El fusil FR-8 Cetmetón abandonó España prácticamente con el rabo entre las piernas. La prohibición de utilizar el calibre .308 en armas de repetición propició que muchas unidades fueran vendidas a Alemania, Estados Unidos y Canadá. Ahora, varios años después de su salida por la puerta de atrás, este fusil está regresando a España por la puerta grande.
FR-8, Cetmetón, ¿de dónde provienen estos términos? El primero corresponde a las siglas Fusil Reformado, mientras que el número 8 hace referencia a la Región Militar en la que fue fabricado: la 8ª de La Coruña (Mauser Modelo 1943). Y el segundo es una denominación que surge al unir las palabras CETME y mosquetón, las dos armas que dan origen a este fusil híbrido. Porque eso es básicamente lo que representa un FR-8: un arma híbrida nacida del ingenio y la necesidad.
El nacimiento de este fusil se remonta a mediados de la década de 1950. Por aquel entonces, concretamente en 1956, veía la luz el célebre CETME C, tal vez el fusil de asalto más importante de la historia de España. La llegada de esta arma propició que muchos de los rifles tipo Mauser que en aquella época equipaban al ejército español comenzaran a caer en desuso. Esto provocó una superproducción sin precedentes que obligó a las Fuerzas Armadas españolas a enviar algunas de estas unidades intactas a los diferentes arsenales de la Península Ibérica. Con el objetivo de aligerar el stock existente, el ejército español se planteó qué hacer con todas estas armas: los nuevos CETME C y los rifles tipo Mauser (Modelos 1916 y 1943) fabricados en Oviedo y Coruña y que además empleaban una munición diferente a la del CETME. Como se dice en estas ocasiones, para solucionar este conflicto las autoridades españolas optaron por el camino del medio y decidieron fabricar un arma híbrida, una mezcla entre el CETME C y los rifles Mauser. Surgieron así los populares FR-7 y FR-8.
Sistema de cerrojo tipo Mauser del fusil FR-8
El Fusil Reformado FR-7 nació del Mauser Modelo 1916, mientras que el FR-8 se basó en el diseño del Modelo 1943. Ambas armas fueron recalibradas para utilizar la munición 7,62mm OTAN, la misma que empleaba el nuevo fusil de asalto CETME C. Sin embargo, el proceso de adopción de este nuevo cartucho fue más largo de lo que en un principio pueda parecer. En este sentido, durante los primeros años de la década de 1950 el ejército español probó una gran variedad de cartuchos, como por ejemplo el 7,62x40mm o el 7,92x40mm, antes de decantarse finalmente por el 7.62x51.
Para la creación de este nuevo fusil híbrido, los técnicos españoles utilizaron el armazón y el cajón de mecanismos de los Mauser 1916-1943 y le acoplaron el cañón del CETME C. Precisamente, la principal similitud entre el fusil de asalto semiautomático y el FR-8 radica en el cañón. En este sentido, ambas armas poseen un cañón de la misma longitud y que utiliza la misma bocacha apagallamas. Sin embargo, debajo del cañón del FR-8 se incluyó un elemento fundamental que diferencia a estos dos fusiles. Se trata de un tubo circular compuesto de acero y con forma hueca, cuyo interior suele utilizarse para guardar el kit de limpieza del arma. La tapa de este tubo posee una ranura que sirve para fijar correctamente la bayoneta del FR-8. Por su disposición justo debajo del cañón, la presencia de este tubo ha propiciado que muchos aficionados creyeran que se trataba de un arma por toma de gases.
Mira dióptica del fusil FR-8
Sin embargo, el FR-8 no es un rifle semiautomático, sino más bien un arma de repetición. En este sentido, e imitando el mecanismo de acción de uno de sus dos progenitores, el fusil FR-8 funciona mediante un cerrojo tipo Mauser. A diferencia de sus precursores, esta arma posee un guardamanos más corto y robusto. Además, cuenta con una anilla porta correa en la izquierda de la culata, confiriéndole una apariencia similar a la de una carabina de montaña. Respecto a su sistema de carga, el FR-8 se “alimenta" manualmente con el clásico peine de 5 cartuchos utilizado en los rifles tipo Mauser. En cuanto a sus miras, el FR-8 utiliza el mismo sistema que el CETME C, es decir, miras abiertas para disparos hasta 100 metros y miras ortópticas para disparos a 200, 300 y 400 metros. Este hecho le diferencia claramente del resto de rifles militares de la época, en los cuales se utilizaban las clásicas alzas militares con forma de guión. En este sentido, las miras ortópticas del FR-8 (consistentes en un diopter regulable micrométricamente en altura en cuyo interior hay un orificio de mayor o menor tamaño) resultan más deportivas y precisas.
Caja de mecanismos del FR-8
FR-7 y FR-8: dos almas gemelas
Las principales diferencias entre el FR-7 y el FR-8 se encuentran en sus sistemas de acerrojamiento y en el diseño de sus palancas. Así, el FR-7 dispone de una palanca curva y de un acerrojamiento de dos tetones, mientras que generalmente el FR-8 cuenta con una palanca recta y un acerrojamiento de tres tetones (dos delante y uno detrás). A este respecto hay que tener en cuenta que no todos los FR-8 poseen la palanca recta, ya que del arsenal de Coruña surgieron un buen número de rifles con la palanca curvada para poder acoplar un visor. Por este motivo, hoy en día no resulta extraño encontrar un FR-8 original con la palanca doblada.
El valor de mercado de este fusil de origen español está creciendo en los últimos años. De hecho, su revalorización actual es incontestable. ¿A qué se debe esta situación? Como ya se ha comentado anteriormente, cientos de unidades del Cetmetón se vendieron al extranjero a precio de saldo en el momento en que las armas de repetición del calibre .308 fueron declaradas ilegales en España. Muchas de ellas fueron a parar a Alemania, y de aquí pasaron a otros países como Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, ahora, tras la eliminación de esta prohibición, muchos españoles están tratando de recuperar esta clásica arma. Muchos ya la emplean para la caza, los más osados la convierten en un rifle Scout, mientras que otros sólo la quieren para completar su colección.
El FR-8 Cetmetón con la bayoneta incorporada.
Sea cual sea el motivo de su deseo, el FR-8 se presenta como un rifle fácil de manejar, con un diseño atractivo y compacto, y con un encanto especial. Su exótica línea, mezcla de las legendarias Mauser y CETME, la convierten en un arma única, un arma que con la munición adecuada permite obtener buenas agrupaciones, sobre todo en disparos a medias distancias. Su robusto sistema de tres tetones heredado del Mauser 98 le permite funcionar con cartuchos del .308 W.
En definitiva, se trata de un arma fiable, con un valor en alza y que ha servido en diversas unidades militares como la Policía Territorial del Sahara o la Guardia Real española. Un clásico de toda la vida que ha renacido con más fuerza que nunca. Un fusil que vuelve a casa por la puerta grande.