- La carga útil consiste en un número variable de perdigones de plomo (o acero, menos contaminante y usado en humedales para evitar la contaminación del agua por la toxicidad del plomo) o una gran bala. Como la bala no puede girar tomando las estrías del cañón, suelen tener planos helicoidales en su parte externa o interna que la hace girar por efecto de su aerodinámica.
La longitud del cartucho es variable. Suele ser de hasta 2 y 3/4 de pulgada (70mm) o 3 pulgadas (76mm los Magnum). Pero no hay límite inferior. Si el taco es más delgado o la carga es menor, la longitud se reduce. Hemos llegado a ver cartuchos del calibre 12 y 16 recargados de apenas 4 cm para abatir pequeñas alimañas como las ratas. Vamos ahora a conocer los tipos de calibres.
Calibre 0, 1 y 2: Los más grandes
Un cartucho del calibre 0 carga medio kilo de plomos y el pequeño calibre 2 hace volar un cuarto de kilo. Pero las armas que los disparan no eran de hombro, ya que un arma de estas características sería imposible de portar por un cazador, y menos de disparar. Entonces, las ataban a la proa de un bote sobre un soporte giratorio y con la culata las dirigían hacia los patos que caían a decenas cada vez.
Calibre 8
Se usó (con relativa comodidad para el cazador) en África, Asia y América. En América abatieron los primeros gansos y en una pasada de patos, de un sólo tiro, se servía la mesa para toda la familia. Su bala sólida tiene un golpe aproximado de 870 kg a 450 m/s. Si descartamos las cuatro grandes especies (búfalo, elefante, rinoceronte e hipopótamo), de ahí para abajo funciona como una puntilla. Según los relatos existentes, los tigres y leones caían como conejos. Como curiosidad, hay una escopeta de origen belga que de fábrica se llama “la ira de Dios". Poco más que añadir, pues el nombre lo dice todo.
Calibre 10
Hijo europeo utilizado para tiros largos (recordar que lo normal era el 16, ya que el 12 era una rareza escasa) donde las escopetas normales se quedaban cortas. Pero nunca fue popular. Hasta que un día la casa Ithaca (EEUU) puso en el mercado una repetidora en calibre 10 alargado para convertirlo en Magnum. Causó furor entre los cazadores de gansos y pavos.
La pujante industria americana se resistía a aceptar el 14 como el cartucho más utilizado, igual que ocurría en Europa antes de la Primera Guerra Mundial; con lo que la cartuchería de fuera irrumpiría con fuerza como competidora en el mercado nacional. Así que se desarrolló la producción de este calibre que carga lo mismo que un 12 suave, pero con el retroceso y plomeo del 16. Era bueno, pero la imposibilidad de exportarlo hizo que el 12 finalmente lo eclipsara.
Calibre 16
Alto rendimiento, es tan dúctil que con cargas pesadas tiene el mismo comportamiento que el 12, pero con un retroceso sensiblemente inferior. Con cargas suaves de 25 g equivale a un 20 pero con menos retroceso, ya que son suaves para él, pero nominales para el otro. Nunca se desarrolló un cartucho Magnum en este calibre.
Calibre 20
Es un buen calibre con cargas nominales siempre que hablemos de conejos, patos, perdices, palomas y piezas similares de caza menor. El terreno perdido por el 16 lo viene ganando el 20 porque las personas de poco talle o incluso las mujeres tiradoras se encuentran mejor con él. En un afán de mejorarlo se han desarrollado versiones Magnum de 76 mm de recámara, que con las cargas más pesadas de 32 g igualan al 12, pero con plomeos más dispersos puesto que en cualquier calibre estas magnitudes (la carga y el plomeo) funcionan en sentido inverso. Cuando uno sube el otro baja, y viceversa.
Calibre 24
Es el primero de los pequeños. Con bala sólida, su comportamiento es pobre y no recomendable. Pero es muy cómodo de tirar por su escaso retroceso y su efectividad. Fuera de nuestro país se usa para entrenar en skeet y recorridos de caza.
Este calibre forma parte del cuarteto más utilizado en el mundo, junto con el 12, el 20 y el .410. Es suave pero increíblemente efectivo. Escopetas de un sólo cañón en este calibre son fáciles de encontrar en todos los clubes de tiro y para la caza de córvidos es excelente, ya que, además de lo dicho, su escaso ruido permite repetir varias veces el disparo antes de desplazar el bando.
Calibre 32
Nunca fue gran cosa, pero el “12 milímetros" (calibre 36) se encargó de eliminarlo. Disparan las mismas cargas casi sin retroceso y la versión .410 del último lo supera.
Calibre 36
Como hemos dicho, es común denominarlo 12 milímetros. Es un fantástico cartucho ya que su comportamiento, a escala reducida, es el mismo que el de los grandes. Por algo es el único calibre pequeño para el que todavía se fabrican escopetas artesanales de gran precio y categoría.
Se trata de un calibre 36 alargado para que entre más plomo, de tres pulgadas ó 76 milímetros. Su carga más pesada es igual a la de un 20 y, debido a su estrecho cañón que concentra la carga, el comportamiento es mejor. Con bala sólida de entre 10 y 12 gramos (unos 160 a 200 grains) movidos a 450 metros por segundo, resulta un tiro comparable a un rifle pequeño como .44-40, .30-30, .357 y similares.
Bueno, una vez leído todo lo anterior, ya tenemos unas nociones básicas sobre los tipos de escopetas y los distintos calibres en las que nos las podemos encontrar. En la siguiente entrega de esta serie de artículos pasaremos a analizar la influencia de la escopeta semiautomática entre los cazadores españoles. Hasta la próxima.