El AK47, la criatura diseñada por Mikhail Timoffeevich Kalashnikov, es la auténtica estrella del mercado negro internacional de armas. Este fusil de asalto entró en servicio en la antigua URSS en 1947, y hoy, casi 60 años después, se ha convertido en un éxito de ventas que se empuña en más de 78 países y se fabrica legalmente en más de 11 naciones.
Hoy en día se calcula que hay más de 100.000.000 (sí, sí, la cifra es correcta “100 millones") de AK47 circulando por todo el planeta. Esta cifra representa el 80% del total de los fusiles de asalto que pueblan nuestro mundo. Considerada por todos como el arma ligera más importante del globo, el AK 47 también es el arma más mortífera, barata y resistente. Un fusil de asalto que se ha cobrado más vidas humanas que la temida bomba atómica.
Durante la etapa de la Guerra Fría el gobierno soviético abrió el grifo de la producción del AK 47, extendiéndose a todos los países bajo la influencia del Pacto de Varsovia. Sin embargo, la popularidad de esta legendaria arma consiguió traspasar las fronteras del Telón de Acero y su eficacia se extendió hacia otras naciones como China, Finlandia, Irak o Egipto. De esta forma, a medida que avanzaba la segunda mitad del siglo XX el AK 47 empezaba a convertirse en el fusil de asalto preferido de las guerrillas y organizaciones armadas de los cinco continentes.
El actual negocio del tráfico de armas se encarga de distribuirlo por todo el mundo. El principal fabricante de estos fusiles es el Arsenal de Bulgaria, desde donde cada año se exportan miles de ejemplares hacia distintos puntos del mapa. Así, a pesar de que los primeros AK 47 cobraron vida en la fábrica rusa de Izmash, actualmente el arsenal búlgaro produce tantos AK 47 como la propia Rusia. Cerca de Bulgaria, concretamente en Albania, también se producen ingentes cantidades de AK 47 que luego son repartidas por todo el mundo. Uno de los principales destinos de estas partidas de armas es el denominado “Triángulo del Oro", un espacio formado por Tailandia, Myanmar y Laos, famoso por la producción de opio y por ser una zona de tráfico de fusiles de asalto, principalmente los AK 47.
Los clientes de Kalashnikov
Uno de los principales importadores de rifles AK 47 es Irak. Durante el mandato de Sadam Hussein, prácticamente cada ciudadano irakí tenía un ejemplar de Kalashnikov en su propia casa. Incluso, según parece el propio Sadam presumía de tener uno de oro. Tras la invasión estadounidense la situación apenas ha variado, pues el AK 47 sigue poblando las calles de Irak. El motivo es que el Pentágono se ha decantado por el fusil diseñado por Kalashnikov como arma oficial para dotar a la Policía y al nuevo Ejército irakí.
Por otro lado, la influencia y popularidad del AK 47 ha sido capaz de cruzar el charco y ha llegado hasta tierras colombianas. Aquí, la guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), cuenta con al menos 10.000 unidades de este fusil de asalto. Del mismo modo, se calcula que los propios paramilitares colombianos poseen unos 6.000 AK 47. En otro rincón del planeta, “Kadogos" es la denominación utilizada por los congoleños para referirse al AK 47. Con este peculiar nombre han bautizado a un arma que en el propio país africano se promociona argumentando que es tan ligera que hasta un niño podría usarla.
Ahora bien, el precio o coste de un AK 47 tiene un valor distinto en cada región, país o continente. Así, el precio medio de este fusil de asalto en Estados Unidos es de unos 250 dólares, seis veces más de lo que deben pagar los camboyanos por adquirirlo (40 dólares la unidad). El precio se reduce notablemente en otros países como Mozambique o Afganistán, donde por apenas 15 y 10 dólares respectivamente, cualquier ciudadano puede hacerse con un AK 47. Sin embargo, la situación todavía se torna más extrema en otros países, fundamentalmente africanos, donde un AK 47 se intercambia por piezas de ganado, kilos de maíz o incluso cartones de tabaco.
Esta situación ha provocado que el AK 47 sea el arma más difundida del planeta. De hecho, está presente en prácticamente todos los conflictos bélicos actuales. Los traficantes ilegales de armas se han hecho de oro con el célebre diseño de Mikhail Kalashnikov, un arma que, a pesar de contar con 60 años de vida, sigue brillando con luz propia dentro del mercado negro armamentístico.