Antecedentes y primer modelo de escopeta corredera
La escopeta de corredera es posterior en diseño a la de cañones paralelos y monotiro, pero anterior a la escopeta semiautomática. Hay cierta controversia sobre cuál es el origen de las escopetas de corredera, aunque la mayoría de los autores coinciden en citar al armero escocés Alexander Bain como el inventor de este mecanismo de alimentación en 1854, año en que le fue concedida la patente. Su intención era desarrollar un arma económica con gran poder de fuego, para entrar en el negocio de la caza de patos y gansos en Norteamérica.
La escopeta “Spencer”
Pero las primeras escopetas en entrar en ese mercado les corresponderían a los armeros ingleses Christopher Spencer y Sylvester Roper, a este último en 1882 le fue concedida una patente con un sistema de alimentación muy cercano a lo que hoy en día conocemos. Alguno de nuestros lectores le sonará familiar el apellido Spencer y no sin razón, ya que fue el creador del famoso rifle de palanca con amartillamiento manual que llevaría su nombre y que sería adoptado por el Ejército de la Unión en la Guerra de Secesión norteamericana. Pero volviendo a la escopeta, la patente antes mencionada daría como resultado la producción del modelo 1890, que referencia el primer año de su fabricación. Esta primera escopeta de corredera se caracterizó por ser pesada, mal equilibrada y complicada de operar. Aunque se llegaron a vender 354 unidades al ejército en dos lotes, nunca entraron en combate. Parece ser que hay algún indicio de que pudieron ser usadas para la custodia de prisioneros.
La escopeta corredera “Burgess”
Paralelamente Andrew Burgess, también en 1890, presentaría su propia interpretación de una escopeta de corredera, con un peculiar e interesante modelo. Este fotógrafo y diseñador de armas, que realizaba trabajos puntuales para Colt, acabaría fundando su propia compañía en el estado de Nueva York, la Burgess Gun Company. Para evitar infringir la patente de Spencer inventaría un sistema de alimentación y eyección situado en la empuñadura, a diferencia del ya conocido en el guardamanos, gracias a lo cual el arma presentaba otra no menos interesante característica: era plegable.
Para potenciar esta cualidad de ocultación, pensemos que los parámetros de vestimenta de la época no eran los actuales. Con el arma se suministraba una cartuchera específica que permitía llevarla bajo la levita. Hay que considerar que sus dimensiones se correspondían con un arma del calibre 12 con cañón de 20” (51 cm) y depósito tubular para cinco cartuchos.
Una de las ventas más importantes realizadas por su vendedor más importante por aquel entonces, Charlie Dammon, un aclamado y famoso tirador de exhibición de la época; fue al Presidente de la Policía de Nueva York: el que más tarde sería Presidente de los Estados Unidos Theodore Roosevelt. En una demostración efectista en su despacho, Roosevelt quedó muy impresionado y entusiasmado con la tecnología del arma, por lo que ordenó sin demora cien escopetas para su uso en el Sistema Penal del Estado de Nueva York (que finalmente acabarían subastándose en Canadá alrededor de 1920). De hecho las demostraciones impactantes eran su habitual y principal argumento de venta, con ninguna escopeta de corredera de la época era posible disparar tan rápido que se mantuviesen seis cartuchos vacíos en el aire o romper seis platos de arcilla antes de que llegasen a tocar el suelo.
El que fuera Presidente de los Estados Unidos fue un gran cazador y un amante de las armas, pero curiosamente, aunque no llegasen a usarse en las prisiones, esta sería la primera vez que se destinaba un arma de corredera para usos estrictamente defensivos y policiales. No sería la última, ya que se venderían otras a agentes de la ley y otros miembros dedicados a la seguridad, por lo que podemos considerar a la “Burgess” la primera escopeta de combate construida exprofeso para ese cometido. También sería utilizada por pistoleros del viejo oeste, se tiene constancia de que era una de las armas del arsenal de Pat Garrett, conocido por haber matado a Billy el Niño. Es muy posible que en la elección del arma influyese Theodore Roosevelt, ya que ambos eran grandes amigos. De hecho siendo ya presidente, le nombró responsable de aduanas en El Paso (Texas).
En 1899 Andrew Burgess se retiraría del mercado, vendiendo su empresa y patentes a la ya por aquel entonces todo poderosa Winchester. Estos rescatarían la maquinaria reutilizable y cerrarían la fábrica y marca de su competidor.
Escopeta corredera Winchester 1893 y 1897
Eliminado “Burgess” del mercado por medio de su adquisición, Winchester se erigiría en el líder indiscutible de las escopetas con este tipo de mecanismo. Diseñada por el genio de Utah, John Moses Browning, introduciría una serie de importantes mejoras sobre el modelo Spencer, siendo la más significativa el bloqueo de corredera, que obligaba a desplazarla completamente hacia delante para poder efectuar el siguiente disparo. De esta forma se
evitaba que se abriese el cerrojo hasta que la presión de los gases no abandonasen el cañón. Esta mejora de seguridad, su velocidad de funcionamiento y otros avances varios, que hacían de la Winchester una opción superior a la Spencer, motivaron por su parte una demanda por infracción de patente. Algo que no llegaría a prosperar por dos razones: primero porque la redacción de la patente de Spencer era poco concreta en su definición y segundo porque Winchester era ya un fabricante de armas de enorme peso.
Hasta entonces todas las escopetas eran de pólvora negra, pero a raíz de la aparición de los primeros cartuchos de pólvora sin humo, se produjo lo que parece ser la primera llamada a revisión de un modelo de arma de la historia. Después de fabricar 34.000 unidades de este modelo y ante el temor de demandas de usuarios que utilizasen los nuevos cartuchos que empezaban a sustituir rápidamente a los de pólvora negra, Winchester reconvierte el modelo 1893 al modelo 1897. Posteriormente denominado simplemente modelo 97, que no era más que una versión reforzada del anterior, capaz de aguantar la nueva cartuchería sin problemas. Además ofreció a los usuarios propietarios del primer modelo un cambio gratuito al modelo 97 de todas aquellas armas enviadas a fábrica. Para hacernos una idea del éxito y la robustez de este modelo baste decir que se fabricaron algo más de un millón de unidades y estuvo en fabricación hasta 1957, por lo que no es raro ver algunas de ellas en jornadas de caza en EEUU, utilizadas orgullosamente por sus propietarios. Como dato anecdótico decir que existió una versión de “lujo” con cañones de acero de damasco en producción hasta 1914.
Durante todo ese tiempo aparecieron multitud de variantes según el uso al que fuesen destinadas, por citar algunas: Trap, Riot, Pigeon, Brush, Tournament and Trench (M97), esta última sería adquirida por miles por el ejército norteamericano para la guerra de trincheras en la Primera Guerra Mundial y que conviviría con una versión posterior con el mismo fin, como veremos a continuación. El modelo 97 sería el primero de corredera en entrar en combate en el ejército USA, alrededor de 1900, ya que varios cientos de unidades fueron empleados en la Guerra Filipina – Estadounidense (1899 – 1902). Aunque sería la variante “Trench” la que se considera la primera escopeta de combate moderna. La dureza y tácticas de los moros juramentados, junto con sus acciones suicidas, motivaron una revisión del armamento ligero de las tropas norteamericanas. La sustitución de los ineficaces revólveres del .38 y rifles .30-40 Krag-Jørgensen, fue acompañado de la adquisición de estas escopetas.
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