Hace ya algunos años, realmente menos de una década, el US Army (Ejército estadounidense) se planteó la necesidad de dotar a los pilotos de sus helicópteros con un nuevo cuchillo de rescate y supervivencia. La firma elegida por la Administración norteamericana para dar vida a esta propuesta militar fue la prestigiosa casa GERBER, a quien las altas esferas del US Army encomendaron una exigente misión: fabricar un nuevo cuchillo capaz de responder a las siglas A.S.E.K. (Aircrew Survival Egress Knife, o cuchillo de supervivencia y escape para la tripulación aérea).
El principal responsable de este diseño y quien se encargaría de marcar las líneas maestras del futuro Gerber A.S.E.K. fue Frank Heyl, un experimentado instructor militar. Con toda la confianza depositada en sus vastos conocimientos, Heyl y todo el equipo de la casa Gerber se pusieron manos a la obra, atendiendo a una impresionante lista de 30 criterios de diseño emitida por el US Army, y que debían estar presentes en el futuro cuchillo para que pudiera poseer la condición de A.S.E.K. Es decir, que sirviera para su principal cometido, esto es, que cuando los pilotos de helicópteros de su Ejército se vieran envueltos en alguna caída o derribo por parte del bando opositor, pudieran abandonar la cabina por sus propios medios y sobrevivir tras las líneas enemigas a la espera de su deseado rescate.
Tras la presentación y evolución de varios prototipos, y el sometimiento y aprobación de durísimos tests de tortura, finalmente Gerber lanzó de forma oficial su cuchillo LMF II A.S.E.K., el cual pronto obtuvo un notable éxito de crítica tanto entre los usuarios militares profesionales, como entre aquellos civiles que lo adquirieron para diversos usos, como escapadas al aire libre, aventuras de supervivencia, o sencillamente como objeto de colección. Tanto es así que hoy en día, apenas unos años después de que arrancara su comercialización, el Gerber LMF II A.S.E.K. se ha convertido en un auténtico objeto de culto, idolatrado por sus millones de usuarios en todo el mundo, y considerado por muchos como uno de los mejores y más completos cuchillos militares del mercado actual.
Quien todavía no conozca este popular cuchillo o no haya tenido la oportunidad de empuñarlo, seguramente la primera vez que lo haga se quedará sorprendido por el perfecto equilibro que posee. En esa primera impresión es probable que también fije su atención en la enorme solidez que transmite, tanto por el tamaño y grosor de su hoja, como por su pesado pomo trasero, diseñado específicamente para servir como martillo, percutor de emergencia, y principalmente, para romper una cabina de plexiglás (polímero de alta resistencia y transparencia con el que se suelen fabricar las cabinas de la mayoría de helicópteros). He ahí una de las principales propiedades que reúne este cuchillo y por el que se lo considera un arma A.S.E.K.
De cualquier modo, para usar el pomo de este LMF II como una herramienta para golpear o romper cualquier objeto, se recomienda echar mano de la funda especial que le acompaña para evitar así posibles cortes en la palma de la mano con su hoja aserrada. Lo cierto es que con el cuchillo guardado en esta funda, el LMF II A.S.E.K. se transforma en un auténtico martillo.
Para la construcción de su mango, Gerber eligió como material base el Kratón, un tipo de polímero sintético, diseñado químicamente para reemplazar al caucho natural, y que por un lado mantiene sus naturales características, y por otro mejora sus prestaciones en cuanto a la resistencia al calor, la humedad, y a los diversos agentes químicos. El diseño de la empuñadura se realizó de tal forma que, además de asegurar un agarre firme y correcto (para ello presenta un picado especial), se reduzcan las posibilidades de sufrir ampollas en la mano, aún con un uso exhaustivo. Justo en el extremo del mango se advierte una doble guardia sobredimensionada que protege notablemente la mano, y en cuyos dos extremos se han colocado dos pequeños agujeros que permiten el paso de una cuerda o cordón de hasta 3.5mm de grosor, y que junto con el agujero que también presenta el pomo, permiten que el cuchillo se pueda usar a modo de arma arrojadiza, o debidamente atada sobre una palo para actuar como lanza o bayoneta de emergencia.
Funda multiuso
Por lo que respecta a su hoja, el cuchillo Gerber LMF II A.S.E.K. cuenta con una hoja de 12,3 cm de largo, un tamaño suficiente como para realizar las funciones básicas de cualquier arma blanca militar. Está fabricada en acero inoxidable Sandvik 12C27, y presenta un diseño ligeramente aserrado, con una punta con un falso filo muy útil para facilitar que la hoja se clave y penetre cómodamente casi sobre cualquier superficie. Para mantenerla en todo momento en perfecto estado de uso, el LMF II A.S.E.K. se comercializa junto con un afilador que puede guardarse en un pequeño bolsillo incluido en su funda de transporte. Y es que esta funda es uno de los elementos más destacados de este cuchillo de combate, ya que además de ofrecer un alojamiento idóneo y completamente seguro para portar el cuchillo y sus accesorios, también resulta de lo más útil y versátil.
Esto es posible gracias a su innovador sistema de sujeción, el cual permite al usuario portar su arma en diferentes posiciones y adosada a distintos elementos, como por ejemplo una mochila táctica con sistema de anclajes MOLLE, el chaleco táctico, el cinturón de servicio o de combate, o incluso sobre su propia pierna, gracias a dos correas especiales que permiten su transporte a modo de pernera.
Adosado a esta misma funda de transporte también puede incorporarse un pequeño cutter que, a modo de navaja de rescate, puede emplearse para cortar cinturones, ropa, cordones o cualquier otro elemento de similares características. Dicho cutter también se incluye dentro del pack LMF II A.S.E.K. y convierte a este cuchillo militar en una completísima herramienta de supervivencia. Por el contrario, este pequeño cutter no se comercializa con el modelo LMF II Infantry, la versión más económica de esta popular arma blanca.
Probado recientemente en el campo de batalla, se han recopilado diversos testimonios de soldados estadounidenses desplazados a Irak que han hablado maravillas de este cuchillo Gerber. Uno de ellos pertenece al sargento Dillard Johnson, del 3rd ID 3-7 Cav del US Army, quien ha desvelado que durante una operación de desactivación de IED’s (Improvised Explosive Devices, o artefactos explosivos improvisados) tuvo que cortar una línea eléctrica de alta tensión de 220 voltios con su LMF II A.S.E.K. Según el protagonista de este relato, sabía que el mango y el pomo de este cuchillo estaban completamente aislados, por lo que teóricamente el arma no debía conducir la electricidad.
Aunque claro, hasta que se prueba por primera vez, siempre queda la duda… Finalmente, y aunque el sargento reconoce que no le hacía mucha gracia cortar una “línea caliente” de esta envergadura, no tuvo más remedio que hacerlo con su Gerber LMF II A.S.E.K. “Coloqué mi cuchillo detrás de las líneas de alta tensión y usé mi peso corporal para cortarlas. Giré la cabeza y cerré los ojos. Sentí el calor provocado por el corte eléctrico, pero nada más. No me electrocuté”, desvela el sargento Dillard Johnson en una carta dirigida a la casa Gerber.
Otros comentarios similares, que apuntan al uso de este cuchillo en paredes y muros de ladrillo donde se han abierto pequeñas ventanas para utilizar como puestos de tiro, también circulan por la red. Lo mismo que numerosas pruebas y tests de tortura en los que nuevamente el Gerber LMF II A.S.E.K. cumple con sus cometidos de forma espectacular. Disponible en tres colores (negro, verde y coyote), este cuchillo se comercializa en España a un precio que oscila entre los 130 y 150 euros.