A lo largo de sus casi ya 50 años de historia, la Ruger 10/22 ha sufrido numerosas modificaciones, aunque su versión estándar o clásica, todavía sigue fabricándose y comercializándose a buen ritmo. No obstante, desde el momento de su aparición en el mercado internacional se consideró como una carabina moderna, que se hizo muy popular por la buena calidad de todos sus componentes y por haberse fabricado con el mismo esmero como si de un rifle de caza mayor o para tiro de alta precisión se tratara. Y aunque esa versión estándar todavía conserva ese aspecto moderno o actual, por el que casi parece mentira que ya hayan transcurrido esos 50 años desde su lanzamiento, el creciente mercado de los accesorios para armas ofrece un amplio elenco de complementos diseñados específicamente para esta legendaria carabina.
En nuestras manos ha caído una de estas carabinas Ruger 10/22, concretamente la versión estándar, que en las armerías españolas se comercializa nueva a un precio que oscila entre los 400 y los 450 euros. Y con ella hemos realizado una pequeña actualización, incorporándole algunos accesorios para transformar, lo que a priori se presenta como una carabina clásica, en una atractiva carabina táctica.
Difícilmente se imaginaría el ya fallecido William B. Ruger que la carabina Ruger 10/22 que salió de su fábrica en 1964 se iba a convertir en una de las carabinas semiautomáticas del calibre .22lr más vendidas del mundo. Con una producción que ha superado ya los 5 millones de unidades, la Ruger 10/22 debe gran parte de su éxito como hemos dicho anteriormente a su acertado diseño y a la alta calidad de todos sus componentes. Aunque como casi siempre, todo es mejorable, o al menos, personalizable. Con esa intención hemos customizado parte de la carabina Ruger 10/22 con varios accesorios de la firma estadounidense NcStar, algunos de ellos específicamente diseñados para este modelo de arma.
Primer paso: ¿cómo ponerle un visor?
Como todos sus propietarios sabrán, la Ruger 10/22 se sirve de serie con miras abiertas, de las cuales el alza trasera es completamente abatible. Así que si pretendemos instalarle un visor, necesitaremos incorporarle un carril que nos permita colocar la mira telescópica deseada. La compañía NcStar, cuyos productos importa y distribuye en España la empresa BlackRecon.com, fabrica una base o carril de ancho Weaver (20mm) que, tal y como pudimos comprobar en esta customización, encaja perfectamente sobre el cajón de mecanismos de la Ruger 10/22. Fabricada en aluminio anodizado, esta base NcStar para Ruger 10/22 está disponible en dos acabados: negro mate (la que nosotros utilizamos) y plateada. Gracias a que todos sus agujeros coinciden con los del cajón de mecanismos de la Ruger, la instalación de esta base resulta rápida y sencilla, utilizando únicamente los tornillos y la llave allen que acompañan al carril.
Una vez colocada la base NcStar, decidimos instalar otro accesorio en nuestra Ruger 10/22. En esta ocasión, fue un artículo plenamente ornamental: un freno de boca o bocacha apagallamas también fabricado por NcStar y que, al igual que el carril Weaver, encaja a la perfección en la boca de fuego de la carabina. Para ello, el freno de boca dispone de una pequeña hendidura que coincide con el ancho de su punto de mira delantero, por lo que el ajuste es perfecto.
Para asegurar y fijar la bocacha, basta con apretar un pequeño pasador que deja el accesorio completamente firme y agarrado al extremo del cañón. NcStar comercializa 2 frenos de boca para la Ruger 10/22: el modelo corto y el modelo largo. Nosotros utilizamos los dos modelos, quedándonos al final con la versión más larga simplemente por preferencia personal. Una vez colocados el carril y el freno de boca, buscamos un visor adecuado que tuviera el aspecto táctico que queríamos dar a nuestra carabina Ruger 10/22. Así, la elección en esta ocasión fue el visor NcStar Mark III 3-9x42 con retícula Mil-Dot. Este visor, que guarda una línea exterior similar a la de los populares visores Trijicon, tiene además la particularidad de que viene montado directamente sobre una plataforma “quick release” (liberación rápida) compatible con cualquier carril Weaver/Picatinny, por lo que su instalación sobre la base NcStar previamente colocada resultó nuevamente tan rápida como sencilla.
El NcStar Mark III 3-9x42 es un visor compacto, ligero, y que incrementa la estética táctica sobre cualquier rifle o carabina en la que se monte. Además, su rango de aumentos variables (de 3 a 9x) también ofrece una notable versatilidad de uso, siendo apto para disparar con precisión a diferentes distancias (NcStar también comercializa a través de BlackRecon una versión más económica de este visor, un modelo de 4 aumentos fijos o 4x32).
El único inconveniente de esta instalación es que una vez montado el visor, al encarar el arma, nos dimos cuenta de que la alineación entre la culata y el ocular de la mira óptica no era del todo correcta, quedándose nuestra cara demasiado baja. Para aupar nuestro encare y alinearlo perfectamente con el ocular del visor, teníamos 2 opciones: sustituir la clásica culata de madera original de la Ruger 10/22 por otra que tuviera carrillera ajustable; o una mucho más sencilla y económica, que fue por la que finalmente optamos y que consistió en colocar sobre esa misma culata una carrillera NcStar. En concreto, colocamos una carrillera de nylon ajustable que además dispone de un bolsillo con espacio para 2 cargadores extra y que se puede poner o quitar fácilmente gracias a su sistema de pegado con velcro. Con la carrillera instalada, el encare se volvió mucho más natural, quedando una combinación perfecta para el tirador.
Una funda de transporte
Simplemente con la incorporación de estos 4 elementos (la base, la bocacha, el visor táctico y la carrillera ajustable) el aspecto de la Ruger 10/22 había cambiado sustancialmente. Sin embargo, todavía queríamos ir un poco más allá, así que decidimos buscar una funda táctica que completara definitivamente la transformación de la carabina.
De nuevo, recurrimos al fabricante estadounidense NcStar, en cuyo catálogo encontramos una espectacular funda para carabinas tácticas que puede portarse colgada cruzando en los hombros como si de una bandolera se tratase, y en la que la culata del arma queda parcialmente fuera de la funda para poder acceder a ella de forma rápida y directa. Con esta funda táctica NcStar para rifles y carabinas de color negro, completamos nuestra customización de la carabina Ruger 10/22, habiendo invertido poco más de 270 euros.