El Tokarev SVT-40 fue el rifle semiautomático oficial del Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial. La vida útil de este fusil resultó un tanto paradójica: por un lado, fue un arma muy valorada entre las tropas del Eje (Alemania y Finlandia), pero por contra, el SVT-40 nunca gozó de gran estima entre los soldados soviéticos. Veamos por qué.
Rifle semiautomático Tokarev SVT-40 junto a una caja de munición del calibre 7.62x54R
El SVT-40 debe su origen al ingeniero ruso Fedor Tokarev. Él fue quien, tras más de dos décadas tratando de crear un fusil semiautomático, logró diseñar el sistema SVT (Samozaryadnaya Vintovka Tokareva, lo que es lo mismo, rifle semiautomático Tokarev). El primer modelo del SVT fue el modelo 38. Tras las primeras experiencias con este rifle, Tokarev continuó con la evolución de su diseño y dos años más tarde, concretamente a mediados de 1940, presentó a las autoridades soviéticas el SVT-40. Esta nueva versión presentaba unas notables mejoras respecto al SVT-38, sobre todo en lo que respecta a fiabilidad y diseño. Así, el nuevo SVT-40 contaba con un sistema para sujetar los cargadores mucho más seguro que su antecesor, y además, la baqueta se había desplazado desde el lateral derecho (posición que ocupaba en el modelo 38) hasta un lugar mucho más convencional, como es justo debajo del cañón.
Detalle del cerrojo y la recámara del SVT-40.
Por lo demás, el SVT-40 y el SVT-38 compartían prácticamente las mismas características. En este sentido, se trata de un fusil semiautomático accionado por toma de gases y preparado para disparar cartuchos del calibre 7,62x54R. Respecto a la munición, cabe destacar que el SVT-40 podía alimentarse tanto con un cargador extraíble con capacidad para diez cartuchos, como con los tradicionales clips o peines utilizados en el Mosin Nagant 1891/30. En este último caso, en los clips podían acoplarse hasta cinco cartuchos y la carga del fusil se ejecutaba por la parte superior de la recámara.
Detalle de la bocacha apagallamas
Valorado y criticado al mismo tiempo
Uno de los aspectos más curiosos de este rifle es que logró despertar tantas simpatías en un bando como críticas en otro. Y es que, por un lado, a los soldados alemanes les gustaba mucho este fusil. Tanto, que era una pieza muy apreciada entre las huestes germanas, quienes veían en el SVT-40 un rifle muy superior a los primeros semiautomáticos alemanas (sobre todo, comparado con el G41). De hecho, el Ejército teutón llegó a renumerar a los SVT-40 capturados al enemigo soviético, e incluso se atrevió a editar un manual de mantenimiento en idioma alemán. Algo parecido sucedió con las tropas finlandesas, cuyos soldados también se convirtieron en usuarios habituales de este fusil semiautomático.
Soldado alemán con un Tokarev SVT-40 capturado
Sin embargo, mientras los enemigos de la URSS elogiaban al SVT-40, los propios militares soviéticos no terminaban de estar muy contentos con esta arma. La mayoría de historiadores considera que este relativo desprecio al SVT-40 por parte de los soldados rusos no era problema del propio fusil, sino que más bien se debía a la escasa formación y el deficiente entrenamiento de las huestes soviéticas. En todo caso, lo cierto es que en cuanto aparecieron las primeras unidades del Ppsh-41 la mayoría de militares optaron por cambiar de arma y fueron dejando de lado al SVT-40.
Detalle del cierre del SVT-40.
Características y modelos derivados
El fusil concebido por Fedor Tokarev presenta un diseño equilibrado y una fiabilidad más que aceptable para un arma de guerra. Durante los cinco años que estuvo en fase de producción (1940-1945) se fabricaron más de un millón de unidades, principalmente en los arsenales de Tula, Ishevsk y Kovrov. El guardamanos y la culata del SVT-40 se componen de una única pieza y la mayoría de modelos iban equipados con una sencilla bayoneta. El sistema del seguro está compuesto por una pequeña palanca metálica que se esconde detrás del disparador, y que al desplegarse interrumpe e impide el recorrido del gatillo. Su sistema de miras está compuesto por una pequeña mira delantera de tipo circular y un alza tipo guión que ejerce de mira trasera.
Versión sniper del Tokarev SVT-40
Durante el período de guerra, de los arsenales soviéticos surgieron varias versiones distintas del SVT-40. Una de ellas, equipada con una mira telescópica, se destinó a los tiradores de elite del Ejército Rojo. También se experimentó con una versión ametralladora en fuego automático, denominada AVT-40, y con un modelo más corto tipo carabina (el SKT-40), pero ninguno de estos derivados llegó a cuajar entre los miembros del ejército soviético.
Bayoneta y otros accesorios del SVT-40
Durante la Guerra Fría, algunos excedentes del SVT-40 se vendieron a países que estaban bajo la influencia comunista. Hoy en día, casi 70 años después de su nacimiento, el SVT-40 se ha convertido en un rifle de gran valor entre los coleccionistas de armas históricas. Además, también es un fusil muy buscado por cazadores y tiradores deportivos dado el bajo coste de su munición y la alta cadencia de fuego que ofrece. En España puede encontrarse en algunas armerías especializadas, como por ejemplo la Armería Ezequiel de Valencia.
El fusil semiautomático Tokarev SVT-40 tiene cerca de 70 años de historia
En resumen, el SVT-40 se presenta en la actualidad como un pedazo de historia del siglo XX, un arma semiautomática que participó en las grandes batallas de la Segunda Guerra Mundial y que, junto al M1 Garand estadounidense, consiguió marcar un antes y un después en la evolución de los rifles semiautomáticos.
Ficha Técnica:
- País de origen: URSS
- Calibre: 7,62x54R
- Cargador: Extraíble con capacidad para 10 cartuchos
- Longitud total: 122 cm
- Longitud del cañón: 61 cm
- Peso: 3,9 kg (vacío)