La palabra francotirador / Sniper es un vocablo que, a tenor de las circunstancias, muy poca gente tiene claro. Las razones están claras, puesto que no sólo tiene que lidiar con las connotaciones negativas que la prensa le otorgó tras la Guerra de los Balcanes, sino que compite con otras denominaciones propias del ejército español, como "Tirador Preciso".
Muchos sabréis que decir francotirador en un contexto mínimamente "entendido" es arriesgarse a una larga discusión sobre el uso de la palabra y posibles sinónimos. Sin embargo, a nivel lingüistico no existen dudas. Si quisiéramos explicar en pocas palabras qué significa francotirador, diríamos que es la palabra que define a una unidad especial militar / policial -por lo que queda excluído cualquier contexto civil- experta en el enmascaramiento y eliminación de objetivos tácticos a larga distancia. Por supuesto, esta sería una explicación muy pobre de una unidad que va mucho más allá. Por esa razón en Armas.es decidimos apuntarnos al Curso de Francotirador del Grupo de Operaciones Avanzadas (GOA) que se celebró los pasados 23, 24 y 25 de marzo, con la esperanza de mostraros en vivo y en directo qué significa ser francotirador.
Lo más conocido de los francotiradores es el momento decisivo, el disparo que a la postre suele traducirse en una baja enemiga. Sin embargo ese instante no es más que una pequeña parte de lo que rodea a esta figura táctica. Un verdadero Sniper requiere nociones tácticas avanzadas, conocimientos de enmascaramiento, una condición física envidiable y una enorme capacidad de observación. Todas estas características pueden encontrarse de forma natural en un operativo, pero lo más normal es que se adquieran mediante un estricto entrenamiento.
Tras hablar con el organizador del curso de GOA Tactical, Francisco Galván, pudimos analizar una parte contenido del curso, localizando las partes dedicadas a estas aptitudes. A saber:
-Estudio profundo de los tres tipos de francotiradores existentes
-Utilización del rifle según categoría del francotirador
-Tipo de entrenamiento según el tipo de francotirador que se quiere ser
-Francotirador militar / Francotirador Policial
-Condiciones físicas para ser francotirador
-Estudio de los mejores rifles de francotirador militar y policial
-Sistemas electrónicos contra francotiradores
-Trabajo con sistemas de visión térmica
-Utilización de rifle según categoría de francotirador -Métodos de Infiltración
-Camuflaje Facial con cremas especiales
-Tipos de camuflaje
-Métodos de emboscada
-Trabajos de ocultación para convoys
-Ejercicios de ocultación
-Física cinemática
-Balística
-Condiciones ambientales y sus efectos sobre el tiro
-Ejercicios de tiro con estrés
-Mantenimiento del arma
Sabiendo que esto es sólo una parte del temario, ya podéis haceros una mínima idea de lo que supone someterse a un entrenamiento para francotiradores y por qué consiste en una unidad tan completa, totalmente alejada del concepto que la gente común entiende. Por supuesto, los instructores del curson poseían una formación digna de la tarea:
-Francisco Galván: director de GOA Tactical, instructor de Krav Maga formado en Israel, escolta profesional en Israel, instructor policial por el CSD, instructor de tiro, Máster en Terrorismo y Contraterrorismo Internacional por la Universidad de Israel, ...
-Antonio Díaz: ex-boina verde con destinos internacionales en Líbano y África (Sahara, Angola, Mozambique...), escolta privado, policía de seguridad ciudadana y control de masas, maestro de artes marciales y deportes de contacto, formación militar y policial en España, Israel, Brasil, Holanda...
Nuestra incorporación al curso se produjo el jueves 24 de marzo, cuando el curso ya llevaba un día iniciado. En nuestra ausencia los asistentes recibieron una importantísima clase teórica sobre balística y física cinemática, reflejando la importancia de la precisión matemática. Sin esta base teórica es imposible considerarse un francotirador. Este es uno de los detalles básicos que diferencian al francotirador del tirador preciso, puesto que los cálculos requeridos por el primero son infinitamente más complejos que los que puede necesitar el segundo. Toda la teoría trabajada esa misma mañana fue puesta a prueba con una serie de ejercicios de tiro en condiciones de estrés, que serían la tónica general durante todo el curso, puesto que es la situación habitual del sniper; y una puesta a tiro de los rifles a 200 metros.
Cabe destacar la sorpresa que nos llevamos al descubrir que ninguno de los asistentes había disparado alguna vez a esa distancia, a pesar de pertenecer la mayoría a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero más aún nos sorprendió la motivación de la mayoría para emprender este curso: "en nuestra unidad no recibimos ni se ofrece entrenamiento de este tipo". De hecho, GOA Tactical nos informa de que actualmente está recibiendo alumnos policías y militares que pertenecen a grupos de tiradores en activo y miembros opositores para esos reducidos grupos de tiradores de élite.
A nuestra llegada, el día siguiente, los instructores Francisco Galván y Antonio Díez volcaron el peso del curso en la parte más operativa del sniper: la concerniente al camuflaje y la ocultación.
Un francotirador debe conocer perfectamente las técnicas de enmascaramiento, puesto que mantener su oculta su situación resultará vital, la mayoría de ocasiones. Es por eso que la jornada transcurrió con explicaciones básicas sobre el camuflaje personal, tanto facial -mediante cremas y pinturas- como corporal -usando material encontrado a nuestro alrededor-. Todo este conocimiento fue posteriormente aplicado a fórmulas de combate táctico como el planteamiento de emboscadas, ocultación y defensa de convoys, infiltración... sin embargo, si tuviéramos que destacar un ejercicio, nos quedaríamos con la prueba final en la que cada participante quedaba libre de encontrar / fabricar un escondite, con el objetivo de enmascararse, con la ayuda única de los conocimientos adquiridos y un Guillie Suit. Gracias a esta prueba quedó patente la dificultad de enmascararse perfectamente en una situación de tensión, sobre todo cuando intuímos que el vigilante sabe, de alguna manera, que estamos ahí. Sin embargo, algunos de los asistentes consiguieron darnos un claro ejemplo de cómo ocultarse en estas condiciones por lo que la experiencia fue completa. Incluso aprendimos una lección: "cuando te griten ¡te he visto! o te amenacen en una situación real, no salgas nunca de tu escondite... es algo que los novatos deben meterse en la cabeza" nos contaba Sisco Galván tras ver como varios participantes caían en la trampa.
Además, pudimos asistir a una demostración real de utilización de visores térmicos, que nos hizo ver la importancia que tiene la alta tecnología en el ambito policial y militar, siendo éste un sistema prácticamente infalible en la busqueda de personas en la total oscuridad u ocultación. Comprender todos los conceptos aprendidos en esta jornada es vital para entender la figura del francotirador, puesto que sólo conociendo al dedillo estas técnicas se puede desarrollar su componente táctico.
Quizá en el último día del curso fue dónde más disfrutamos, puesto que llegaba el momento de poner en práctica los conocimientos balísticos con 2 pruebas, un ejercicio de tiro a 300 metros, que nos sirvió de calentamiento; y el verdadero desafío: un ejercicio de tiro a 900 metros. Tenemos que decir, en primer lugar, que estamos seguros de que el tirador medio no es consciente de lo que significa alcanzar un objetivo con un disparo a 900 metros, de la distancia real que existe con el blanco y de las variables a tener en cuenta.
Ponerse en una línea de tiro, mirar la pequeña mota que tenemos por blanco y saber que tienes que acertarle en un sólo disparo (en una situación real), supone una de las situaciones más desafiantes a las que puede enfrentarse una persona. Como podéis ver en la imagen, había una gran variedad de rifles y visores, incluyendo ejemplos como el TRG 22, el Savage Tactical 110 BA Tactical, algunos Remington y algún Marlin, además del Unique FMR RS1 con el que participamos.
El resultado de la tirada fue claro: la mayoría de los tiradores no consiguieron acertar al blanco estático en los primeros intentos, necesitando varias correcciones para superar las dificultades -como el fuerte viento- viendo aquí la importancia de la teórica en el cálculo balístico. En una situación de fuego real tendríamos, como mucho, una segunda oportunidad en la que ajustaríamos el disparo mediante las indicaciones del observador.
En el caso de fallo... más os vale poner pies en polvorosa y buscar un puesto seguro.
A la finalización del curso, los participantes recibieron un título homologado por I.M.P.S.A. Israel, que viene a ser el equivalente israelí a la Asociación de Instructores de Tiro Táctico, registrada en el Ministerio del Interior. Sin embargo, en nuestro caso valoramos la pequeña porción de experiencia que pudimos probar de uno de los trabajos más estresantes del mundo, uno de los puestos tácticos más importantes y también más desconocidos.
Ser francotirador es algo más que apostarse en un tejado con un rifle. Es más que ser un tirador excepcional. Es más que actuar como un "lobo solitario". Ser francotirador es ser una unidad de élite en todos los sentidos, pero sobre todo en sigilo, táctica y eficiencia; estados que sólo pueden alcanzarse a través de un intenso entrenamiento.
Esta vez hemos tenido la oportunidad de experimentar un acercamiento al mundo sniper (que tenemos que recomendar encarecidamente). Quizá con esta pequeña crónica, consigamos desmitificar algunas de las mentiras que rodean a esta figuran y engrandecer sus virtudes. Mientras tanto, nos alegramos de que en España cada vez se promueva más la formación específica en puestos tácticos militares / policiales.
Por último, nos gustaría agradecer la excelentísima acogida que los instructores y alumnos otorgaron al equipo de Armas.es, lo que sin duda facilitó mucho el trabajo para realizar el reportaje que hoy estáis leyendo. ¡Informar así da gusto!