Como seguramente ya sabrán nuestros miles de lectores, el pasado 8 de julio el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto para modificar el vigente Reglamento de Armas (más información sobre este asunto aquí: https://www.armas.es/actualidad/noticias/31203-modificacion-del-reglamento-de-armas-el-consejo-de-ministros-aprueba-el-real-decreto-definitivo.html). Uno de los puntos que más nos han "indignado" (hay que ver cómo esta de moda el término de marras) de esta propuesta de modificación es el nuevo punto 4 del artículo 49 del Reglamento de Armas: "Salvo en el caso de los armeros, la adquisición de armas de fuego, sus piezas y municiones mediante técnicas de comunicación a distancia, estará sometida a autorización previa expedida por la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, ámbito de la Guardia Civil, y a las prescripciones del presente Reglamento".
Basándonos en este despróposito, ideado por no sabemos muy bien quién, hemos simulado una situación ficticia pero que, si nada lo remedia, puede volverse real en menos de lo que pensamos. Juzguen ustedes mismos si esto es ficción o realidad:
Un tirador deportivo, al que llamaremos Juan García, con licencias de armas F, D y E llama por teléfono a una armería determinada, a la que llamaremos Armería Pérez:
- Buenos días, ¿tienen puntas Matchpoint del calibre .308 de 168 grains?
- Buenos días señor García. Sí, ¿cuántas quiere?
- Pues una caja de 100 unidades.
- Perfecto, no hay problema. Pero ya sabe que necesita enviarnos la autorización previa expedida por la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil que se exige desde la aprobación del nuevo Reglamento de Armas.
- De acuerdo, pues mañana me pasaré por mi Intervención de Armas para solicitarla. Ya hablamos.
- Muy bien, hasta pronto.
El tirador Juan García accede ahora al despacho de su jefe, el señor Domínguez:
- Buenos días señor Domínguez. Quería saber si puedo tomarme libre mañana por la mañana.
- Por su puesto Juan, eso sí habla con Mari Carmen de recursos humanos para que te lo descuente de tus días de vacaciones.
- Gracias, señor Domínguez, ahora se lo comentaré a Mari Carmen.
Al día siguiente, después de haberse tomado la mañana libre, Juan García se dirige a primera hora a su Intervención de Armas. Tras guardar cola, le llega su turno:
- Buenos días agente. Vengo a solicitar una autorización previa para la compra de una caja de 100 puntas del calibre .308 Win.
- Perfecto, se la tramitamos y en cuanto esté lista le avisamos para que venga a recogerla.
- Muy bien, gracias.
Una semana y media después (tiempo aproximado), Juan García recibe una llamada de la Intervención de Armas:
- Señor García, ya tenemos aquí la autorización previa que nos había pedido. Puede venir a recogerla cuando quiera en horario de mañanas.
- Gracias, agente.
Ese mismo día, Juan García vuelve a entrar al despacho de su jefe para volver a pedirle una mañana libre.
- Señor Domínguez, necesito tomarme otra mañana libre.
- Lo siento Juan, pero esta semana te necesito en el taller. Cogétela la semana que viene.
- Vale, no hay problema (aunque le gustaría agilizar el tema lo antes posible). Hablo con Mari Carmen para que me lo reste de mis vacaciones.
- Eso es.
A la semana siguiente, Juan García disfruta de su mañana libre y va de nuevo a la Intervención de Armas. Otra vez debe esperar la cola y por fin llega su turno
- Buenos días, vengo a recoger la autorización previa para la compra de una caja de puntas para el .308.
- Buenos días, sí, aquí la tiene. Son X euros por los trámites (seguramente, algo nos cobrarán en concepto de trámites, aunque todavía no se sabe).
- Gracias, voy a enviársela mi armero.
Tras salir de la Intervención de Armas, Juan acude a una papelería que tiene Fax público y le envía la autorización previa a su armero. Le llama para asegurarse de que la ha recibido:
- Buenos días, ¿armería Pérez? Sí, llamaba para ver si os ha llegado mi autorización previa para comprar las puntas.
- Buenos días, sí, ya la tenemos aquí. Por favor, háganos la transferencia o ingreso de su pedido y le enviaremos las puntas a su domicilio.
- De acuerdo, ahora voy a un banco y os ingreso el dinero.
Tres días después, y más de dos semanas más tarde de haber iniciado su proceso de compra, por fin Juan García recibe su caja de 100 puntas del calibre .308 Win en su domicilio.
¿Ficción o realidad?, ¿no implica esta forma de actuar un retraso y un atropello claro a nuestra actividad? {addthis off}
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