Una vez acabados los ajustes, me dispuse al centrado del arma en el campo de tiro. Esta Franchi cuenta con un cañón cilíndrico que, en mi opinión, la hace idónea para el uso que posteriormente íbamos a darle. Ubicamos un blanco a 25 metros y efectuamos una tanda de tres disparos. La agrupación de estos tres tiros fue muy buena, pero baja y bastante a la derecha. Una vez efectuadas las correcciones pertinentes, logramos agrupaciones francamente buenas e incluso superposiciones de disparos. Desplazamos la diana a los 50 metros y pudimos comprobar cómo al efectuar los disparos las agrupaciones eran realmente sorprendentes, estando todos los impactos entre el 9 y el 8 de la diana. Cuando desplazamos la diana hasta los 100 metros la cosa cambió bastante, pero no debemos olvidarnos que estamos hablando de una escopeta y no de un rifle.
La segunda de las pruebas de campo la realizamos sobre otro tipo de animales, en este caso cierva. Se efectuó el disparo usando la bala FIER a unos 60 metros de cruzado, andando la cierva 40 metros hasta caer desplomada. En la tercera y última de las pruebas pusimos las cosas un poco más complicadas y decidimos realizar la caza del jabalí al salto. Pues bien, el jabalí arrancó a unos 5 metros y en poco menos de un metro conseguí efectuarle dos disparos. Ahí me di cuenta de la cadencia de fuego de estas armas. Hice blanco en el cuerpo del animal con una bala de tipo FIER, el jabalí fue apresado por los perros y rematado a cuchillo.
Ni que decir tiene que este tipo de arma es altamente recomendable para la caza mayor en nuestro país, no sólo por la cadencia de fuego que tiene, sino también por la fiabilidad del arma y lo barato de su adquisición. Cada vez aparecen en el mercado más armas de este tipo con un coste más reducido y mucho más fiables. Unidas a una buena munición y en distancias razonables, estas armas ofrecen un rendimiento similar al del rifle, siendo su adquisición mucho más económica.