Esencialmente, los microsubfusiles se presentan como armas de reducidas dimensiones pero con una elevada cadencia de fuego. Estas características limitan su uso a enfrentamientos en combates urbanos y espacios reducidos.
Los microsubfusiles destacan por su fácil ocultación.
Tras la exitosa irrupción de los subfusiles en el panorama armamentístico internacional, el sector productivo se lanzó a la carrera de diseñar nuevas armas inspiradas en los subfusiles pero con unas señas de identidad diferentes. Así nacieron lo que hoy conocemos como micro o minisubfusiles, unas armas caracterizadas por su reducido tamaño, su sencilla ocultación y su elevada cadencia de fuego. Generalmente, este tipo de armas suelen emplear el tipo de munición habitual en armas cortas. En este sentido, resulta común que la mayoría de estos microsubfusiles disparen cartuchos del calibre 9mm Parabellum, algo que por otro lado ya venían haciendo los antiguos subfusiles.
El nacimiento de estas micro armas automáticas está estrechamente ligado a la necesidad policial de disponer de un arma rápida y efectiva para poder hacer frente a nuevas amenazas como el terrorismo urbano. Por este motivo, hoy en día algunos cuerpos especiales de todo el mundo disponen de microsubfusiles como equipamiento oficial para los miembros de sus unidades. A continuación vamos a conocer con más detalle algunos de los modelos más populares de este tipo de armas.
El teniente Uziel Gal es el padre del legendario subfusil israelí Uzi, un arma totalmente revolucionaria para su tiempo. Fue en los albores de la década de 1950 cuando apareció el primer Uzi, un subfusil calibrado para munición del 9x19mm y con cargadores de gran capacidad (hasta 32 cartuchos). Su entrada en el mercado armamentístico gozó de una gran aceptación, por lo que las versiones y modelos posteriores se multiplicaron con cierta celeridad. En esta línea surgieron tanto el Mini-Uzi como el posterior Micro-Uzi, unos pequeños subfusiles que comparten el mismo diseño que la clásica Uzi, si bien se diferencian principalmente en el tamaño y las dimensiones, mucho más reducidas en estos dos minisubfusiles.
El archiconocido subfusil Mini-Uzi.
Otra diferencia reseñable entre la primera arma diseñada por Uziel Gal y la Mini-Uzi es la disposición de la culata plegable. En este sentido, en los dos microsubfusiles desarrollados por la industria armamentística israelí la culata se pliega sobre la parte derecha del arma, mientras que en la primera Uzi de los años 50 la culata se plegaba justo debajo del armazón.
Al igual que su predecesora, la Mini-Uzi y la Micro-Uzi emplean el calibre 9mm Parabellum. Esta munición, originariamente creada para ser utilizada en armas cortas, puede agruparse en cargadores desechables de gran capacidad que aparecen dispuestos justo debajo de la empuñadura del minisubfusil. En el peso de estas dos armas existe otra notable diferencia, pues la Mini-Uzi pesa 2,7kg y la Micro-Uzi apenas alcanza los 1,5kg. Además, ambos subfusiles se diferencian también de la Uzi original en la cadencia de fuego. En este sentido, la Micro-Uzi es capaz de completar una secuencia de 1.250 disparos por minuto, más del doble del arma diseñada por el teniente israelí. Eso sí, la distancia de alcance efectivo se reduce desde los 200 metros de la Uzi original hasta los 30 metros de la Micro-Uzi.
Una Micro-Uzi equipada con un silenciador.
Ingram MAC-10 y MAC-11
Cuando se habla de minisubfusiles, resulta prácticamente imposible no hacer referencia a los populares MAC-10 y MAC-11 desarrollados por la firma estadounidense Ingram. Estas dos archiconocidas armas fueron diseñadas por Gordon B. Ingram, célebre propietario de esta empresa armamentística. Básicamente, los subfusiles MAC-10 y MAC-11 se diferencian en un único aspecto: el tipo de cartucho que utilizan. En este sentido, el MAC-10 está preparado para disparar munición del calibre 9mm Parabellum o del .45 ACP, mientras que el MAC-11 sólo puede utilizar munición del calibre .380 ACP (9x17mm). Esta diferencia en el tipo de calibre es la que además define los distintos tamaños, pesos y dimensiones de los cañones de ambas armas. De esta forma, en líneas generales, el MAC-11 presenta unas dimensiones y un peso más reducido que su hermano, el MAC-10. Actualmente, estos subfusiles son utilizados por los ejércitos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Portugal, y un buen número de países latinoamericanos.
Microsubfusiles Ingram MAC 10 y 11.
Los microsubfusiles diseñados por Ingram se caracterizan por su sencillez y su fiabilidad. Su producción en serie arrancó en los albores de la década de 1970 en la ciudad de Atlanta. Aquellas primeras unidades se caracterizaban por contar con un armazón rectangular de acero estampado, en cuyo interior se alojaba el cañón. Esta estructura se ha mantenido prácticamente intacta hasta nuestros días. En este sentido, tanto en los primeros modelos como en las unidades más modernas, la recarga del arma resulta enormemente sencilla, pudiendo completarse con una sola mano (el cargador se introduce por debajo de la empuñadura con forma de pistola). Este hecho permite además que el usuario pueda disparar el subfusil con sólo una mano. La fiabilidad de los minisubfusiles Ingram obedece a dos cuestiones esenciales: su pesado cañón (relativamente pesado para el tamaño del arma) y su sencilla estructura. Por otro lado, su reducido tamaño permite a sus usuarios transportar ocultas a las MAC-10 y MAC-11 con cierta facilidad.
Los dos minisubfusiles Ingram presentan un doble cierre de seguro. El primero sirve para recargar el arma, mientras que el segundo seguro se utiliza para impedir el accionamiento del disparador. El Ingram MAC-10 del calibre 9x19mm emplea cargadores con capacidad para 30 cartuchos. Esta alta capacidad de carga ofrece al tirador una elevada cadencia de fuego.
Todos los subfusiles Ingram MAC incorporan una culata metálica plegable que permite a sus usuarios disparar con mayor comodidad. Adicionalmente, también existen otras culatas de madera aplicables a estos modelos. Como principal inconveniente de los minisubfusiles Ingram habría que decir que se trata de armas bastante incómodas para sujetar con las dos manos. Este hecho repercute en un menor control del efecto de retroceso y, consecuentemente, en una pérdida de precisión en los disparos. Por último, tanto a la MAC-10 como a la MAC-11 se les puede acoplar un silenciador y ambas armas pueden utilizar sin problemas munición subsónica. De hecho, la propia Ingram desarrolla y comercializa sus propios silenciadores para equipar sus MAC-10 y MAC-11.
De la gélida Suecia provienen los orígenes de otro de los míticos microsubfusiles de la historia. En este caso, se trata del TEC-9, un subfusil de reducidas dimensiones cuya producción y comercialización se llevó a cabo conjuntamente entre Suecia y Estados Unidos. A mediados de la década de 1980, ambos países apostaron decididamente por el desarrollo de este microsubfusil del calibre 9mm Parabellum. Así, a través de la compañía Interdynamic AB, que posteriormente pasaría a denominarse Intratec, arrancó la fabricación de las primeras unidades de este popular subfusil.
Microsubfusil Intratec TEC9.
Dentro de las características básicas del TEC-9 destacan su sistema de cierre por inercia de masas, su estructura de polímero y acero estampado, y su versatilidad, sobre todo en la disponibilidad de cargadores de diferente capacidad (10, 20, 32 y hasta 50 cartuchos).
Al igual que sucede con el resto de armas citadas anteriormente, el TEC-9, también conocido como TEC-DC9, dispone de un tamaño muy reducido que le confiere una fácil ocultación y un cómodo transporte. Sin embargo, a pesar de estas virtudes, la comercialización del TEC-9 se vio truncada a mediados de la década de los 90, por lo que su vida comercial apenas se alargó durante poco más de diez años.
Imagen del microsubfusil Ruger MP9.
Prácticamente coincidiendo con el abandono de la producción del TEC-9, se presentó en sociedad uno de los proyectos más ambiciosos de la estadounidense Ruger en los últimos años. Se trata del subfusil Ruger MP9, una pequeña arma automática que aterrizó en el mercado armamentístico en 1995. Con un diseño y una estructura similar a la de la mítica Uzi, el MP9 fue ideado como un arma compacta pensada específicamente para ser usada por efectivos de las fuerzas del orden. Sin embargo, a diferencia del subfusil en cuyo diseño se habían inspirado sus creadores, el éxito de la Ruger MP9 fue ciertamente bastante limitado.
A pesar de todo, el microsubfusil MP9 es un arma eficaz y más certera que algunas de sus hermanas, gracias sobre todo a su sistema de acción de cerrojo manual que incrementa notablemente la precisión de sus disparos. El Ruger MP9 dispone de un selector de modo de fuego con una triple función: seguro, simple acción y automático. En cuanto a su estructura, la mayoría de las piezas están acabadas en polímero para aligerar su peso. También dispone de una culata metálica completamente plegable. Por último, cabe destacar que el MP9 utiliza munición del calibre 9x19mm y su peso con el cargador vacío (tiene capacidad para 32 cartuchos) apenas alcanza los 2 kilogramos.
Kashtan
A lo largo de su dilatada historia, Rusia ha sido uno de los países más activos en cuanto a innovación armamentística se refiere. Concretamente, durante la Guerra Fría la inferioridad de recursos del bloque comunista obligó a los ingenieros soviéticos a estrujarse las meninges para competir con su enemigo occidental. Fruto de este intenso trabajo surgieron propuestas tan atractivas como el microsubfusil Kashtan. Para el diseño de esta arma, los técnicos soviéticos se basaron en el subfusil Kiparis empleado por las fuerzas especiales del Ejército Rojo. Así, tomando como base esta arma, desarrollaron un innovador microsubfusil para el calibre 9x18mm PMM, con cargadores para 20 y 30 cartuchos, y un peso de 1,8kg (vacío).
Microsubfusil ruso Kashtan.
Al igual que sucede con el TEC-9, el diseño del Kashtan recuerda enormemente al de la clásica Uzi. De esta forma, ambos subfusiles comparten ciertos elementos y características, como por ejemplo el hecho de recargarse por debajo de su empuñadura con forma de pistola. A diferencia de otros modelos comentados en líneas anteriores, el armazón del Kashtan está completamente construido con acero estampado, careciendo de elementos plásticos. Uno de los elementos más significativos del microsubfusil Kashtan es su resistencia. En este sentido, su cañón puede soportar cerca de 6.000 disparos, pudiendo reemplazarse con cierta facilidad. Por otra parte, la munición empleada en esta arma (calibre 9x18mm PMM) presenta más velocidad inicial y mayor poder de parada que el popular 9mm Parabellum. Estas características también le sirven para obtener un alcance eficaz cercano a los 100 metros, aunque la precisión de sus disparos comienza a decaer notablemente a partir de 50 metros.
Estos son sólo algunos ejemplos de los cada día más extendidos microsubfusiles. Fáciles de ocultar, cómodas de transportar, y capaces de generar una elevada potencia de fuego, estas armas han conseguido hacerse con un importante hueco dentro del mercado armamentístico internacional. Las fuerzas de seguridad de las principales potencias mundiales son quienes fundamentalmente se benefician de sus bondades, aunque durante un buen tiempo estas armas también han despertado el interés de delincuentes y bandas organizadas. Esperemos que en el futuro estos atractivos microsubfusiles estén muy alejados de sus manos.