y que, bajo nuestro punto de vista, reúne algunos de los factores que al final siempre acaban por enganchar a los tiradores. Es adictiva, compleja de dominar, de fácil accesibilidad… pero sobre todo es “democrática”. Nos explicamos.
Paralelamente al auge de la F-Class R, veníamos observando un cierto descontento entre muchos tiradores que practicaban la originaria F-Class. El principal motivo de esta desazón estaba directamente vinculado al importante desembolso y a la enorme dedicación que esta disciplina exige a todo aquel que quiere posicionarse en los primeros puestos de cada tirada o competición. La máquina (por el rifle) desempeña en este tipo de pruebas un papel fundamental, y aunque equiparte con la mejor máquina del mercado no sea una garantía total de éxito, sí que te ofrece una importante ventaja competitiva con respecto al resto de tiradores.
Por este motivo, quienes desgraciadamente no podían adquirir estos galácticos rifles, casi siempre se veían obligados a conformarse con un papel secundario en las competiciones, incapaces de aspirar a ocupar, aunque sólo fuera por una vez, los deseados puestos de privilegio. Esta frustrante sensación ha provocado que durante los últimos tiempos muchos de los que se iniciaron hace algunos años en esta disciplina hayan tirado la toalla, bien por la citada desidia o bien por una evidente incapacidad presupuestaria para intentar llegar a lo más alto. Por este motivo, la entrada en escena de la F-Class R, a la que como se puede ver en el reportaje especial de este periódico se puede acceder por un coste mucho más económico, nos parece un necesario y revitalizante soplo de aire fresco. Amén de un nuevo impulso lleno de nuevas oportunidades para un sector armero más estancado que nunca y que, con el auge de las carabinas de fuego anular y sus respectivas ópticas para competición, se puede animar mucho durante los próximos meses.
Este democrático acceso a la F-Class R viene de la mano sobre todo de la categoría Restricted, en la que únicamente se compite con carabinas del calibre .22lr cuyo peso, junto con el visor y el bípode delantero, no sobrepase los 4,8 kg. Gracias a estas medidas, las posibilidades tanto de participar como de aspirar a ganar se multiplican, o más bien se democratizan, dado que cualquier tirador avezado y bien entrenado tendrá opciones de encaramarse a los primeros puestos con un equipo de lo más modesto.
La aprobación de esta nueva disciplina deportiva por parte de la RFEDETO, así como de otras todavía más innovadoras y atrevidas como la del IPSC Action Air (de la que también hablamos en este número), evidencia que “algo se está moviendo” en el tiro deportivo español, que no está ni mucho menos parado y que está dispuesto a seguir sumando tiradores y adeptos a sus filas. Para ello, apoyar iniciativas innovadoras y populares como éstas se antoja un elemento fundamental.
¡¡Larga vida a la F-Class Rimfire!!
EDITORIAL del nº41 del periódico Armas.es, Edición Impresa (Abril-Mayo 2012)
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Un soplo de aire fresco
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Por Redacción Armas
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