El FN FAL es, junto con el M16 y el AK47, uno de los fusiles de asalto más populares y difundidos de la historia. Inconfundible protagonista de numerosos conflictos bélicos del siglo XX, su fama va ligada irremediablemente a la adopción de un calibre histórico: el 7,62x51mm OTAN, también conocido como .308.
Podría afirmarse, sin temor a equivocarse, que fueron los alemanes quienes sembraron las semillas para el posterior nacimiento del FN FAL. Y es que fue el Ejército nazi quien primero observó, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, la necesidad de equipar a sus tropas con un nuevo concepto de arma menos pesada, más rápida y más eficaz que los antiguos Mauser de cerrojo. Eran los prolegómenos a la aparición del Stg44, mundialmente reconocido como el primer fusil de asalto de la historia. A la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, la industria armamentística de los países más poderosos del planeta se puso manos a la obra para crear un arma de similares características a las que presentaba el Stg44. De esta forma, llegaron, entre otros, fusiles tan célebres como el mítico AK-47 de Mikhail Kalashnikov, un arma que cumplía con creces las necesidades de un buen fusil de asalto: un calibre potente pero más ligero que el de los cerrojos (7,62x39mm), ligereza, sencillez y fiabilidad.
Despiece del FN FAL.
Tomando como base el diseño del arma soviética, en los primeros años de la década de 1950 el Ejército británico, en colaboración con la FN Herstal belga, presentó en sociedad a su EM2, un precario fusil de asalto calibrado para cartuchos del .280. Sin embargo, prácticamente al mismo tiempo, los estadounidenses desarrollaban un nuevo cartucho que al final acabaría imponiendo su hegemonía en gran parte de las armas militares de la época: el 7,62x51mm (.308). Y todo gracias a que la OTAN, cediendo a las presiones y la influencia norteamericana, adoptó como calibre oficial para los fusiles militares al 7,62x51. De esta forma, a los británicos no les quedó más remedio que aceptar un cartucho estadounidense que, en principio, ellos rechazaban. Una de las primeras armas que se calibraron para esta munición fue precisamente el FN FAL belga, un rifle que en 1953 se convirtió en el fusil de asalto oficial del Ejército británico.
Como ha quedado demostrado, el nacimiento y la expansión del Fusil de Asalto Ligero (FAL) están directamente vinculados a la entrada en la escena internacional del .308, una munición potente y fiable que se convirtió en el calibre oficial de buena parte de los fusiles de asalto de la segunda mitad del siglo XX. En este sentido, los estadounidenses lo utilizaron para su legendario M14, los españoles en su CETME C, los alemanes para equipar al HK G3, y más de 90 países dispararon cartuchos del .308 en el FN FAL. Porque así es, más de 90 naciones adoptaron oficialmente el FAL para sus tropas. Entre ellas lógicamente Bélgica, la anteriormente mencionada Gran Bretaña, Canadá, Israel, Sudáfrica y buena parte de los países latinoamericanos, como por ejemplo Argentina o Brasil.
.308: ¿idóneo para un fusil de asalto?
La estrecha relación existente entre el FN FAL y el .308 ha recibido tanto críticas como halagos. Sus numerosos defensores aseguran que arma y munición forman un binomio casi perfecto. Argumentan que el sistema de acción por toma de gases es fiable, evita las temidas interrupciones y ayuda a reducir el retroceso, sobre todo, gracias a su regulador del flujo de gases. Este original dispositivo mecánico ubicado junto al punto de mira se abre según el nivel de limpieza del arma. Así, cuando el fusil está completamente limpio, el sistema permanece prácticamente cerrado, por lo que la mayor parte de los gases son expulsados por el cañón. Mientras que si el cañón está sucio, el dispositivo puede abrirse para emplear más gases que permitan la repetición. A todo esto hay que añadir su excelente nivel de acabados y su robustez. Para completar sus características técnicas, decir que el modelo estándar cuenta con un cargador desechable para 20 cartuchos (aunque también hay versiones especiales para 30) y que su velocidad inicial ronda los 835m/s.
Cartuchos del calibre .308
Por el contrario, los detractores del FN FAL, entre los que históricamente siempre se han encontrado los estadounidenses (decantados hacia el M14), le acusan de ser un arma demasiado cara y delicada para producir en masa. El fusil de asalto belga también ha sido criticado por su considerable tamaño (110cm), su excesivo peso (4,45kg vacío), y su complicado manejo en el modo de tiro automático. Precisamente, esta es una cuestión que tradicionalmente siempre se han planteado los amantes de las armas: ¿es el .308 un calibre idóneo para un fusil de asalto? Y es que parece ser que la ingobernabilidad de este potente cartucho en modo automático fue lo que llevó a la OTAN a adoptar el .223 como calibre oficial para sus fusiles de asalto. Aunque seguro que hay muchos que prefieren el .308 antes que el .223…
Carabina FN FNC con visor.
Respecto a este último apunte, conviene hacer un inciso para aclarar que el FN FAL original disponía de dos modos de fuego: semiautomático y automático. Sin embargo, debido a que en el modelo L1A1 británico se eliminó la opción de fuego automático, se ha extendido la creencia de que el FAL sólo podía disparar en modo semiautomático. Y ya que hablamos de versiones, como la del L1A1 inglés, decir que existe un buen puñado de derivados del FN FAL entre los que destaca una versión sniper con cañón pesado y mira telescópica incluida.
El compañero instructoritb con un FAL.
Actualmente, y a pesar de que ya han pasado más de 50 años desde su nacimiento, todavía pueden verse numerosas unidades del FAL en manos de soldados pertenecientes a países sudamericanos. Otros, ya lo han sustituido como por ejemplo los israelíes, que se quedaron con su Galil, los austriacos que adoptaron el Steyr AUG, e incluso los propios belgas, quienes lo cambiaron por la carabina FNC. Sin embargo, la popularidad del FN FAL sigue muy vigente. Tanto es así que, curiosamente, en Estados Unidos (antiguo “enemigo" de este fusil) esta arma goza de una gran aceptación entre los tiradores deportivos. Y es que a veces donde dije digo, digo Diego…
Una de las últimas versiones del FAL.