El Reglamento de Armas de 1993, vigente en el momento en que se produjeron los hechos, indicaba de forma clara, la forma en la que un arma debía ser inutilizada, esto es en el caso de las pistolas, con fresado en recámara u obturación del cañón.
Al menos en toda la zona de Cataluña de forma sorprendente las intervenciones de armas de la Gurdia Civil no aceptaban la inutilización como indicaba la normativa y exigían a particulares y armerías que se inutilizarán las armas según el capricho del interventor de turno, pasando por alto lo indicado en la normativa y aplicando su criterio de una forma claramente prevaricadora. Esto es conocido por cualquiera que en su momento haya ido a una intervención de armas, al menos de la zona de Cataluña, a solicitar el certificado de un arma inutilizada con las operaciones que indicaba el anterior Reglamento de armas.
En su momento, nosotros (ARMINSE) éramos asociados al Gremio de Armeros de Cataluña (ACACE) y a la Asociación Española de Armerías (AEA). Sorprendentemente, ACACE no atendía nuestras quejas sobre este asunto, y apoyaba que las armas se inutilizaran más de lo reglamentariamente establecido por la normativa. De hecho, ACACE cuando salió la noticia de este tema no tuvo la decencia profesional de ni siquiera llamarnos y lo que más sorprende, que una asociación que se supone debe defender los intereses de sus asociados y sobretodo que se cumpla con la normativa, no lo hiciera.
En el año 2006, cansados de esta situación, se denunció este hecho a la Dirección General de la Guardia Civil (DGGC) a través de la AEA (Pedro Morrás). Y como no podía ser de otra manera el Coronel Bayona, entonces interventor Jefe de la ICAE, ordenó a toda la zona de Cataluña, y más concretamente a la Intervención de Armas de Sant Andreu de la Barca (Barcelona,) que se cumpliera estrictamente con lo indicado en la normativa. Ya os podéis imaginar cómo sentó esto por aquí….
En esas fechas, y aunque la normativa no lo contemplaba, se acordó con el Teniente Coronel Jefe Interventor de Armas de la zona de Cataluña que se le informaría de las ventas realizadas de armas inutilizadas: tipo de arma, calibre, nº de serie etc, así como los datos del comprador. De las 75 armerías aproximadamente que hay en Cataluña, Arminse y otra armería fueron las únicas que informaron periódicamente de estos datos. O sea, que desde finales del año 2005 la Guardia Civil conocía los datos de los compradores de armas inutilizadas vendidas por Arminse, fruto de la colaboración que prestó Arminse a la Guardia Civil, más allá de lo reglamentariamente establecido para que pudieran llevar un control de las mismas.
En Julio de 2009, después de casi un año de investigación, la Guardia Civil acusó a Arminse de introducir en el mercado negro más de 3.000 armas cortas, noticia que causó un gran revuelo en el sector y que coincidió casualmente con la apertura de las nuevas instalaciones de Arminse.
De la armería se llevaron 80 armas reglamentariamente inutilizadas y cada una de ellas con su correspondiente certificado de inutilización. No tardó ni un día en salir la noticia en diversos medios informativos, con fotografía de las armas inutilizadas acompañadas de sus correspondientes certificados de inutilización completamente legales que se nos requisaron.
En junio de 2014, se celebró el juicio y como no podía ser de otra manera se saldó con la libre absolución no sólo de nosotros, sino de todos los clientes que venían siendo acusados, ningún condenado en el juicio.
Ante esta situación, sólo nos cabe hacer una pequeña reflexión:
¿De qué nos ha servido colaborar con la Guardia Civil más allá de lo reglamentariamente establecido?
¿Qué hacía la Guardia Civil con los datos que Arminse les aportaba?
¿Quién restaura el daño y perjuicio causado a la imagen de Arminse y sus propietarios?
Desde luego, todo lleva a pensar que ha sido una operación absolutamente vindicativa contra Arminse por el hecho de denunciar que se cumpliera con lo indicado en la Ley. Este debe ser de los casos de mayor gravedad y más injustos que sufre algún miembro de este sector. Estamos convencidos.
Armería ARMINSE