Me ha llegado la noticia por teléfono. Supongo que un poco tarde porque en agosto salvo las noticias sobre la prima de riesgo y el bono alemán, los derechos de los etarras (que no respetan derechos) y los incendios forestales nada parece conocerse al día.
Pero no, lo que ha hecho Rafa es algo que no por darse con cierta frecuencia y sobre todo en el Levante debe quedar relativizado. Yo encuentro que un tío que se presenta con su pistola en otro país y hace lo que han hecho otros y ahora ha hecho él es extraordinario.
Rafael ahora va a ser un tirador conocido, pero para nada es nuevo en nuestro mundo. Tengo un recuerdo muy vivo de sus primeros días en el Tiro Olímpico. Ganas de aprender, cualidades, categoría humana, una sencillez ... ya era campeón del mundo como persona. Empezó a ganar pronto, no podía ser de otra manera. Y el hombre sencillo seguía ahí. Era de los mejores de 9 mm y Fuego Central. Digo de los mejores, eh?
Un día me lo encuentro con un mazo y una pistola apoyada con el cañón apuntando hacia arriba. Pensé que se había cansado de ganar y buscaba otras emociones. Hay tiradores que se enganchan a la pólvora negra; hay química entre ellos. Otro día me invita a pegar unos tiros; ahora que lo pienso, quizá con la pistola con la que ha ganado en Alemania ... el fetichismo aquí no es poco.
Pues nada, otro Campeón de Mundo. ¿Qué fácil se dice, verdad? Pues sin ánimo de polémica ... pero no puedo dejar de hacerme una reflexión. Creo que en los cuatro años que van de los Juegos Olímpicos de China a los de Inglaterra los tiradores españoles han conseguido tantas o más medallas de nivel europeo y mundial que todos los demás deportistas españoles en Londres juntos. Motivo de reflexión.
Enhorabuena, monstruo.
Saludos.
JW.