La Legión como fuerza de choque siempre ha necesitado del mejor armamento para el mejor infante, y en su instrucción uno de sus puntos más fuertes es el manejo de armas ligeras, principalmente el fusil. Como prueba de ello son los éxitos conseguidos en los campeonatos de patrullas de tiro que desde la década de los 80, exceptuando alguna ocasión en el primer puesto, es de color verde Legión (1er puesto en 30 ocasiones hasta el año 2012).
Es difícil determinar cuándo recibieron cada modelo de CETME cada unidad, así que intentaré comentar el paso de este mítico fusil por distintas unidades legionarias a través de quienes las sufrieron, los legionarios.
En octubre de 1951 se hace la primera demostración pública del CETME ante los profesores y alumnos de la Academia General Militar de Zaragoza. En mayo de 1954 se entregaban a la Escuela de Aplicación y Tiro de Infantería 50 ejemplares para pruebas. Todo esto era antes de la fabricación en serie del modelo A, que fue en 1956.
Del modelo A-2 en calibre 7.62x40, a finales de 1956 se envían para experimentación al Sahara un lote, de entre éstos se le entregan a la 1ª Cía. de la XIII Bandera de la Legión para su evaluación.
A través de uno de sus protagonistas, y sacado de sus apuntes cedidos a los autores del libro “CETME, 50 años del fusil de asalto español” (Lucas Molina Franco y José María Manrique García), el Cabo Caballero Legionario D. Luciano Gajate, perteneciente a la 3ª Sección de la 1 Cía., nos relata sus experiencias con el CETME modelo A2 del 7.62mm que su capitán le había asignado para evaluar el comportamiento del nuevo fusil, comparando éste con el armamento que tenía asignado, el mosquetón mod. 1943 de 7.92 mm del sistema Mauser y con otras armas como la Z-45.
En febrero de 1957, cuando comienzan las hostilidades en el Sahara Español, se habían fabricado un total de 815 fusiles del modelo A (sin especificar modelo, ya que hubo modelos A-1 y A-2, aunque este último fue el que se distribuyó a la tropa).
La primera y única unidad armada al completo con el CETME A2 fue la IV Bandera de la Legión, que después pasó a ser la VII (Sahariana), y después de ésta lo tenían en dotación la ya mencionada XIII Bandera, sobre todo después del combate de Edchera, así como las banderas paracaidistas del Ejército de Tierra y el Escuadrón del Ejército del Aire, tanto el modelo CETME A2 como el de culata plegable en el conflicto de Ifni, siendo las únicas unidades que probaron el CETME en combate.
Curiosamente, fue adoptado por el Ejército de Tierra el XXXVII Aniversario Fundacional, el 20 de Septiembre de 1957.
El modelo A-2 se mejoró principalmente para adoptar un nuevo cartucho, el 7.62x51, tanto en munición CETME como con especificaciones NATO. Así nació el modelo B, siendo sus principales innovaciones una bocacha apagallamas que también servía para disparar granadas de fusil, un culatín anatómico, un asa de transporte mejorada y un guardamanos de chapa con un bípode integrado separado de él. El selector de tiro seguía en el lado derecho, conservando el mismo sistema de miras, reemplazó al modelo A en 1958, y ese mismo año fue adoptado por la Marina y el Ejército del Aire.
Las primeras unidades legionarias en recibirlo fueron las banderas destinadas en el Sáhara, siendo las últimas las banderas de guarnición en Ceuta y Melilla.
Aunque la producción del modelo B comenzó siendo limitada, llegando a fabricarse 94.005 entre los años 1961 al 1969 (según la Fábrica de Armas de Oviedo), en el año 1966, mi buen amigo Juan Ruiz, Caballero Legionario del reemplazo de ese año en el Tercio Duque de Alba, me comenta cómo los tenía solo asignados para tiro y para las guardias, empleando para instrucción el mosquetón Mauser Coruña, así como la Z-45. Dada la práctica habitual de emplear siempre el arma más antigua para los “barrigazos”, el legionario de entonces veía al CETME como un arma más frágil que el irrompible “chopo” (nombre popular del Mauser, que años más tarde volvería con la aparición del modelo C). Así, según el destino, no llegabas ni a verlos, como me cuenta otro caballero legionario de la época, D. José Conesa, de la 7ª Cía. II Bra., que no llegó a usarlo, aunque el I Tercio ya tenía asignado el cetme B, y empezaba a recibir el mod. C, pues a finales de 1967 D. Francisco Cortés, de la 1ª Cía. de la I Bra., tenía asignado el número 28.964.
En 1964 se adopta por las Fuerzas Armadas Españolas el cartucho 7.62x51 OTAN, y se adopta el nuevo modelo de Cetme, el C. Como cambios principales se estría la recámara, que facilita la extracción de las vainas, se aloja sobre el cañón una cápsula para útiles de limpieza, aprovechando el tapón como engarce para la bayoneta, el bípode ya no está integrado, cumpliendo éste también la función de corta-alambres. El guardamanos pasa a ser de madera, retomando el mote de “chopo” como he comentado antes, las miras son cambiadas por unas de tipo librillo de cuatro distancias, desde 100 a 400 m., el selector de tiro pasa al lado izquierdo, el pistolete se hace más anatómico con mejor agarre, y se les dota de unos resaltes para instalar un visor (luego fueron suprimidos). Es el modelo que más se ha utilizado y que más tiempo ha estado en servicio, uno de los mejores fusiles de asalto de su época, muy duro y fiable, permitía la esgrima de fusil como apoyo para realizar cuerpos a tierra.
Este modelo estuvo destacado en la marcha Verde, en el año 1975, estando en producción desde 1966 a 1976.
Dado que cuando se adoptó todavía estaba en producción el modelo B, se aprovecharon los materiales fabricados y hubo un modelo de transición, el modelo BTC, (transformación del B al C), del cual no he tenido constancia que haya servido en la Legión. Otro modelo que se transformó fue el Mauser de 7.92 y el mosquetón de 7mm, cambiándole el cañón para aprovechar la gran cantidad de estas armas en buen estado, para repartirlas en unidades de segunda línea, conocidos como FR 8 y FR 7. De los primeros se utilizaron en los primeros tiempos de la Boel (Bandera de Operaciones Especiales de la Legión) para instrucción.
Ha estado en servicio más tiempo del necesario, debido a la fragilidad de su sucesor, los modelos L, LC y LV, que lo debería haber reemplazado en la década de los 80. Este nuevo modelo se diferenciaba principalmente en el calibre, adoptando el nuevo cartucho impuesto por la OTAN, el 5.56x45mm, cambiando los elementos de puntería por un punto de mira y un alza de librillo de dos posiciones, 200 y 400 m, utilizando cargadores de mayor capacidad (10 y 30 cartuchos), empleando el uso de resinas plásticas para guardamanos, pistolete y culata, e incorporando un botón que sostenía el cierre retrasado para revisión y revista de los mismos.
En el año 1975 se procedió a hacer pruebas con 15 prototipos iguales, en la E.M.M. y Oes, otra vez el Tercio D. Juan de Austria III de la Legión y la Brigada Paracaidista. Cada unidad dispuso de 5 cetme L-1 (primera versión) con sus correspondientes 5 unidades del 7.62x51 para comparar. Las pruebas contaban para su realización con 800 cartuchos por arma y en ellas había que evaluar el manejo y comportamiento del arma en instrucción táctica, servicios de armas, marchas, ejercicios y maniobras, y ejercicios de tiro y de combate.
Los primeros CETME L (ligero) tenían el guardamanos de líneas cuadradas (L-1), pasando a redondearse en el modelo básico de producción, que es el que recibió la Legión, el LC (ligero corto) tenía una culata telescópica y menos longitud de cañón, y el LV era igual al modelo L preparado para montar dispositivos ópticos de puntería, tanto nocturnos como diurnos. Empezaron a suministrarse en el año 1985, llegando a la IV Bra. Del Tercio Duque de Alba II de la Legión a principios de 1986.
El legionario de la escuadra de la IV bandera del 4º Reemplazo de ese año, D. Santiago Romero, lo describía como de juguete, muy pequeño y ligero, y muy frágil tanto para el fusilero como para el maltrato que recibía en la escuadra de gastadores de la Bandera. Otro compañero, pero esta vez de la PLMM del 1er Tercio en Melilla a principios del 86, recibieron 4 para pruebas, estuvieron tirando con ellos y comentaban lo corto que era para realizar instrucción, así como lo frágil de su culata de plástico, pero en compensación pesaba menos y en el tiro era muy suave.
Yo mismo, realicé la instrucción con el modelo C en el año 1997 en la Brigada de La Legión, teniendo para realizar el tiro el modelo L, tal como había pasado 30 años antes cuando mi amigo Juan Ruiz utilizaba el mosquetón Mauser Coruña para la instrucción en vez del nuevo FUSA. Una vez ya en compañía tuve de dotación el modelo LC, muy agradable por su portabilidad, pero muy endeble, la culata solía perder la fuerza y en tiro sostenido tendía a recogerse, se movía mucho en el tiro, todo lo contrario que el L, que era como tirar con una carabina, y el único LV que teníamos de dotación, dado el poco uso que podíamos hacer de él como fusil de tirador selecto, ya que su calibre no era adecuado, además de no llegar a recibir la óptica, terminó siendo usado para las prácticas de la escuadra de gastadores.
El problema de este modelo es por todos sabido: la mala calidad de los materiales utilizados, pero eso no impidió que mermara nuestro trabajo, empleándonos a fondo para su mantenimiento siendo fundamental para el correcto uso del arma. Estuvo destacado en la misiones humanitarias en la que ha participado la Legión desde el año 1992, desde los Balcanes a Irak y Afganistán, hasta su sustitución a partir del año 1999 por el nuevo fusil reglamentario, el HK G36, recibida la primera partida en mi antigua Cía., la DCC de la Bra. De C.G. el 20 de Febrero de 2001.
Continua usándose el modelo L para la instrucción, preservando de un desgaste excesivo a los nuevos G36. También estuvo muy presente en las escuadras de gastadores de todos los Tercios, pero ha ido siendo relevado también para esta función por el modelo C, que es el que portan las mayorías de las escuadras de Gastadores de la Legión, sobre todo en el III y IV Tercio.
Otro modelo utilizado en la Legión fueron las ametralladores ligeras AMELI, compartiendo los mismos problemas que los modelo L, creadas para sustituir a la antiguas MG 42 del calibre 7.62, pero sin éxito.
En el museo de la Brigada de la Legión situado en la base de Álvarez de Sotomayor, en Viator (Almería), tienen una buena colección de armas ligeras, entre ellas los CETME A2, C y Cetmetón.