El .41 Magnum, también conocido como .41 Remington Mag o .41 S&W en honor a sus creadores, es uno de esos excelentes calibres que, con el paso de los años, se ha ido viendo relegado a un inmerecido segundo plano. Este cartucho se engloba dentro del sector de los 10mm, municiones muy potentes diseñadas especialmente para ser usadas por miembros de las fuerzas del orden y por aficionados a la caza con revólver.
A pesar de sus indiscutibles cualidades balísticas, su popularidad ha ido decreciendo al verse parapetado por dos de los cartuchos más extendidos entre los usuarios de revólver: el .357 Magnum y el .44 Rem Mag. A medio camino entre ambos, el .41 Magnum prácticamente ha desaparecido de las plantillas policiales actuales y apenas se utiliza entre quienes practican la caza con arma corta (relegada a países cuya legislación lo permita). Aún así, aquellos que todavía disfrutan de sus características lo defienden con enfervorecida pasión.
Diseñado a mediados de la década de 1960, el .41 Magnum nació con un claro objetivo entre ceja y ceja: convertirse en el calibre de referencia de aquellos usuarios que buscaban un cartucho de potencia intermedia entre el .357 Mag y el .44 Rem Mag. Aunque fueron muchos más quienes intervinieron en su diseño, hoy en día se considera que los principales progenitores de este cartucho fueron los estadounidenses Elmer Keith y Bill Jordan. Ambos presionaron a Smith & Wesson y a Remington para que se lanzaran a la fabricación de este nuevo calibre, y finalmente consiguieron su propósito. Como suele ocurrir en la mayoría de estos casos, el .41 Magnum también apareció ligado al lanzamiento de un arma de fuego, concretamente al del revólver Smith & Wesson Modelo 57.
Se trataba de una versión prácticamente idéntica a la del clásico S&W Modelo 29, sin duda una de las grandes joyas de la corona de Springfield. De hecho, casi podría decirse que la única diferencia destacable entre ambas armas radicaba en el calibre (.44 Rem Mag en el Modelo 29 y .41 Mag en el Modelo 57). La insistencia de Keith tuvo como premio convertirse en el primer usuario en recibir las dos primeras unidades del S&W 57 en calibre .41 Magnum. Keith se llevó ambos revólveres a una expedición de caza por Alaska en busca del oso polar, y aunque no usó este calibre para abatir al gran oso polar, sí que empleó esta munición para cobrar 3 ejemplares de caribú.
Aquel Modelo 57 no fue el único revólver que Smith & Wesson lanzó al mercado preparado para disparar cartuchos de su recién patentado calibre. Apenas pocos meses después, también vio la luz el Modelo 58, un revólver con un armazón ligeramente más grande, miras fijas y un cañón de 4” (10,2cm). De esta forma, mientras Smith & Wesson aportaba su experiencia en el diseño de las armas, la casa Remington se encargaba de aplicar su talento en el campo de la munición. Y así es como surgió el primer cartucho nacido para este calibre: una “píldora” de 210 grains pensada inicialmente para la actividad venatoria.
Con esta carga inicial de 210 grains se registraron velocidades que oscilaban entre los 350 y los 450 m/s, dependiendo del tipo de punta con el que se montaba el cartucho. Hoy en día, las posibilidades de cargas se han multiplicado pudiendo encontrar fácilmente munición comercial con cargas que van desde los 170-175 grains hasta los proyectiles más pesados de hasta 250 grains. En este sentido, las principales firmas del mercado de munición, tales como Winchester, Remington, Federal o CorBon, continúan fabricando cartuchos con diversos tipos de puntas para el calibre .41 Magnum.
Del mismo modo, algunos de los más prestigiosos fabricantes de revólveres del mundo, como Smith & Wesson, Ruger o Taurus, siguen diseñando armas que se alimentan con este potente y preciso calibre. Dentro de esta producción destacan sobre todo los modelos 57 y 58 de la línea “Classics” de Smith & Wesson. Con precios que rondan los 1.000 dólares, estos revólveres equipados con un tambor de 6 recámaras y con cañones de 4 y 6 pulgadas (este último sólo disponible en el modelo 57), se presentan como una interesante opción para aquellos que buscan un arma tan precisa como las del alabado calibre .357 Magnum, y un poco menos potente pero más manejable que las del calibre .44 Remington Magnum.