-Distancia.
-2-3-5-5 metros, está fuera de alcance.
-Ya veremos. “Si lo puedes ver, le puedes dar", o eso dicen al menos. Veamos si es cierto. Dame corrección.
Sniper con un rifle de grueso calibre.
Controló la respiración, lo notó en sus latidos, en la contracción de la pupila y en el cuello tenso. Y entre un latido y otro, jaló del disparador al pelo de su Barrett M-95. A esa distancia, sus proyectiles tardan casi tres segundos en el vuelo, lo cual le permitió seguir la trayectoria.
-Bajo 150 y a la izquierda 200 - le apuntó por costumbre su observador aunque sabía que no era realmente necesario en este caso, pues lo había podido seguir sin problemas en su visor-.
-Perfecto -apuntó sin observación directa del blanco y calculó por estima con blanco fuera del visor-.
-Vale.
"200 metros a la derecha son esas rocas grises, y 150 en altura la punta de esos pinos en la base del visor, fuera del retículo. Vamos a ver".
Respiración...
Pulsaciones...
Fuego...
Tres segundos más tarde:
Hijo P.... ¡¡LE HAS DADO!!
Este caso podría haber ocurrido en cualquiera de las “pequeñas guerras", si alguna guerra se puede llamar pequeña, del mundo actual. Nuevas armas se están imponiendo desde hace unos años, como el fusil de tirador de elite de largo alcance, últimamente llamado francotirador pesado. Los fusiles de este tipo generalmente disparan el potente cartucho Browning de 12.70x99mm. Estas armas son conocidas sobre todo por una versión semiautomática, el Barrett M-82 A1, antecesor del arma que más recientemente ha entrado en los cuartos de armamento: el Barrett M95 de repetición.
Cerca de 1.500 unidades de Barrett han sido vendidas oficialmente a más de diecisiete países. Las armas de repetición manual, consideradas más precisas, como el Mac Millan M87 (más de 1.300 unidades vendidas), el HS Precision, el Robar, el Hecate o el Guepard, son las que compiten con el Barrett. Por su lado, Steyr está poniendo a punto su fusil en calibre 14,50mm.
Este tipo de armas fue concebido para destruir objetivos de valor estratégico (radares, misiles, antenas, vehículos, etc.) a una distancia media de 1.500/1.800 metros. Se han impuesto rápidamente, lo que demuestra que la Infantería necesitaba aumentar su potencia de fuego preciso a largas distancias. Esto también provocará, sin duda, cambios en el campo de batalla, fundamentalmente en lo que respecta a los aspectos tácticos.
Rifle sniper Blaser R93 .338 Lapua
Las razones de una elección táctica
Antes de estudiar un arma en sí, es útil recordar los datos tácticos y tecnológicos que influyen en el desarrollo de las modernas tácticas de combate. Los francotiradores descontrolados tienen la capacidad de aterrorizar poblaciones civiles. La “guerra de cobardes" que puede llegar a desarrollarse es una triste realidad que se ha puesto de manifiesto en los conflictos más recientes. Asimismo, los conflictos actuales han tendido a urbanizarse, teniendo la Infantería que escoltar a los medios blindados que hacen un uso desmesurado de la fuerza, con los daños colaterales resultantes de esta actuación. Desgraciadamente, la figura del “tirador loco" parapetado en un edificio se ha convertido en una triste y frecuente realidad. Por regla general, en todos estos casos las armas de los tiradores de elite convencionales son ineficaces (alcance insuficiente y/o escasa capacidad de perforación). Pero el fusil de 12,70mm parece ser la solución ajustada e indispensable.
Las tecnologías actuales permiten la determinación de la trayectoria de un proyectil aislado. Los láser permiten también, además de la determinación de distancias, el cegar al enemigo. La integración en un único módulo de visor, amplificador de luz, GPS, calculadora balística, telémetro-señalador láser y circuito de imagen está cada vez más cerca de ser una realidad. Acorde con estas últimas mejoras tecnológicas, los futuros francotiradores recibirán misiones suplementarias, como por ejemplo guiar proyectiles, multiplicando así su potencia de fuego. El mando podrá elegir entre un barato proyectil de 12.70mm, un obús algo más caro, o un carísimo misil “inteligente" guiado en su trayecto final.
De izquierda a derecha: .308, .338, .50 y .408.
Ventajas e inconvenientes
Hasta el momento, el fusil pesado de francotirador precisa de un equipo para su correcta utilización: tirador y observador/escolta. Cuando se generalicen los sistemas integrados de armas, un único hombre será suficiente. El cartucho de 12,70x99mm ha sido el elegido por razones logísticas evidentes. Desde el punto de vista balístico, tanto el 12,70x107, el 14,5x114, como el 12,70x77, dan prácticamente los mismos resultados.
Antes de continuar, debo explicar el concepto de coeficiente balístico. De forma muy sucinta, este coeficiente mide la capacidad de un proyectil para vencer la resistencia del aire, cuestión que depende de múltiples factores. El coeficiente balístico del proyectil APEI (perforante-explosivo-incendiario) de 12,70mm es de 1.54, mientras que el proyectil Match del .308 Win alcanza sólo el 0.48. Este alto coeficiente triplica el alcance práctico de la munición cuando la velocidad inicial es similar. Respecto a la capacidad de perforación, la ventaja también es evidente.
En cuestiones de precisión, actualmente estamos en el orden de uno a un minuto y medio de ángulo hasta 1.500m de distancia, o lo que es lo mismo, un círculo de dispersión de 40 a 60cm de diámetro, superficie que corresponde a un torso humano, un bloque de motor, la toma de aire de un reactor, la turbina de un helicóptero, etc. Para quienes el concepto de minuto de ángulo sea nuevo, sólo hay que saber que MOA (Minute Of Angle, minuto de ángulo) es la sexagésima (1/60) parte de un grado. A 100 metros, representa un círculo de 28,9mm de diámetro, 57,8mm a 200 metros, 86,7mm a 300m, y así progresivamente. El equivalente métrico del MOA es la milésima (Mil ó ºº), 1 Mil = 1ºº = 3,45 MOA.
El CheyTac dispone de una calculadora balística.
Igualmente, es importante saber que el proyectil de 12,70mm es inestable en la primera parte de su trayectoria y se estabiliza después de unos 400m (según el tipo de munición puede superar los 500m). Esto explica por qué la óptica de estas armas está marcada para blancos que se encuentran entre 500 y 2.000 metros. Un Barrett M95 ronda los 10kg, mientras que una ametralladora Browning H2 pesa 38kg sin trípode. Para unidades de Infantería ligera, este detalle resulta importante. La potencia destructiva es la misma, reemplazando la precisión por la cadencia de tiro.
Además, la relación calidad-precio es la mejor. El arma en sí no cuesta más que cualquier ametralladora de Infantería. Su munición más cara no se puede comparar con el precio de cualquier proyectil de artillería o misil contracarro, eso sin mencionar la diferencia logística. Amén de los posibles efectos colaterales. Evidentemente, el fuerte retroceso y el ruido son problemáticos desde el punto de vista táctico, pero esta desventaja es subsanable con la adecuada instrucción específica que esta clase de tiradores debe recibir.
Sniper de grueso calibre Hecate.
Un sistema barato y eficaz
Con estas armas baratas, ligeras, fiables, eficaces y sencillas, las unidades disponen de un medio para aumentar notablemente la potencia y el alcance de la Infantería ligera. Del uso del francotirador pesado se derivan cambios tácticos y estratégicos, debidos sobre todo a su enorme alcance, que de hecho amplía el campo de batalla. Esto significa que en el futuro se producirá una atomización de los grupos de combate. La táctica para la lucha contra-francotirador aumentará los gastos, y su utilización complicará más las cosas en el campo de batalla. Además, es previsible que la tecnología de los francotiradores para engañar a sus contrarios avance a un ritmo realmente rápido.
Parece evidente que estas armas seguirán imponiéndose durante mucho tiempo. Su eficacia dependerá entre otras cosas de la función táctica que les sea asignada: Arma pesada de apoyo; Arma de dotación de un vehículo; o Equipo de tirador autónomo. En cualquier caso, el futuro lo dirá.