Quería un hijo y lo tuve y aún antes de saber si serías niño o niña, la habitación ya estaba pintada de azul y ya tenías tu pequeña escopeta del .410... La ilusión siempre es impaciente y hace algunas tonterías que sólo tus iguales pueden entender.
También pedí varias cosas más... Y las tuve; pero después descubres que no todo lo que quieres es lo que que te conviene, aunque creas firmemente que lo necesitas.
Así que me prometí no volver a escribir mentalmente ninguna carta más a los Reyes Magos... Y como durante muchos años nada he pedido, nada nuevo he recibido.
Tampoco este año esperaba nada para mí pero me he encontrado con un regalo inesperado: he recuperado las ganas de salir cazar. Lo hago con mucha menos impaciencia que cuando era un chaval, pero también mucho más motivado. Posiblemente este detalle se te haya pasado por alto porque, a pesar de la ilusión, mantengo ese tono arisco en mi voz (que parezco un arriero hablándole a una mula terca). Tampoco creo que llegues a adivinar la razón de esta especie de "resurrección" (no, no es la culata nueva de la escopeta ni el visor nuevo del rifle).
Cuando tenía 15 años cazaba con tu abuelo, igual que ahora tú lo haces conmigo.
Desde entonces ha pasado mucho tiempo y creía haber olvidado cómo eran las cosas hace ya 33 años (¡media vida!). Pero los recuerdos son pequeños objetos (¡canallas!) que se van quedando arrinconados en las esquinas más oscuras de la memoria.
Ahora, al cazar contigo hay destellos que iluminan fugazmente esos rincones y que me permiten ver con claridad aquellas pequeñas cosas (Serrat sabía lo que cantaba).
Te sorprendería saber lo parecidas que fueron mis vivencias a las tuyas y cómo tu forma de aprender y de equivocarte sigue el mismo camino y pisa exactamente por donde ya pisé (no sólo en la caza). Pero mira que ese camino continúa, nunca se acaba.
El album de fotos de caza que tienes ahora en tus manos es un libro abierto para que lo completes; para que los recuerdos no se pierdan del todo y cada paso deje su huella sin que el viento del tiempo las desdibuje hasta hacerlas desaparecer. Y es que un hombre existe no sólo mientras vive, sino mientras se tiene memoria de él.
Este album es tu libro y tú terminarás de escribirlo, espero que dentro de muuuuuchos años; pero soy yo quien comienza a escribirlo, de la misma manera que mi padre –tu abuelo– comenzó mi "libro". Igual que el "libro" de tu abuelo lo empezó tu bisabuelo... Y así durante generaciones.
Creo que no soy el único que asegura que uno nace cazador heredando esa característica como cualquier otra de la fisonomía; así que no olvides que llevas la herencia de tus ancestros y hazte digno de ellos no sólo en la caza sino en cualquier cosa que acometas en esta vida.
Respeta a los animales, pues a su forma de resistirse debes una pasión que les cuesta la vida.
Y sobre todo no olvides que si dejas que la caza llene tu existencia, no quedará sitio para otras cosas que son mucho más importantes y que aunque ahora no lo creas, te resultarán igual de apasionantes.
5 de enero de 2013, víspera de Reyes