A partir de ahora, si quiere visitar la isla de Svalbard, en Noruega, tendrá que llevar un arma de fuego.
Este puede ser uno de los escasísimos lugares del mundo –junto con la localidad estadounidense de Nucla (Colorado)– en el que tal equipamiento es, no ya opcional, sino obligatorio. De hecho, si no puede, quiere o sabe manejar un arma de fuego, deberá estar acompañado por una persona armada que sepa cómo hacerlo: “Si los turistas no pueden o no son lo suficientemente competentes para manejar armas de fuego, tienen que contratar a un guía que lo sea”.
Los aficionados a los documentales sobre naturaleza de La 2 de Televisión Española ya habrán imaginado el motivo de tal normativa y es que Svalbard es famosa por ser punto de visita para muchos osos polares.
La normativa fue directamente inducida por un trágico suceso ocurrido en 2011 cuando un niño fue atacado y falleció por el ataque de un oso en un camping. El animal causó también heridas a otras personas. Lo peor del caso es que el responsable del lugar tenía un Mauser, pero no sabía cómo utilizarlo correctamente. Finalmente alguien suficientemente competente tomó el rifle y mató al oso polar, aunque el daño ya estaba hecho.