“El Ejército británico no necesita equiparse con armas de gangsters". Esta lapidaria frase, pronunciada por un destacado oficial inglés, supuso la primera piedra en la aparición del subfusil Sten. Basándose en la costosa Tommy Gun, dos ingenieros británicos crearon el Sten, un subfusil en calibre 9mm Parabellum tan simple como eficaz.
Subfusil Sten MK III
Sin temor a equivocarnos, podríamos asegurar que la pistola ametralladora o subfusil se coronó durante la Segunda Guerra Mundial. Primero fueron los alemanes, con su MP38 y más adelante con su MP40, le siguieron los estadounidenses con su Thompson M1928, los soviéticos con su PPSh-41, los finlandeses con el Suomi M31… y así hasta que prácticamente cada ejército beligerante dispuso de su propio subfusil. Todos menos los británicos, cuyo Estado Mayor se resistía a equiparse con un arma considerada “de gangsters". Sin embargo, varios encontronazos desastrosos con los MP38 de las tropas nazis provocaron que los ingleses se replantearan su decisión. En un principio, se pensó en dotar a los soldados británicos con el Tommy Gun estadounidense, sin embargo, sus elevados costes de producción y su excesivo peso y tamaño fueron motivos más que suficientes para que fuera descartado.
Subfusil británico Lanchester
El Estado Mayor del Reino Unido buscaba un subfusil barato, eficaz y ligero. Bajo estas premisas, el comandante Reginald V. Shepherd y el ingeniero de la Fábrica Real de Armas Cortas de Enfield, Harold J. Turpin, recibieron el encargo de crear un subfusil más económico que el Thompson pero con idéntica o superior cadencia de fuego. Así, ya entrado el año 1941, Shepherd y Turpin mostraron al público su primer proyecto. Un arma que fue bautizada con el apelativo de STEN (“S" por Shepherd, “T" por Turpin", y “EN" por Enfield, lugar donde se creó). Esta primera versión del subfusil Sten era 5cm más corto que el Tommy Gun, pesaba 2kg menos y carecía de todos los elementos estéticos que encarecían el coste final del subfusil americano.
Despiece básico del mítico subfusil.
Una de sus virtudes, y no la menor, era que constaba de sólo 24 partes, lo que facilitaba su despiece y su limpieza. Además, cada Sten podía fabricarse en serie por menos de 15 dólares, una cifra notablemente inferior a los más de 200 dólares que costaba cada unidad del Thompson a principios de la década de 1940.
A pesar de todo, en realidad, el Sten estaba completamente inspirado en el Thompson americano. De hecho, ambos subfusiles compartían el mismo sistema de acción. En el caso del Sten, el cerrojo se encargaba de llevar un cartucho del 9mm Parabellum hasta la recámara, que se ubicaba debajo de la mira delantera. Ya en la recámara, el percutor golpeaba el pistón del cartucho y al estallar la pólvora, el cerrojo comprimía el resorte y la vaina salía volando por la ventana de expulsión. En modo automático, los disparos continuaban hasta que el tirador soltaba el gatillo o se acababan los 32 cartuchos que cabían en sus típicos cargadores de caja. La fabricación de estos cargadores también resultaba menos costosa que la de los clásicos de tambor del Thompson, y además, por su forma alargada, podían utilizarse como empuñadura adicional.
Fabricación en masa del Sten.
La necesidad agudiza el ingenio
Los primeros enfrentamientos entre tropas germanas y huestes británicas en la Segunda Guerra Mundial dejaron bien a las claras el dominio del subfusil moderno como arma de infantería. Los evolucionados MP38 de los alemanes mostraron su enorme hegemonía sobre los Lanchester británicos (copias del antiguo MP-18). Era el resultado palpable de enfrentar un ejército moderno y preparado para la “guerra relámpago" con un ejército anticuado que había dormitado durante el período de entreguerras. Así las cosas, Gran Bretaña se vio ante la imperiosa necesidad de equiparse con un subfusil que pudiera hacer sombra a la tecnología germana, y fruto de esta necesidad nació el Sten.
Subfusil Sten Mark II
Como hemos visto anteriormente, la primera versión de esta mítica arma apareció en 1941 con el apellido de Mark I. Este primer modelo contaba con piezas de madera que pronto fueron sustituidas por componentes metálicos en la Mark II. Precisamente, esta fue la versión más difundida del Sten. Al modelo Mark II le siguieron hasta seis versiones diferentes, siendo el Mark VI el último modelo fabricado de este legendario subfusil.
Se calcula que desde 1941 hasta prácticamente 1960 se fabricaron más de 4 millones de unidades del Sten en sus diferentes modelos. De todos ellos, el que más popularidad alcanzó fue el Mark II. Los motivos de su extraordinaria difusión tal vez sean su escaso coste económico, así como su rápido y sencillo despiece. El Sten Mark II del calibre 9x19mm presentaba una cadencia de fuego cercana a los 550 disparos por minuto. Esta considerable cifra obligó a los diseñadores ingleses a agujerear su cañón de 197mm para ventilar la recámara y evitar un calentamiento excesivo. Otros datos significativos del Sten eran su velocidad en boca de 370 m/s y su selector de modo de fuego ubicado justo encima del disparador.
Subfusiles Sten con varios accesorios.
A pesar de sus múltiples virtudes, el Sten nunca pudo deshacerse de ciertos estigmas que le otorgaban una mala imagen. Su apariencia tosca, la sencillez de sus miras abiertas, así como las continuas interrupciones provocadas por el erróneo diseño de su cargador, hicieron que el Sten se ganara una nefasta reputación entre las tropas británicas. Tal vez, uno de los motivos que explican los estrepitosos fallos de alimentación sea que, como ya se ha mencionado anteriormente, muchos usuarios sujetaban el arma por el cargador. Esta excesiva presión en el cargador pudo facilitar las interrupciones que acabaron dando mala prensa al Sten.
Sten Mark VI con silenciador.
En medio de la guerra, y con el objetivo de superar los inconvenientes que presentab el Sten, la compañía británica BSA intentó crear un arma superior al subfusil de Enfield. Se trataba del BSA Welgun, un subfusil ligero con un diseño muy similar al del Sten y destinado en principio a las tropas paracaidistas. Sin embargo, la propuesta de BSA fue rechazada por el Estado Mayor británico, quien no vio conveniente modificar la producción de su subfusil en plena contienda bélica.
Aún así, el subfusil diseñado por Shepherd y Turpin, goza de un puesto de honor en la historia de las armas militares al ser el subfusil con el que los checoslovacos Jan Kubis y Joseph Gabcik asesinaron en 1942 al oficial del Ejército Nazi Reinhard Heydrich. En este sentido, la antigua Chescoslovaquia no fue la única nación a la que llegaron unidades del Sten. En España, el subfusil británico pudo verse durante varios años en manos de los “maquis", los grupos de resistencia surgidos tras la conclusión de la Guerra Civil.
El Sten también se dejó ver por territorio español.
El Sten se mantuvo como arma de dotación del ejército británico hasta 1960, fecha en la que fue reemplazado por el más moderno Sterling. Durante sus prácticamente 20 años de servicio, el Sten fue empleado por los cuerpos paracaidistas y la infantería británica, aunque también se utilizó como arma de defensa entre las unidades que no combatieron en primera línea. En definitiva, si pusiéramos en una balanza todas las virtudes y los defectos del Sten, seguramente las ventajas de este mítico subfusil se impondrían a todos sus inconvenientes. Por ello es uno de los subfusiles más recordados de la Segunda Guerra Mundial…