El título de nuestro artículo tiene un doble sentido: por una parte evoca la utilidad de estas armas blancas, la supervivencia; por otra hace referencia a que es uno de los pocos diseños de mango hueco que perduran en los catálogos de los actuales fabricantes de cuchillería.
El origen
Con seguridad el padre de los cuchillos de mango hueco, fue el desarrollado en la década de 1870 por el Coronel Baldock del Batallón de Merwara del ejército indio de la Reina Victoria. Aunque ese tipo de mango NO estaba pensado para contener útiles de supervivencia (de hecho no tenía tapón) sino para convertirlo fácil y rápidamente en una lanza mediante la inserción de una rama o mango de madera.
Si nos remontarnos al origen de este tipo de armas blancas con objetivo de la supervivencia, veremos que los primeros cuchillos de mango hueco comercial de los que se tiene constancia datan de 1930 – 1940. Fueron fabricados por Ka-Bar/ Union Cutlery Co. como cuchillos de caza para contener inicialmente cerillas y un pequeño kit de pesca en un compartimento estanco, concretamente ocho fósforos resistentes al agua, cinco pies de hilo de algodón, anzuelo y un pequeño corcho. También la firma Case sacó al mercado algunos modelos en dicha década, en ambas marcas el pomo que se atornillaba en el mango contenía el pertinente compás.
Versión definitiva de Randall 18 Survival Atteck
Con respecto al concepto moderno de cuchillo de supervivencia de mango hueco deberemos retrotaernos al fabuloso Randall modelo 18 Attack Survival, aparecido en 1963 y que a día de hoy continua en catálogo. El diseño fue obra de “Bo” Randall Jr. fundador de la famosa firma de cuchillos radicada en el estado de Florida (EEUU). El modelo se gestó tomando en consideración un pequeño esquema, enviado en enero de 1963, por un médico estadounidense desplegado en Vietnam por aquel entonces. Este militar fue el Capitán Georges W. Ingraham, que perteneció al 94 Destacamento Médico. Usando como base un Randall modelo 14, su intención era crear un cuchillo de rescate y supervivencia para los pilotos y tripulación de helicópteros.
Su diseño incorporaba una sierra en el lomo del mismo, pensada para cortar el aluminio y plexiglás de una aeronave accidentada de este tipo. El mango hueco estaba destinado para contener cerillas, tabletas potabilizadoras de agua, píldoras estimulantes (Dexedrina) y analgésicos para el dolor (Demerol). La razón para almacenar estos elementos en el mango del cuchillo fue bien simple, como el propio Ingraham dijo: “nadie es tan tonto como para perder tiempo buscando equipamiento de supervivencia en un helicóptero accidentado, cuando el depósito de combustible está a punto de estallar”.
El padre de los modernos cuchillos de mango hueco. Los pines recuerdan al buck 184.
El esquema enviado por este militar tenía algunas características interesantes que fueron desechadas por cuestiones de costes y producción. Algunas de las no implementadas fueron: guarda en arco (similar al Marto Explora), el mago en cobre sustituido por uno de acero desnudo y una espiga de anclaje diferente. Curiosamente el mango se dejó liso para que el usuario enrollase alrededor el material que considerase más útil o adecuado. La versión final sustituyó el tapón de goma inicial por un tapón de rosca de acero, además se incluyó en la funda una piedra de afilado.
La Película
Como hemos podido ver los cuchillos de estas características habían pasado más o menos desapercibidos para el gran público e incluso para muchos aficionados a las armas blancas. Pero todo cambiaría a raíz del estreno de la película “Acorralado”, “First Blood” en inglés, en 1982. Fue a partir de ese momento cuando se produjo una auténtica fiebre por este tipo de herramientas de supervivencia. El cuchillo empleado en las dos primeras películas de la serie fue fabricado por un pequeño pero reputado artesano de Arkansas, Jimmy Lile. Sin duda la película le cambió la vida, proporcionándole fama mundial y una ingente cantidad de pedidos que obligaron a los clientes, repartidos por todo el mundo, a esperar años. En la segunda película se emplearía una evolución del primero, ligeramente más grande y de hoja negra con bordes pulidos.
El mercado inmediatamente se posicionó ante la fuerte demanda haciendo que numerosos fabricantes incluyesen en sus catálogos algún modelo de mango hueco orientado a la supervivencia. Varias creaciones de estos “terceros” fueron especialmente brillantes, algunos ejemplos, el BUCK 184 Buckmaster, el Gerber B.M.F., AL-MAR SF-10, los CHRIS REEVE hechos de una pieza y los españoles MARTO EXPLORA BREWER y la saga AITOR JUNGLE KING. Algunos siguen en producción, otros simplemente han desaparecido por falta de demanda o por otras circunstancias.
AITOR JUNGLE KING
Los protagonistas de nuestro artículo, JKI en negro e inox satinado junto coon KKII en inox.
La fabricación del Jungle King
Es la aportación española a más importante a este segmento de la cuchillería y de los que siguen en el mercado, aunque no lo ha hecho de forma continuada. Originalmente fue finalizado su diseño definitivo por Cuchillería del Norte - Aitor en noviembre de 1983 y comenzó su comercialización en 1984 con el Jungle King II y en 1985 lo haría el Jungle King I, estando ambos en producción hasta nuestros días, si bien es cierto que con diversas interrupciones debido a los avatares económicos primero de la empresa AITOR y después de diferentes sociedades herederas de la misma. Lo que sí es cierto es que el cuchillo NUNCA ha dejado de producirse en Ermua, independientemente de la titularidad de la sociedad que estuviese detrás.
ANTIGUOS AITOR vs NUEVOS AITOR
¿Cuáles son las diferencias entre los cuchillos de la primera época (80s-90s) con respecto a los fabricados a partir del 2006, fecha en la que una sociedad radicada en Albacete se encarga de su comercialización? Sin duda este es un tema espinoso, ya que concita apasionadas discusiones y debates por parte de muchos aficionados a las armas blancas. En mi humilde opinión son muy pocas, primero por la comparación de antiguas y nuevas versiones, segundo por las conversaciones mantenidas con algún antiguo trabajador. Como hemos dicho anteriormente, los cuchillos AITOR nunca han dejado de fabricarse en ERMUA. Las leyendas sobre su fabricación en Albacete u otras localizaciones con aceros de diferente calidad simplemente no son ciertas.
Si el acero, las máquinas (salvo alguna nueva de corte, tecnológicamente superior), los planos e incluso algunos operarios son los mismos, es fácil entender que estemos ante el mismo producto. Comparados modelos de los años 90 con los producidos de ahora podemos asegurar que casi son idénticos, salvo pequeños detalles de acabado en algunas piezas producidas fundamentalmente a partir del 2008, concretamente me refiero al afilado. Pero esto es algo fácilmente solucionable por un artesano o vosotros mismos, si contáis con un kit de afilado de calidad. Podéis estar seguros que un AITOR de los de reciente factura va a tener la misma fiabilidad y funcionalidad que uno de los fabricados en los 80-90. Otra cosa es que el mercado tienda a valorar más los modelos antiguos por cuestiones de coleccionismo.
El diseño Jungle King
De todo lo anterior cabría deducir que AITOR, una empresa radicada en Ermua con una larga tradición cuchillera que data de 1939, se subió al carro de los cuchillos de supervivencia a raíz de la película. Puesto que aparentemente tuvo la suficiente habilidad y eficiencia para hacerlo relativamente rápido, ya que el Jungle King II, primero de la serie en salir al mercado, lo hizo algo menos de dos años después del éxito de “Acorralado”. Tenemos que tener presente que el sacar al mercado un modelo nuevo de cuchillo es una tarea que requiere bastante tiempo. Aunque de acuerdo a informaciones de una revista francesa, “Gazette des Armes” en su número 131 de julio de 1984, parece ser que esto no fue así y que se trató de una coincidencia temporal. Ya que la gestación original de este cuchillo correspondió al francés Dérick Lacroix, quien ofreció su idea al entonces Presidente de AITOR, Pedro María Izaguirre, en 1981. La propia publicación ofrece una fotografía del prototipo presentado a AITOR que ofrecemos en el reportaje. Se desconoce su participación posterior en el diseño final y el tipo de acuerdo comercial alcanzado con AITOR.
CARACTERÍSTICAS
Las hojas
El material empleado en ambos casos es acero inoxidable al Cromo Molibdeno Vanadio, con una dureza certificada entre 56 a 57 Hrc. Esta queda demostrada en todas las hojas de los cuchillos AITOR, con un círculo que contiene la punción del durómetro. El tema del acero empleado es otro de los asuntos que se prestan a controversia en los cuchillos AITOR (como en otros fabricantes), es por ello que durante una pequeña reunión con un antiguo responsable de la firma pusimos la cuestión encima de la mesa. Nos confirmó que siempre se ha utilizado acero 420MoV y siempre comprado a proveedores europeos.
El acero 420MoV, viene a ser el 420 al Molibdeno-Vanadio. Esto le confiere unas características similares al 440C. Además de tener mayor concentración de Carbono que el 420 normal. El acero 420 es universalmente usado en cuchillería, frente al 420 MoV que no es tan habitual. A pesar de que en los últimos años han aparecido muchos nuevos tipos de “superaceros”, el 420 MoV es una muy buena opción. En general es un material que presenta bajo mantenimiento, buena dureza y muy buena retención de filo, es por esto último que tiene el pequeño inconveniente que el re-afilado es algo difícil. Estas características lo hacen ideal para un cuchillo con un uso intenso e incluso abusivo como puede ser una herramienta para la supervivencia.
En cuanto a forma y dimensiones, a parte de las obvias diferencias en cuanto tamaño y peso, 225x37,8x5 mm y 1.000 gramos en el Jungle King I (JKI) frente a 140x28,7x4,2 mm y 460 gramos en el Jungle King II (JKII), presenta también desigualdad en cuanto a la forma. En el caso del JKI se trata de un diseño “Bowie” clásico o “clip point”, mientras que en el JKII se trata de una forma con punta de lanza o “spear point” perfectamente alineada con el eje del mango. El JKI tiene en ambas caras de la hoja un bisel o vaciado que ocupa un tercio de la altura de la misma, por el contrario en el JKII ocupan prácticamente la mitad.
Otra característica estructural importante en los dos modelos es la existencia de una sierra en el lomo de la hoja, formada por una doble línea de dientes cruzados. Durante su comercialización se han utilizado diferentes diseños, algo que ha servido a los aficionados para datar de forma aproximada a los cuchillos. Inicialmente se utilizaron dientes de tipo triangular o picos, para acabar imponiéndose por su mayor resistencia, facilidad para el serrado y evacuación de residuos los de tipo almena, que son los que prevalece hoy en día. Siguiendo con la forma el JKI tiene un pequeño reposadero en la parte inferior del recazo, que no está presente en el JKII.
Para finalizar este apartado nos referiremos al acabado, en la actualidad el JKII se sirve en tres acabados, blanco (16012), negro (16013), urban (16071) y camo (16014). Para el JKI se sirve en satinado plata y negro. En la primera época de AITOR existieron dos variantes camo para este último modelo. Además en ambos casos estos modelos tuvieron versiones con diferentes escudos militares españoles serigrafiados, aunque ninguno de estos cuchillos fue de dotación oficial en ejército alguno. Aunque si es cierto que eran muy valorados por nuestras tropas y también por extranjeras, por lo que no era raro verlo portar entre numerosos militares a título de dotación personal.
Evolución de la Sierra AITOR de JKI de 1º gen. "Cazador" vs KJI actual.
Los mangos
Los mangos aunque son idénticos en diseño, difieren en longitud y diámetro, lo que repercute en su capacidad, 33 cm3 y 50 cm3, además del material con el que están hechos. En el caso del JKI está construido por fundición en acero inoxidable 18/8 al cromo-níquel antimagnético, el material del JKII es un moldeado de peralumal, una aleación de aluminio con alta densidad de magnesio. La forma cilíndrica en un mango no suele ser la más adecuada para un cuchillo, pero gracias a su patrón de dibujo que alterna bandas lisas con mecanizadas (con un efectivo cuadrillado) y la amplia guarda, la sujeción es muy segura y agradable, con poca tendencia a la rotación.
Las dos hojas de los cuchillos se unen al mango mediante una pequeña espiga, prolongación del recazo, que se inserta en una sólida pieza intermedia y se asegura a través de un grueso pasador. El anclaje es muy sólido, como pudimos comprobar en la fase de pruebas, debemos tener en cuenta, que por ejemplo, a la hora de machetear todas las vibraciones recaerán sobre dicha pieza.
Estructuralmente es en teoría la parte débil del cuchillo, aunque después de ser usuario de varios de ellos durante años y someterlos a un duro trato ninguno ha presentado holgura alguna en dicha zona.
Los utensilios
Lo que hace singulares a estos dos cuchillos son la cantidad de accesorios que traen con ellos, pensados para ayudar a la supervivencia en un entorno de jungla. Porque sí, el diseño y accesorios tenían en mente ese tipo de circunstancia ambiental, de ahí su nombre, lo cual no quiere decir que no sean perfectamente aptos para otros entornos. Son dos los espacios de almacenamiento de estos utensilios, por una parte el mango hueco y por otra la funda.
Detalle de los accesorios de supervivencia incluidos con el cuchillo.
Utensilios en el mango
El primero y más obvio es el compás embutido en el tapón del mango, que funciona correctamente y es legible a pesar de su tamaño. Dentro del mango nos encontramos una cápsula completamente estanca que contiene dos áreas separadas, accesibles por los tapones de los extremos. Decir que el propio interior del mango ya es estanco, gracias a que el tapón incluye en su rosca una junta tórica de goma. Este pequeño contenedor se mantiene inmovilizado en el interior del mango, gracias a un muelle en el fondo del mismo (por cierto está sin asegurar por lo que es fácil perderlo), que a su vez lo hace más accesible al desenroscar el tapón al proyectarlo hacia fuera.
En el área principal de la cápsula del JKI tenemos tiritas, bisturí, kit de costura con agujas e hilo, anzuelos de pesca de diferentes tamaños con plomos y sedal, pequeños imperdibles, un lapicero (en los antiguos), pinzas y cuerda auxiliar de nylon. En el JKII lo mismo a excepción de los imperdibles, lapicero y cordón, por el contrario trae una barra de pedernal para hacer fuego. La sección vacía de la cápsula está destinada para contener pastillas potabilizadoras y otros tipos de fármacos. Aunque en un principio se pensó incluir desde fábrica las tabletas potabilizadoras, la idea se descartó por los problemas legales que acarreaba la inclusión de fármacos, especialmente de cara a la exportación.
Usando el JKI: haciendo fuego, usando el tiragomas y macheteando.
La funda y sus utensilios
Las fundas de color verde oliva son rígidas de un compuesto de poliamida y fibra de vidrio, hechas para aguantar todo tipo de inclemencias y el trato más duro. Como anécdota decir que en las primeras series de los JKI en los 80, existieron versiones con funda de cuero, las denominadas versiones “cazador”. En el caso del JKI, las fundas tienen dos orificios, uno para drenaje del agua y otro para anclar el cordón de pernera con ajuste rápido. Además posee un colgador rápido para el cinturón; una trabilla de cierre rápido para asegurar el mango del cuchillo, piedra de afilar oculta por ocho metros de cuerda de nylon de 2'5 mm. con resistencia de tracción de 75 kilogramos y una horquilla abatible para montar un tiragomas. La del JKII difiere además de en la lógicas menores dimensiones, en los metros de cuerda que son sólo cuatro.
Dentro de la vaina y refiriéndonos en primer lugar al JKI, tenemos una pequeña bandeja deslizante o gaveta que está separada del cuchillo por una placa metálica. Esta contiene dos tubos de látex para el montaje del tiragomas, aunque pueden ser usados para torniquetes e incluso para beber agua o portar todo tipo de líquidos, un encendedor de magnesio con barra de pedernal en un canto, un pequeño frasco para fármacos, un espejo de señales con los símbolos más usuales de "The USA Armed Forces Survival Manual"; reglas graduadas en milímetros - pulgadas y un cuchillo auxiliar "SKINNER JKI". La función principal de este último es el desollado de presas, pero además cuenta con destornillador, llave para tuercas, abrebotellas, abrelatas, y llave de grilletes. En cuanto al JKII decir que la única diferencia es que el “SKINNER JKII” es lógicamente más pequeño. Como curiosidad decir que en las primeras versiones del JKII en lugar de un cuchillo auxiliar traía un arpón.
RESUMEN
Son dos cuchillos de supervivencia singulares, que parten de un diseño que data de hace 34 años que sigue plenamente vigente. Tanto tiempo de permanencia en el mercado sólo es posible porque estamos ante un producto de calidad contrastada. Pocos modelos del mercado pueden presumir de la cantidad de accesorios que traen de serie y de su resistencia ante el trato más exigente.
Sin duda son dos aliados que todo el mundo querría tener en una situación límite de supervivencia, sea en la jungla o no.
Agradecimientos
Agradecemos a Parabellum SL, distribuidor de Aitor, y a la armería Blackrecon la cesión del material necesario para la elaboración de este artículo.