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Palanqueros: el rifle intemporal

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Pocos rifles hay tan icónicos e identificados con una época y país como lo son los palanqueros. No hay un arma larga más norteamericana que un rifle de palanca, que inmediatamente nos retrotrae en nuestra memoria a las películas sobre la conquista de llamado “Salvaje Oeste”. Llegó a la escena a mediados del siglo XIX, sirvió durante la Guerra Civil y varias guerras indias y se asegura que ha abatido más ciervos en aquel continente que cualquier otra arma.

Muchas pinturas y fotografías históricas muestran a vaqueros, indios, soldados, exploradores y aventureros posando orgullosamente con un rifle de palanca. Es difícil no pensar en John Wayne montado en su caballo con su arma asomando en su funda, cuando nos referimos a este tipo de cine.

El término “deer rifle” (rifle para ciervo) acuñado durante el siglo pasado, se refería indistintamente a un arma de Winchester o Marlin. Las características de estos rifles eran idóneas para el entorno y tipo de caza que se practicaban por aquel entonces: recechos a corta distancia y caza desde el caballo. En este último caso un rifle ligero, corto y con una buena cadencia de disparo se antoja como perfecto para este tipo de actividad cinegética. Además, su perfil plano permite que se deslice fácilmente en la funda de la silla de montar, lo que permite una inmediatez de acceso al arma.

palanqueros

Los rifles de palanca son parte fundamental de la historia norteamericana

Por otra parte, este tipo de arma encaja a la perfección con dos modalidades de caza netamente españolas: las batidas y monterías. Esto hace que estas armas sean bastante populares en nuestro país. Sus principales argumentos son la contundencia del calibre .45-70 Gov. (el preferido en nuestro país por su versatilidad), la velocidad de disparo a medio camino entre un cerrojo y un semiautomático, junto con su ligereza y manejabilidad. Aunque tengo que decir que, empleando un visor y munición con proyectiles acabados en su extremo por puntas de goma afiladas, que mejoran su coeficiente balístico, podemos expandir algo más su rango de uso.

Volviendo a los aspectos históricos del arma, muchos de nuestros lectores se sorprenderán al saber que el rifle de palanca no fue inventado por Winchester. Sería en 1848, cuando un prolífico inventor llamado Walther Hunt, recibiría la patente de un rifle con este tipo de mecanismo, el Volition Repeating Rifle (Rifle de Repetición a Voluntad). Un primer diseño revolucionario, que introdujo una primigenia forma de la acción de palanca y el cargador tubular, elementos que todavía son comunes hoy en día. Sin embargo, el diseño de Hunt distaba mucho de ser perfecto, con un complicado funcionamiento y sólo fueron desarrollados un par de prototipos, el único ejemplar conocido está actualmente en el Firearms Museum de Cody, Wyoming.

También hay que destacar de Hunt otra importante aportación de las armas de fuego, lo que inicialmente el llamaría “bala cohete”, no sería sino la precursora del cartucho metálico. Este invento estaba unido al del rifle de palanca, ya que era el elemento que permitía la utilización de un cargador, en este caso tubular.

El problema radicaba en que era un cartucho sin todavía vaina ni fulminante, que almacenaba la pólvora en una oquedad practicada al proyectil. Lógicamente, la cantidad de propelente era mínima y desarrollaba en boca muy poca velocidad y energía.

Posteriormente, en 1849, un colaborador de Hunt, llamado Lewis Jennings mejoraría el diseño del rifle, siendo patentado por el empleador de ambos inventores, un tal George A. Arrowsmith. Es entonces cuando este vendería los derechos de patente a Courtlandt C. Palmer por 10.000 USD. Un poderoso comerciante de la ciudad de Nueva York, que se dedicaba a los artículos de ferretería y que había sido ex presidente de una compañía de ferrocarriles. Palmer eventualmente financiaría la producción de 5.000 fusiles Jennings a través de la compañía Robbins & Lawrence. Ninguno de esos nombres suena muy relevante dentro del mundo de las armas de fuego, hasta que nombramos al encargado de la tienda de Robbins & Lawrence Co., un tal Benjamin Tyler Henry.

 

Otro ilustre trabajador de Robbins & Lawrence Co. sería Horace Smith, contratado por Palmer para supervisar la producción de los rifles Jennings. Armas, que por otra parte, nunca pasarían de algunos prototipos y el rifle que se presentó con la patente, a pesar de tener un pedido inicial de 5.000 unidades. Los rifles producidos acabarían siendo reconvertidos a unas 1.000 unidades de tipo avancarga con poco éxito comercial. Palmer no estaba dispuesto a perder su inversión y encargó a Horace Smith que mejorase el diseño, con el objetivo de hacerlo funcional. Aunque fueron numerosos los cambios, la munición era su mayor talón de Aquiles. Finalmente, la Robbins & Lawrence Company compró la patente y produjo algunos rifles, pero la empresa no tuvo éxito y las puertas se cerraron en 1852, por problemas financieros.

Otro protagonista de los rifles de palanca fue Dan Wesson, que junto con Horace Smith y con Palmer, además de otros inversores, crearían la Volcanic Repeating Arms Company en 1855. Uno de esos inversores fue Oliver Winchester, un fabricante de camisas que no sabía nada del negocio de las armas. Mientras formó parte de la empresa, Smith hizo avances importantes en la munición de la denominada bala cohete.

Oliver Winchester finalmente se haría con el control de la compañía, haciendo que Horace Smith y Dan Wesson comenzaran su propio proyecto de revólveres. Cambió el nombre a New Haven Arms Company y contrató a Benjamin Tyler Henry para mejorar el diseño de Volcanic. El resultado fue el famoso rifle Henry. El cual fue introducido en 1860 y fue utilizado por algunas unidades del Ejército de EEUU durante la Guerra Civil. Los soldados confederados llamaron al Henry "¡ese maldito rifle yanqui que cargas el domingo y disparas toda la semana!"

Los avances en materia de munición, se siguieron produciendo en la ya nueva compañía Smith & Wesson. Donde se incorporó un tubo de cobre para contener la bala y la pólvora, con el fulminante en una pestaña de este, creando así una de las más significativas invenciones en la historia de las armas de fuego, el cartucho metálico de percusión anular. El cartucho de Smith, el .22 Corto, sería introducido al mercado junto al famoso revólver Smith & Wesson Modelo 1 en 1857.

 

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El Marlin modelo 39 está considerado el rifle más longevo del mundo

También se introdujo otro fusil de palanca, el Spencer, en 1860. El cual era muy diferente del Volcanic y Henry, ya que su cargador tubular estaba en la culata en lugar de debajo del cañón y el tirador tenía que amartillar manualmente el martillo después de expulsar un cartucho percutido y cargado uno nuevo con la palanca. El Spencer también tuvo un uso limitado durante la Guerra Civil.

Después de la guerra, New Haven Arms se convirtió en la Winchester Repeating Arms Company y una versión mejorada del Henry se convirtió en el primer rifle de repetición Winchester, el Modelo 1866. El famoso "Gun That Won the West" (El arma que conquistó el Oeste), el Modelo Winchester 1873, apareció durante ese año, seguido tres años después por el Modelo 1876 más grande.

El segundo fabricante de armas de palanca más popular de Estados Unidos ha sido Marlin. El fundador John Marlin había trabajado para Colt durante la Guerra Civil y en 1870, comenzó a fabricar sus propios derringers y revólveres. A principios de la década de 1890, desarrolló dos rifles operados por palanca, el Modelo 1891 y el Modelo 1893. Estos luego evolucionaron a los Modelos 39 y 36, respectivamente. El Model 39 era una carabina del .22 que tiene la distinción de ser el rifle con la mayor longevidad del mundo.

A pesar de que ahora estamos en el siglo XXI, el rifle de palanca está lejos de quedar obsoleto. La prueba es que las ventas del Marlin son considerables y ha habido otros fabricantes como Mossberg, con su modelo 464 presentado en 2008, que parece ser también han sido un éxito de ventas. Sin olvidarnos tampoco del BLR de Browning, que lleva más de 60 años en producción. Por otra parte, hay varias compañías que importan réplicas de Winchester y Henry como los fabricados por la casa italiana UBERTI. En definitiva y como decíamos al principio, los palanqueros están viviendo una segunda juventud.

 

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Pistola VOLCANIC

El funcionamiento del sistema de palanca

Ya hemos comentado que estas armas son bastante populares entre los cazadores españoles, en nuestras particulares modalidades de batidas, monterías y también aguardos. Además, en nuestro país empiezan a celebrarse con cierta frecuencia competiciones de “Cowboy Action Shooting”, donde estos rifles son absolutos protagonistas.

Como sabemos, la operación se realiza mediante una palanca manual rematada en su extremo por un lazo, que puede ser de diferentes tamaños. Dicha palanca gira sobre un pivote debajo del cajón de meca nismos. La palanca está conectada al cerrojo, tirando de la palanca hacia abajo se desbloquea el cerrojo, extrae y expulsa la vaina del cartucho. Además, se vuelve a golpear el martillo, montándolo al empujarlo hacia atrás. Al tirar de la palanca hacia arriba, se alimenta e introduce un cartucho nuevo en la recámara, bloqueando el cerrojo en el cajón de mecanismos.

La palanca manual permanece contra la empuñadura del rifle cuando la acción está cerrada y bloqueada.

La mayoría de los rifles de palanca tienen un martillo a la vista, con un cargador tubular debajo del cañón. Se considera que el cajón de mecanismos, en la mayoría de los rifles de palanca, es la parte más crítica del arma y la que mayor estrés sufre, porque es donde se produce el acerrojado. En algunos diseños, las acciones son débiles ya que no pueden manejar cartuchos con presiones superiores a las 40,000 libras por pulgada cuadrada (psi).

Esta característica estructural hace que la mayoría de estos rifles, no se puedan considerar con la suficiente precisión como para ser armas de tiro de concurso, aunque sí plenamente válidos para la caza. Fundamentalmente esto se debe a la existencia de un cajón de mecanismos de paredes delgadas.

La mayoría de las armas de palanca son rifles, aunque las escopetas de acción de palanca aparecieron alrededor de 1900 y se han vuelto a introducir recientemente. En España hace un par de años, que se ha empezado a importar escopetas de estas características de la marca ADLER.

Las ventajas de las acciones de palanca son: su velocidad de operación, a medio camino entre un arma semiautomática y una de cerrojo, su fiabilidad, su ligereza y por qué no decirlo también, ese estilo nostálgico y retro del antiguo oeste. ¿Las desventajas? Algunos modelos no son adecuados para cartuchos de alta presión, también debido a que su ventana de expulsión está situada encima del cajón de mecanismos, no se puede montar un visor de forma tradicional. Por otra parte, como hemos dicho, algunos de ellos ofrecen un potencial de precisión mediocre y son difíciles de desmontar para limpieza y mantenimiento.

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