Antes de leer con detenimiento la propuesta de la Administración, seguramente alguien albergaba la vana esperanza de que podía tratarse de una auténtica reforma con sentido, encaminada a subsanar los defectos y las taras de nuestro vigente Reglamento de Cartuchería (véase por ejemplo la absurda prohibición del calibre .308 Win en fusiles semiautomáticos, o los inexplicables cupos de munición para deportistas de alto nivel). “Habrán aprendido de lo que ha pasado con el Reglamento de Armas”, pensaría alguno; “es posible que ahora tengan más en cuenta a los tiradores y cazadores”, soñaría otro… Sin embargo, nada más lejos de la realidad. De nuevo, la Administración nos regalaba para el verano un proyecto intervencionista a más no poder, con medidas anacrónicas, y cuya única finalidad era volver a someter a sus caprichos a los tiradores deportivos y cazadores españoles, los principales usuarios de cartuchería deportiva en nuestro país. Según lo reflejado en este borrador presentado por el Ministerio del Interior, la clara intención de la Administración era dificultar enormemente la compra de munición para escopetas a los cazadores y tiradores deportivos, ya que les obligaba a presentar la correspondiente guía de pertenencia en el momento de la compra (requisito que hasta el momento no es ni mucho menos necesario). Ante tal atropello de nuestros derechos como legítimos usuarios de armas de fuego, la Oficina Nacional de la Caza (ONC), así como otras asociaciones de diversa índole, entre las que cabe destacar la Asociación Nacional del Arma (prácticamente inmejorable su pliego de alegaciones), se pusieron manos a la obra para, a través de diversos medios (entre ellos nuestra visitada edición digital), informar a la mayor cantidad posible de usuarios de esta nueva maniobra administrativa. Una vez más, la respuesta de los tiradores y cazadores españoles fue ejemplar. Según la propia ONC, más de 13.000 alegaciones al proyecto de reforma del Reglamento de Cartuchería se enviaron al Ministerio del Interior. A esta cifra habría que añadir también todas aquellas que se enviaron a través del formulario online que la Asociación Nacional del Arma puso a disposición de todos los interesados. Con todo ello, y dadas las circunstancias, podemos calificar la respuesta de los cazadores y tiradores con una nota muy alta, demostrando una vez más que sólo estando unidos se conseguirá ganar esta lucha común.
A día de hoy todavía se desconoce la respuesta de la Administración ante esta nueva “lluvia” de alegaciones. Como es lógico, nuestro deseo, al igual que el de la práctica totalidad de los usuarios de armas de fuego de nuestro país, es que se repita la misma situación que en el proyecto de reforma del Reglamento de Armas. Es decir, un paso atrás de la Administración en sus exigencias y, por ende, un reconocimiento a nuestros legítimos derechos como tiradores deportivos y cazadores.
