El cuchillo kukri o khukuri es el arma blanca por excelencia de los nepaleses. Su identificación con los habitantes de esta inhóspita región del Himalaya es idéntica a la de otras armas blancas, tales como el kriss para los malayos, el bolo para los filipinos, la katana para los japoneses, o el machete para los mexicanos. Es decir, que prácticamente no se entiende la vida de un nepalés sin un kukri a su lado.
Sin embargo, a pesar de tener unos orígenes fundamentalmente agrícolas, el kukri ha alcanzado una gran fama internacional gracias a su uso en el campo de batalla. Aunque la mayoría de fabricantes internacionales de cuchillería ya disponen de sus propias versiones del kukri, en las regiones de Nepal o Tíbet todavía se siguen elaborando este tipo de cuchillos de forma artesanal.
La hoja de estos modelos artesanos suele ser de acero al carbono de extrema dureza, mientras que para el mango se suelen emplear materiales de gran resistencia como asta de búfalo de agua, u otras maderas de gran dureza y talladas a mano. El artesano que forja y templa a mano los kukris se conoce con el nombre de Kami y goza de un gran respeto entre la sociedad nepalesa.
Dado su origen meramente artesanal, no existe un patrón con una guía de dimensiones exactas para fabricar este cuchillo. Por este motivo, no resulta extraño encontrar modelos con hojas de diferentes tamaños, aunque, por lo general, las hojas suelen tener un largo de entre 30 y 40 centímetros. Lo que sí es más frecuente es que el lomo de la hoja sea bastante grueso, aproximadamente de unos 5mm.
Aparte de por su propio diseño, un kukri puede identificarse fácilmente gracias a su kauri. El kauri es una especie de muesca o inscripción con forma de medialuna que los artesanos suelen colocar cerca del mango, justo en la parte inferior de la hoja. Seguramente, por su peso, su tamaño y su forma de asirlo, la primera vez que empuñemos un kukri, la sensación que nos vendrá a la mente será que tenemos una gran hacha entre las manos. Y es que, al igual que el hacha, el kukri corta por impacto (aunque con un ángulo de corte diferente).
Sin embargo, en cuanto aprendamos a manejarlo con más soltura, veremos que se trata de un arma que ofrece más posibilidades que simplemente cortar ramas o pequeños troncos. Por otro lado, en la funda de la mayoría de kukris que podemos ver hoy en día suelen adjuntarse dos herramientas más: un afilador o “chakmak” y un pequeño cuchillo, también conocido como “kadra”, con un tamaño más propio de un bisturí y que suele usarse para despellejar pequeñas piezas de caza.
El kukri en el campo de batalla
Resulta imposible acercarnos al kukri sin hace especial hincapié en la Brigada de Gurkhas. Formada en su mayoría por soldados nepaleses e indios, esta histórica unidad que hoy en día está enrolada en el Ejército británico, se ha caracterizado siempre por contar con un cuchillo kukri entre sus armas de dotación. Los Gurkhas son auténticos maestros en su manejo, y desde muy jóvenes se especializan en el combate cuerpo a cuerpo con esta imponente arma blanca. Cuenta una antigua leyenda relacionado con los Gurkhas, que cada vez que un kukri abandona su funda, tiene que probar sangre. Esto, unido al efecto intimidarlo de su larga y afilada hoja, ha propiciado que el kukri se haya convertido en uno de los cuchillos más temidos y respetados en el frente de batalla.
La entrada en servicio de la Brigada de Gurkhas en el ejército de la corona británica se remonta al año 1815, fecha en la que se dio por finalizada la guerra anglo-nepalesa. Sin embargo, muchos años antes, los Gurkhas ya utilizaban el kukri como arma de defensa y herramienta de supervivencia. De hecho, el kukri más antiguo que se conserva en la actualidad data de principios del siglo XVII, y se halla en el Museo de la Real Armería de Katmandú, capital de Nepal. Hasta 1997, año en el que Hong Kong se independizó de la corona británica, el centro de operaciones de la Brigada de Gurkhas se hallaba en el sudeste asiático; sin embargo, a partir de entonces, su centro de mando se trasladó a Reino Unido.
Esta Brigada desempeña un papel muy importante en las operaciones militares que el Ejército británico lleva a cabo en distintas regiones del mundo, como por ejemplo en las recientes campañas de Afganistán, Irak y los Balcanes. En todos estos escenarios, no resulta extraño ver a los soldados Gurkhas armados con sus cuchillos kukri.
El kukri en el siglo XXI
Como decíamos al comienzo del artículo, en la actualidad, numerosos fabricantes producen sus propias versiones del kukri. Uno de ellos es Smith & Wesson, quien dispone de un modelo apodado “Outback” que puede encontrarse en la tienda online www.smith-wesson.es por 49,95 euros. Este cuchillo es una reproducción económica de los Kukris originales, y como tal, está equipado con un mango de plástico y una hoja de acero inoxidable de 30cm. Su tamaño total se extiende hasta los 43cm y su peso apenas alcanza los 645 gramos. Otras firmas, como la española Muela o las estadounidenses Cold Steel y Fox Knives, también han fabricado sus propias versiones de este mítico cuchillo.