Cómo se lleva un rifle al hombro es un capítulo distinto de cómo afecta físicamente el disparo al tirador, pero según sea la adaptación hombre/arma así puede mejorar o empeorar el efecto del tiro. El tirador puede aprender y desarrollar un modo de recibir el retroceso pero en buena parte ello dependerá de las características del arma.
Lo primero primero, porque del agarre derivan otras cosas. Uso la palabra agarre como genérica para pistola y arma larga. Hoy me voy a centrar en el de rifle. De escopeta me van a perdonar que acabe no diciendo nada porque no es mi campo.
El arma larga tiene cuatro puntos de apoyo. De dentro hacia fuera: hombro, cara, mano fuerte y mano de apoyo.
Conviene recordar que cuando subimos el rifle hacemos exactamente eso: subirlo. Es el rifle el que sube a la cara y no la cara la que baja al rifle. Si hacemos esto último recibimos el tiro más en linea con la espalda cuanto mas exageramos la postura y menos en perpendicular al torso. El retroceso busca la clavícula. Esto es lo que le pasa a un tirador en posición de tendido, tanto mas cuanto más potente es el calibre que emplea, porque lo recibe recto con el cuerpo y el cuerpo soporta eso peor. Además, con ese gesto también tendemos a adelantar el hombro del brazo de apoyo y atrasar el fuerte, agrandando el ángulo de la línea de los hombros con la línea de tiro, con lo que se recibe el retroceso en ángulo y no de frente; el resultado puede ser un corte de visor en la ceja, como poco. En cuanto a la vista, con ese gesto el ojo se alinea con las alzas o el eje del visor en el cuadrante NW y cuanto más exagerado más forzado queda; ello se complica si el tirador usa gafas porque podría llegar a interponerse la montura o incluso salirse de la lente. Interesa saber que cuanto más esquinado se mira, a un lado o a otro según sea rifle o pistola, más deformadas se ven la parte superior del punto y el ras del alza, porque pierden los ángulos rectos, sobre todo el punto; en esto hay escuelas, y algunos preferimos que los rifles de caza lleven punto en tablón en lugar de bola.
Para el contacto culata/hombro ayuda levantar el brazo fuerte en ángulo recto con el cuerpo y paralelo al suelo. De ese modo se crea un alojamiento para la cantonera y se pone límite a su escape hacia fuera del hombro. Queda entre la clavícula y el músculo y el arma cerca de la cara, con lo que además se disminuye el riesgo de bajar la cara a buscarla. Algunos tiradores tienen los hombros tan anchos que la culata queda bien alojada y pueden tirar con el codo bajo o incluso pegado al cuerpo. Bien, pero como tienen tanto margen puede que acaben buscando el arma con la cara. En esta posición el culatazo, mucho o poco, se recibe perpendicular al cuerpo y éste puede ceder mejor y absorberlo; cuanto más potente el cartucho y/o más ligero el rifle más se nota el beneficio. El tirador además ha de aprender a "rodar" con el impacto. Boddington comentó una vez que si eso se hace bien permite expulsar y alimentar/acerrojar en el lapso que va del impacto al reencare; eso en casos de extrema habilidad llega a hacerse con auténtica rapidez. Un cerrojo suave como el de mi Sako 75 me ha permitido entrenarlo y de verdad que se gana tiempo con la práctica.
Lo que pase con la mano fuerte es mucho más importante de lo que parece. Una cosa es el tiro de batida, rápido por definición y otra el de precisión o rececho. La primera consigna para mí, y creo que no es cuestión de escuelas, es que el dedo pulgar no abraza la garganta del rifle sino que se sitúa en línea con la cabeza del cerrojo o incluso fuera, del lado del brazo del cerrojo. Este es un agarre que en batida o montería no se ve por diferentes motivos que no voy a comentar ahora. Pero recuerdo que en la primer escena de la película "Man Hunt" también conocida como "Rogue Male" se ve en primer plano al actor hacer eso tan ortodoxo apuntando a Hitler (lástima que sólo era una película, por cierto). Lo que ocurre cuando abrazamos la garganta con el pulgar es que se la atenaza y se tiende a retorcer el rifle hacia un lado u otro, igual que unos cruzamos las manos con un pulgar por arriba del otro o al revés. Con el pulgar en línea eso se atenúa.
Yo siempre digo que la mayoría de los rifles tienen la garganta o el pistolete demasiado fino y falto de madera. En mi caso es una deformación, positiva creo, del tiro con pistola, pues un moño de un arma de competición bien adaptado es tan esencial como la teja o la medida adecuada de contorno de la empuñadura. Por eso agradezco que el pistolete de un rifle tenga material que me llene el hueco de la mano. Los que no lo llevan, pues ... sencillamente tienen pocas probabilidades de vivir conmigo. Es algo muy personal y puede que no todo el mundo lo sienta así. Pero yo siento que tiro mejor con los rifles que lo tienen.
En la próxima entrega, la cara y la mano de apoyo.
Saludos.
JW.