientes de la Ley Reglamentaría sobre la Iniciativa Popular) y que en base a esta normativa, desde el pueblo podemos promover una ley ante las Cámaras que proteja de forma real y efectiva a los garantes de nuestra seguridad, es decir que si nuestros votados dirigentes políticos no se preocupan por nuestra seguridad, quizá sea el momento de promover este tipo de iniciativas, para llegar a tener una ley que haga pensar al infractor que todo no sale gratis, y que atentar contra un agente de la autoridad tiene un coste, no sólo económico (Ley Seguridad Ciudadana), sino que entre en prisión y conozca los pormenores de traspasar la línea.
Lo realmente triste es que 24 horas después de perder parte de un dedo, el agente que sufre del dolor físico y moral de esta pérdida (tanto Él como sus familiares y compañeros), ve cómo el delincuente, borracho y agresor, se encuentra fardando de su gesta con sus amigachos.
En realidad necesitamos 500.000 firmas de gente de bien para promover esta iniciativa, la pregunta es: ¿alguien está interesado en llevarla a cabo? Y en caso afirmativo, ¿seremos capaces de movernos lo suficiente, como para conseguir medio millón de personas, que piensen que esa gentuza no pueda estar en condiciones de repetir sus tropelías, ni con policías ni con ningún ciudadano?
Ánimo al compañero y suerte a todos aquellos que lidian con delincuentes, leyes, políticos, juristas y demás.
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