La Generalitat Valenciana ha autorizado recientemente la caza de cabras hispánicas con sarna detectadas en Els Ports toda vez que en territorio tarraconense se han sacrificado cerca de 40 ejemplares con esta patología desde el pasado mes de diciembre.
Ante el avistamiento de algunos ejemplares con síntomas compatibles con sarna sarcóptica, Medio Ambiente de Castellón ha decidido contar con los cazadores para evitar en lo posible que el brote se extienda en su territorio en una medida de prevención, si bien no hay confirmación de que tal enfermedad esté afectando al territorio castellonense.
No obstante, es bien conocida ya la necesidad de actuar con inmediatez y tener los operativos preparados, pues la sarna, a través de su vector de transmisión –el ácaro o arador de la sarna– es muy contagiosa y una vez fuera de ciertos límites es difícilmente controlable.
Se trata de una medida que venían solicitando cazadores y ganaderos por el riesgo que supone de contagio para los animales domésticos, que comparten los mismos pastos, y también por el temor a que la población de cabras hispánicas quede diezmada y hunda la actividad económica que supone en Els Ports.
En cuanto al procedimiento que seguirán los cazadores que avisten un animal enfermo, desde la Federación de Caza informaron de que el protocolo "permite que en cualquier coto que tiene la cabra como especie cinegética en su plan técnico pueda abatir un ejemplar con sarna, independientemente del día de la semana y de la hora". Cuando esto ocurra, añadieron las mismas fuentes, "los cazadores llamarán a los agentes medioambientales, para que tomen muestras, y el caso pasaría a la Conselleria".
La enfermedad que padecen estas cabras es una infección parasitaria que afecta a los mamíferos y está provocada por el ácaro Sarcoptes Scabiei. Afecta, principalmente, a la piel de los animales deshidratándola y formando escamas y cortezas. Con el tiempo acaba provocando su caída y el animal muere. Es extremadamente contagiosa: sólo es necesario un mínimo contacto con la piel de un ejemplar infectado o que compartan alguno de los lechos para dormir. Por ello, sólo los animales extraordinariamente sanos y genéticamente mejor dotados tienen posibilidades de sobrevivir y superarla.