1. El fabricante
Baikal es el nombre comercial bajo el cual se comercializan los productos fabricados por la empresa de armamento rusa Izhevsky Mekhanichesky Zavod, ubicada en la ciudad rusa de Izhevsk, en plena región de los Urales, corazón metalúrgico de la Unión Soviética, ciudad armera por excelencia durante la vigencia de la URSS, y cuya tradición armamentística se remonta al reinado del Zar Alejandro. Creada en plena Segunda Guerra Mundial, el espíritu original de crear armas económicas de fiabilidad a toda prueba bajo cualquier circunstancia sigue rigiendo la diversificada línea de producción de la IMZ, que hoy día incluye escopetas deportivas, motores para automoción, sistemas de guiado de misiles, misiles y cohetes, y maquinaria pesada para la minería.
La factoría Izmash, situada también en Izhevsk, es la responsable de las escopetas Saiga, fusiles Mosin-Nagant, y el archiconocido fusil de asalto AK-47. Ambas compañías se fusionaron en 2013. La IZM tiene varios hitos en su historia. Quizá el más conocido sea la creación del modelo de pistola PM “Makarov” sin duda la mejor pistola de la historia en su tipo. Como curiosidad, Baikal comercializó este modelo también en CO2, no mediante la fabricación de una réplica, sino adaptando directamente el arma real a las necesidades del gas propulsor.
Lo que seguramente no es tan conocido es que la IZM fue la primera fábrica de la URSS en contar con su propio taller de fundición de acero de alta precisión, inaugurado en 1951. Fue precisamente durante la década de los cincuenta cuando la factoría creo sus propios centros de formación de armeros y de grabadores de metal, lo que le llevó a recibir numerosos premios internacionales por la excelencia en las armas creadas durante esta década.
Bajo las estrictas planificaciones soviéticas, la factoría cuenta en los sesenta con viviendas para los trabajadores, hospital propio, y se crea un “ciclo cerrado” que comienza con la recepción de metal de las minas y acaba en armas finalizadas.
Sólo en 1990 la IZM tiene autorización para exportar de forma autónoma armas deportivas. Y será en 1998 cuando puedan exportar a EEUU, obteniendo de la popular revista norteamericana “Guns & ammo” el galardón de rifle del año para su MP-153 en 2001.
2. Presentación
El MP-513M se sirve en una bolsa de plástico muy resistente que contiene una caja de cartón carente de toda inscripción. Dentro, encontramos el rifle, y recambios de sello, muelle, bolas del disparador y una bocacha de repuesto, así como una baqueta de limpieza. Todo lo necesario para internarnos en los Montes Urales sin tener que visitar a un armero en muchos años. Cabe indicar que no encontramos grasa ni productos destinados a la conservación externa del arma en stock, viene limpia e impoluta. El manual de usuario, en ruso e inglés, nos advierte claramente en su portada: RIFLE DE CAZA. Una lectura reposada del manual del usuario deja tres notas en mi memoria. La primera, por su detalle de calidad: se certifica que cada unidad del MP-513M ha sido testada en un apoyo bench rest a 10 metros y que su precisión con miras abiertas no es inferior a 15mm ctc. Un bonito cacahuete. La segunda, anecdótica pero apabullante, el rifle puede ser usado de -20 a 50 grados centígrados. Nunca había leído instrucciones al respecto de la temperatura de uso de un arma de resorte. La tercera, recomienda el uso de un modelo de balín, concretamente el RWS Hobby para el modelo en calibre .22, lo que ya me deja rendido, aunque sospecho de que se trata de una sugerencia para el modelo de energía rusa (7,5J). Estas tres notas se resumen en dos conceptos, que se irán repitiendo como un leit motiv a lo largo de la presente prueba: calidad y durabilidad.
3. Características básicas
Estética: La primera sensación es la de un rifle grande. Efectivamente, el Baikal MP-513M es un rifle de 120 cm de largo, 48 de los cuales pertenecen al cañón y 34 a la cámara de compresión. El peso del conjunto se sitúa en 3,3 Kg, contenido para un arma de resorte súper mágnum. La gigantesca báscula acoge nada menos que 12 cm de cañón. Salvo la cantonera, el guardamontes, el punto de mira-bocacha, provisto de cubrepunto, y evidentemente la culata, el resto es buen metal ruso. No existe pavonado, las partes metálicas están recubiertas de pintura negra rugosa. El mecanizado es sobresaliente. La culata es de líneas agradables, conservadoras, y su madera de abedul presenta un veteado que no por discreto deja de tener una gran belleza. Una vez más, tenemos una extraña mezcla, la de una carabina de componentes nobles -calidad de la culata- y espartanos –metal pintado- destinados a durar muchos años con el mismo aspecto. A nivel subjetivo, el diseño del finísimo gatillo de metal –sin duda previeron su uso con guantes de invierno- y del guardamanos, así como el encastre de éste en la culata, me parecen muy acertados, aportando un soplo de modernidad en el diseño exterior del arma.
Mecánica: comienza el espectáculo, señores. Empecemos por lo básico. La planta de energía del Baikal MP-513M ofrece la nada despreciable cifra de 25 Julios, lo que unido a su calibre .22 redunda en su carácter de cazadora nata. Estamos ante un arma de resorte del segmento súper mágnum. Una particularidad del diseño es que la tórica del puerto de carga se encuentra en la cámara de compresión y no en la báscula. La palanca de carga, al quebrar el cañón, dispone de una serie de seguros dentados en su recorrido, que impiden el regreso brusco del cañón en caso de suelta o disparo accidental. Todos aquellos que hemos sufrido la rotura de un visor por este percance o un culatazo, agradeceremos éste detalle de Baikal.
Disparador: Curiosamente es el protagonista del arma a mi entender. Y digo curiosamente, porque en un arma de aire comprimido de resorte orientada a la caza el disparador no suele ser un elemento relevante, más bien es un sistema para soltar el pistón, sin más complicaciones. En el caso del Baikal MP-513M, he encontrado el primer resortero que usa un martillo para efectuar el disparo. El pestillo que encontramos al principio de la cámara de potencia no es un bizarro seguro intentando imitar la estética de una escopeta de fuego. Es un seguro, sí, pero además sirve para amartillar el arma. El gatillo del MP-513M no actúa sobre el pistón. Actúa sobre el martillo, de escasa resistencia. Cuando el martillo se libera, impacta sobre un sistema de cojinetes a presión que son los que sueltan el pistón. Es por esto que pese a ser un arma de caza el disparador de la Baikal tiene sólo un kilogramo de peso. Una vez más encontramos la paradójica exquisitez de un disparador match unida a unos componentes decididamente duros y orientados a un uso al aire libre o “outdoor”.
Elementos de puntería: el recio guión delantero con cubrepunto en plástico inyectado de acabados perfectos a mi juicio penaliza el arma, si no en funcionalidad, sí en empaque. Esta pieza en acero dotaría al MP-513M de más personalidad. Considero este punto el único despiste en el diseño del arma. Por otra parte, el alza es un ejercicio de sobriedad soviética llevado al máximo nivel. Regulable hasta el absurdo, y 100% metálica, seduce al conocedor de este tipo de carabinas.
Para aumentar el rango efectivo del arma mediante el uso de visor telescópico, el rifle dispone de regleta de elevación con carril de 11 mm para instalar monturas. Otro buen detalle de Baikal es la rosca 1/2UNF del extremo del cañón, que permite la instalación de un moderador sónico –permitido en España para armas de aire- sin prescindir del guión, detalle a agradecer en un rifle que, por su retroceso, es evidente que puede plantear problemas de durabilidad en los visores.
Disparando: primeras sensaciones
Vaya por delante que en los últimos tiempos he estado disparando armas casi carentes de retroceso, la cfx anda en 14 Julios muy controlados, y el resto han sido fundamentalmente pcp y CO2. El esfuerzo de carga que requiere el Baikal MP-513 es considerable. No tiene nada que ver con carabinas que ofrecen energías en principio parejas y con cañón más corto como la Cometa F400CS. El recorrido es corto, pero intenso, y al efectuar el armado del muelle somos confortados por el sonido de los seguros de cremallera que impiden la posibilidad de un retorno violento del cañón por suelta accidental. Sin armar el martillo del disparador es IMPOSIBLE que el arma se dispare. La seguridad ha sido un aspecto muy mimado en una carabina pensada para el trabajo de campo, en el que nadie está a salvo de un resbalón, una rama traicionera o cualquier otra contingencia. He podido disparar poco hasta el presente momento, y sólo a diez metros. El gatillo es una delicia en tacto y peso, y el amartillado del disparador incluye un paso decididamente atractivo en la ceremonia del tiro. Debo decir que antes de disparar con el Baikal MP-513M llevaba años dedicado en cuerpo y alma, en resorte, a mi dulce, bien educada y agradable cfx, carabina que requiere sí o sí ejercer fuerza en el pistolet hacia el hombro de apoyo para controlar el disparo cuando nos ponemos serios. También suelo apoyar mucho la cara en la carrillera. El primer disparo con el Baikal bien encarado me ha cogido desprevenido, el culatazo ha sido brutal. Un poco sorprendido, lo he achacado a un posible dieseling, he vuelto a quebrar, amuniciono, amartillo, y BOOOUUUUMMMM!!!! Ahora sí, dieselazo.
He limpiado la carabina a conciencia retirando excedentes de grasa, he aplicado la consabida molly, he limpiado el cañón… y exactamente el mismo retroceso que al principio. Intrigado ante semejante coz –la cantonera es rígida sin ventilación- he montado los parasoles del Chrony M-1 y he pasado la carabina con gamo pro magnum, que no entran justos en el puerto de carga, sino un poco holgados, cosa que no me gusta. No había otra munición de batalla para el Chrony a mano. El resultado de 5 disparos ha arrojado valores de 238 a 241 mts/sg una media de ¡¡¡29,8 Julios!!! Qué bonita cifra, 29,8 Julios… muy bien situada entre una Cometa FAC y una Diana 350 Magnum…
La Diana no he tenido oportunidad de probarla. La Cometa sí, y pese a sus 26J -28 siempre fue una cifra excesivamente optimista- el disparo era incomparablemente más dulce. Incluso una Hatsan 125 .25 FAC de 35 Julios es más doméstica en la patada. El Baikal MP-513M es un rifle de sensaciones únicas, que no admite negociaciones en su definición de rifle adulto. Un arma de caza de los pies a la cabeza dotada de un disparador singular que bien podrían incorporar carabinas de grado match. Nada en su aspecto externo nos previene de lo que nos espera al amartillar y disparar, esto es, energía a raudales para colocar un balín del calibre .22 en una zona vital de toda caza menor europea y asegurar una muerte instantánea, objetivo final del rifle ruso.
4. Disparando
Tarde primaveral en el campo de tiro para aire comprimido Miquel Colom. Suele ser más confortante, y no digamos con armas de resorte, una primera salida de campo con un arma domada y rodada. Pocas carabinas de resorte ofrecen su mejor versión antes de cien disparos, incluso bastantes más. Tras comprobar en la terraza, abusando de la paciencia de mis vecinos, el tremendo retroceso de la Baikal, decidí guardar mis visores en sus armas y tirar a puras miras abiertas.
Es comúnmente aceptado que un arma de aire comprimido siempre es exigente con la munición. Esto no quiere decir que a mejor munición, o más cara, el rifle tenga que ser más preciso. El Baikal arrojó grupos muy abiertos con HN neue pitz kugeln, , HN Field Target Trophy, Gamo Hunter y Gamo pro magnum. El retroceso del arma, unido a su cantonera sin ventilar, comenzó a hacer mella en mi hombro, hasta que, al fin, los HN baracuda (21,3 granos) comenzaron a dar resultados. Lamentablemente la tarde se echaba encima y no me dio tiempo a afinar las miras abiertas al centro de la diana. Debo de reconocer que llevo gafas, y a quince metros, con el sol de lleno en la diana, y agujeros del .22, no veo los orificios a simple vista, y como mucho, puedo realizar dos disparos sabiendo más o menos a dónde apunto. Al tercero pierdo el contraste entre el alza-punto y el negro de la diana, que uso de referencia para intentar ver el blanco entero del 9-10.
Si tenemos en cuenta que:
-el arma es súper mágnum y está en pleno rodaje.
-su probador de ustedes no entiende de tirar con miras abiertas
-a 15 metros veo lo mismo que un topo en una discoteca
-a media jornada tenía el hombro deshecho
El Baikal ofrece una precisión notable, muy dependiente, eso sí, de la munición.
Las dos primeras latas (imagen derecha) han recibido el impacto bajo y a la derecha, estaban en la marca de 35 mts. Las otras dos -apertura en canal- han recibido el impacto de lleno a 20 mts. La holandesa ha llegado a quebrar el nervio de la base, una de las zonas más duras del envase. Los conocedores del "tiro a la lata" sabrán que este tipo de orificios sólo se consiguen con el cal .25 a potencia máxima nacional o con el .22 a potencia FAC.
5. Conclusiones
Dejando de lado las cuestiones meramente descriptivas estamos frente a un rifle pensado y fabricado para durar sin límites, de acabados inasequibles al desgaste, capaz de acompañar al cazador y dar servicio fiable bajo las circunstancias más adversas, de líneas clásicas y contundentes, sin concesiones superfluas y de carácter propio, listo para desarrollar una energía muy considerable controlada desde un disparador único y transmitir sensaciones adultas disparo tras disparo. Su mezcla de componentes tecnológicamente avanzados, potencia bruta y delicadeza del disparador y de la madera me trae constantemente a la cabeza la imagen del oso ruso bailando con la estrella roja…