Esta importante decisión aumentaba considerablemente el número de armas y modelos guiables con esta licencia especial, la cual permite poseer un arma de fuego histórica presentando únicamente el DNI. Gracias a este adelantamiento en 20 años de la fecha máxima, varias reproducciones y réplicas de armas históricas fabricadas en la actualidad, como los populares revólveres Uberti 1873 Cattleman y 1875 Schofield han experimentado un notable aumento de ventas entre los coleccionistas y aficionados a las armas históricas de nuestro país. Sin embargo, toda esta loable situación, pensada en un principio para poder poseer en perfecto estado de revista y de forma completamente funcional estos pequeños pedazos de la historia armamentística, ha acabado despertando nuevamente esas eternas suspicacias que viven en la mente de quienes regulan la tenencia de armas de fuego en nuestro país.
Así, la primera pega o inconveniente tras la aprobación de esta medida llegó con el tema de la munición que alimenta estas armas. Tal y como recoge el vigente Reglamento de Armas cuando habla de reproducciones actuales de armas históricas, estos revólveres sólo se deberían poder alimentar con calibres que ya existieran también antes del año 1890. Dentro de este apartado quedan englobados por tanto los cartuchos del calibre .45 Long Colt y del calibre .44-40, ambos nacidos en 1873 y que actualmente se comercializan como munición metálica de fuego central. ¡Menudo problema para los que legislan!, ¿cómo es posible que un ciudadano pueda tener en su casa un revólver de nuevo cuño basado en un modelo histórico y pueda comprar munición metálica para alimentarlo con sólo presentar su DNI y tener en vigor la Autorización Especial? Algunos ya empezaban a tirarse de los pelos… Por suerte, en todo este tiempo que llevan comercializándose esta armas no ha habido ningún suceso relacionado con su mal uso, y quienes han adquirido estos revólveres con su licencia AE se han limitado a usarlas deportivamente en alguna tirada de club de armas históricas, o simplemente a sumarlo a su colección particular. Pero he aquí, el segundo problema, más reciente y que empieza a dividir a los propios usuarios, ya que una vez más vuelve a surgir el inagotable debate del uso de las armas: ¿deportivo o de colección? Bajo nuestro criterio, que cada uno utilice su revólver guiado en AE para lo que le venga en gana. Para tenerlo decorando la vitrina de su salón, o para participar en tiradas de Cowboy Action Shooting. ¡Qué más da!, lo importante es que todos unidos hemos conseguido poder guiarlas al ampliar la fecha máxima a 1890. ¿Por qué vamos a dividirnos ahora? Parece que nunca aprendemos.
EDITORIAL del nº51 del periódico Armas.es, Edición Impresa (Diciembre 2013 - Enero 2014)