Hemos asistido perplejos a dos ataques injustificados contra la actividad venatoria. El más sangrante, no tanto por lo sorpresivo como por lo realmente absurdo, ha sido el que ha salpicado a una joven belga cuyo contrato de modelo con una prestigiosa firma de cosméticos se ha cancelado al encontrar en su perfil de Facebook (si todavía queda alguien que no sabe bien qué es esto de Facebook, recordamos que es la mayor red social de Internet, donde se comparten generalmente fotografías), una imagen de la joven señorita junto a un animal abatido en una cacería. La empresa francesa de cosméticos, que curiosamente había reclutado a la joven Axelle Despiegelaere tras haberla “descubierto” durante la Copa del Mundo de fútbol de Brasil (la chica animaba a su selección belga y fue captada por varios fotógrafos internacionales), se preparaba para llevar a cabo su trabajo como modelo en esta empresa cuando de forma inmediata se decidió cancelar su contratación por tan arbitrario motivo. A decir verdad, la firma de cosméticos no facilitó las razones que llevaron a suspender su vinculación con la guapa Axelle, aunque tampoco negó que el motivo fuera la publicación de esta foto de la precoz modelo junto con un trofeo de caza mayor.
Casi de forma coetánea, algo similar le ocurrió a otra joven, en esta ocasión estadounidense y conocida por su trabajo como animadora de un equipo texano, Kendall Jones, contra quien se inició una recogida de firmas digital en Facebook para que la red social cancelara su perfil y eliminara sus imágenes con animales de caza mayor. ¿Qué está sucediendo?, ¿acaso la caza no es una práctica legal, perfectamente regulada, y que además supone una importante fuente de riqueza y empleo para muchos sectores?, ¿por qué hay que avergonzarse o esconderse de una actividad tan reputada e histórica?
De nuevo, volvemos a sucumbir a la dictadura de lo políticamente correcto y a rozar la ridiculez, tal y como sucedió hace algunos meses con las imágenes de las Falleras mayores de Valencia empuñando un revólver en la galería de tiro de la Policía Local de la ciudad (editorial nº 53).
Para colmo total de la estupidez de los “anti caza” y ultras animalistas, también durante el pasado mes de julio, el bueno de Steven Spielberg tuvo que sufrir los ridículos ataques de estos colectivos al publicar en su perfil de Twitter (otra red social similar a Facebook) una imagen de su rodaje de la película “Parque Jurásico”, en la que aparecía junto a un Triceratops de cartón-piedra. “Asesino”, “cómo eres capaz de matar a un animal tan bonito”, o “Spielberg ahora me das asco” son solo algunas de las lindezas que numerosos ignorantes acompañaron a la foto del oscarizado director estadounidense. De nuevo una situación esperpéntica que, junto con las citadas de las dos jóvenes cazadoras, vuelven a demostrarnos que la ignorancia es muy atrevida y que la caza sigue teniendo muchos enemigos. Cazador, alerta.
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