Cuando hablamos de armas en España nuestra mente colectiva siempre viaja hacia conflictos bélicos, terroristas, cuerpos policiales, deportistas y demás grupos específicos. Sin embargo, muy pocas veces pensamos de primeras en las armas como algo recreativo… cosa realmente rara, cuando este país se ha cimentado durante décadas en una juventud que se divertía en su tiempo libre con una carabina de aire comprimido clásica de poco alcance y precisión, pero capaz de hacer sentir a su propietario como el mítico John Wayne. Sin ir más lejos, sólo tenéis que leer el pequeño texto que nuestro compañero Santiago Fernández nos ha regalado en el primer artículo de este número, en el que nos cuenta la realidad de una España muy diferente a la actual: mucho más tolerante con nuestra cultura.
Lejos quedan ya las tardes de carabina de aire y aventuras, en el que el único límite era el uso responsable y racional, dando paso a un sin fin de impedimentos que en la mayoría de las ocasiones consiguen que la gente desista. No es ese nuestro caso, por supuesto. El tiro recreativo todavía es posible y, lo que es más importante: sigue siendo divertido, sobre todo teniendo en cuenta los avances en materia de aire comprimido que os hemos contado anteriormente. ¿Nos acompañas a una jornada de “plinking”?
De las tardes con carabina al plinking
Como no podía ser de otra forma, el tiro recreativo es uno de los entretenimientos más populares en EE. UU., que no “disfruta” de los impedimentos que tenemos en España. Debido a la enorme familiaridad de sus habitantes con las armas, lo que aquí corresponde a un infierno de papeleo para simplemente poder llevar una carabina en el coche, en EEUU se traduce en una extrema facilidad para poder pasar una agradable jornada disparando balines o perdigones a discreción.
Este fenómeno es conocido como “Plinking”, una palabra que viene del característico sonido que emiten los perdigones al impactar sobre metal. Como el fenómeno que fue popular en España, el plinking proviene de áreas rurales, en la que por espacio uno puede disparar a discreción con un mínimo de preparación.
Mientras que en este artículo hablaremos exclusivamente del tiro recreativo con carabinas de aire comprimido, en EEUU este fenómeno suele tener otro protagonista: el 22 LR, un calibre tan popular en el país americano que no es raro que sufra temporadas en las que es imposible encontrarlo en las armerías. Como comprenderán, en España no es legal el concepto de una tarde practicando puntería, con este calibre, en una finca, aunque sea de nuestra propiedad. Aún así, podemos aplicar algunos conceptos de esta costumbre americana, dentro de nuestras limitaciones con el aire comprimido y pasar una tarde divertida.
El plinking como herramienta didáctica
El gran motivo del éxito del plinking se divide en varios puntos:
-La libertad de elección: uno de los mejores beneficios del plinking es la libertad a la hora de elegir la experiencia de tiro, algo de lo que adolecen las galerías. La dificultad, situación y reto ofrecido por el disparo sólo tiene el límite impuesto por el tirador. El único problema añadido a este motivo es que esta libertad es muchas veces rebasada por algunos tiradores irresponsables. Como hemos dicho, la clave es la responsabilidad del usuario.
-Mejora de las habilidades del tirador: uno de los entrenamientos básicos de los deportes de pelota es darle al deportista diferentes tamaños, para aumentar su dominio. El plinking por su parte permite al tirador cambiar constantemente de objetivo (una lata, una botella, una placa de metal...), modificando la experiencia y su manera de encarar. Además, cuando un deportista quiere afianzar sus habilidades no lo hace en un entorno de competición y presión, sino en un sitio de confianza y tranquilidad. Con el tiro pasa una cosa parecida, y es que no hay nada mejor para definir la puntería que estar en un sitio en calma, en el que se pueda oir perfectamente el impacto o incluso ver la nube de polvo que dejan nuestros fallos. Obviamos decir que en casos como los de tiradores de IPSC, es sencillo recrear una experiencia parecida que ayude como calentamiento antes de probar con el desafío real.
-Aprender los procedimientos de seguridad con armas: las normas de seguridad con armas pueden ser enseñadas teóricamente, pero como todo, se necesita práctica para cumplirlas correctamente. Con el plinking no sólo podemos ponerlas en práctica, sino que es una herramienta excelente para enseñar seguridad a tiradores novatos que vayan a dar el salto a las armas de fuego.
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