Esta es una pregunta muy frecuente, para la que, sinceramente, no hay una respuesta única. De hecho, prácticamente todas son válidas, ya que una escopeta no mata o acierta, sino que es el tirador quien lo hace. Por eso, yo siempre digo que la mejor escopeta es la que se adapte a nosotros, tanto al tacto, longitud de culata, disposición de cañones, calibres… da igual, sólo necesitamos estar cómodos con ella.
Hoy en día, con los avances que tenemos en el sector armamentístico, no es muy normal ver una escopeta yuxtapuesta en manos de nuestros cazadores. Cuando nos cruzamos con un cazador, lo habitual es verlo con una semiautomática (e incluso hay algún valiente que se atreve a portar las más modernas semiautomáticas fabricadas en polímeros con vistosos estampados de camuflaje) o con una superpuesta. Y el que suele usar aún paralelas, suele ser nuestro maestro, es decir, el que nos inició en la caza con escopeta. Un “profesor" que en, muchas ocasiones, se encarna en la figura de nuestro abuelo.
Detalle de los dos cañones de un modelo yuxtapuesto
Actualmente, por tanto, no es demasiado lógico usar un arma en cuya fabricación intervino el ojo de un armero, en vez del láser usado en las armas modernas. La paralela será un recuerdo inolvidable, al igual que el calibre 16 ligado a este tipo de escopeta. Si comparamos precios, hoy veremos que una paralela puede costar dos e incluso tres veces más que una semiautomática. Esto se debe a que es un producto de lujo, que suelen tener exquisitos grabados, maderas de la más alta calidad, montadas por un ojo con años de experiencia, y todo esto, al fin y al cabo, es un capricho como otro cualquiera pero que da una sensación de gusto incomparable.
Muchos de nosotros creemos que este arma está obsoleta, pero al ir recabando información me di cuenta de que no era así, ya que las paralelas que podemos comprar hoy en día, tienen mejores maderas, aceros más selectos... ¡Incluso hay quienes las fabrican con chokes intercambiables!
Superpuesta vs. Paralelas
Buenas noches, señoras y señores, un saludo muy cordial de Alejandro Morelli. Les hablamos desde el Madison Square Garden, qué espectáculo vamos a vivir, un campeonato del mundo, dos púgiles sobre el cuadrilátero, dos escopetas que solo tienen un objetivo, tirar, tirar y tirar al contrario. A mi izquierda está el aspirante, la superpuesta. A mi derecha está el campeonísimo, la escopeta yuxtapuesta, con dos cañones paralelos, culata inglesa de madera noble, finos grabados y muchos, muchos, muchos tiros. Señoras y señores, esto va comenzar, vaya miradas que se están cruzando los púgiles, suena la campana y comienza el combate.
Detalle de los dos cañones de un modelo superpuesto
Para que una escopeta yuxtapuesta sea perfecta, sólo le falta una cosa, y es que sus cañones sean paralelos perfectos, a partir de esta afirmación empezaremos. Debido a que las recámaras deben ser muy robustas para soportar las presiones que se generan, su sección necesita tener un diámetro mayor que el resto del cañón ya que si fueran totalmente cilíndricos resultarían pesadísimos, al tener la misma sección de recámara que de boca. Y además, el arma estaría muy fuera de balance, pesando tanto por delante que sería difícil mantener la puntería y correr la mano como se debe. La solución es hacer los cañones más livianos hacia la punta, lo cual, además mejora la estética.
Clásica escopeta superpuesta
Entre dos cañones del calibre 12 hay de 7 a 11 milímetros de separación a la altura de la recámara, pero sólo uno ó dos entre los brocales (boca de fuego), y esto hace que las trayectorias se crucen en el aire (a 36 metros). A una distancia suficiente, el tiro del cañón de la derecha pasa a dar hacia la izquierda y el izquierdo a la derecha. Para tratar de evitar que se cruzasen los tiros surgió la báscula superpuesta. Si en lugar de poner los cañones uno al lado del otro se disponen encima y debajo, el problema desaparece, ya que ambos se encuentran ahora en el mismo eje vertical. Así, independientemente de cuál sea el cañón que se dispara, no hay desviación lateral hacia ninguno de los lados. De esta forma, el plomeo de los dos cañones se superpone en lo referente a los bordes izquierdo y derecho a cualquier distancia. Problema resuelto. Sin embargo, todavía queda resolver el problema de que ambos cañones serán convergentes por la vertical. Pero, esto, lejos de ser un inconveniente como en el caso de las paralelas, se vuelve una ventaja.
Ahora, en las superpuestas, las bandas que mantienen unidos los cañones están a los lados, justo en el medio por la vertical y no en la horizontal, como en el caso anterior; se dispone el superior perfectamente recto, para luego corregir la convergencia sólo con el inferior, en lugar de hacerlo con ambos. De esta forma, el cañón superior está horizontal, el inferior queda inclinado hacia arriba, y el tiro sale en esa dirección; pero como enseguida comienza a caer, la diferencia se autocompensa. En cualquier caso, la máxima diferencia entre ambos plomeos será de unos pocos milímetros, correspondientes a la distancia entre los centros de las ánimas a cualquier distancia; lo cual, en la práctica, es despreciable.
La disposición superpuesta de los cañones aumenta la resistencia de la báscula cuando se usa intensamente, porque en la báscula yuxtapuesta, cuando se dispara un cañón, digamos el derecho, la presión de la explosión fuerza a esa recámara a expandirse y prolongarse para absorberla; por ello, el conjunto de cañones se apoya en el lado izquierdo, tendiendo a curvarse todo el conjunto hacia la izquierda. El punto de aplicación de la fuerza es el eje de basculación, desde su centro hacia la izquierda, y en el cierre. Con cada disparo, esto se repite remachando el material. Todo el conjunto se afloja y aparecen luces y holguras de ese lado.
Las yuxtapuestas son las escopetas más tradicionales
En las escopetas yuxtapuestas, lo normal es tener los chokes fijos, con lo que un cañón se usa para tiros cortos y el otro para los largos, lo que implica que usemos más un cañón que el otro. Esto, a la larga provoca que la escopeta se desajuste. Por el contrario, en una escopeta de cañones superpuestos, la presión del disparo se reparte de forma recta y uniforme hacia atrás, no de manera transversal y pivotante como se dijo antes. Y ello sin importar con que cañón se dispara. Como resultado, el conjunto tarda más en desajustarse. Además, casi siempre se dispone que el primer disparo se realice con el cañón inferior, con lo cual la palanca que se aplica es casi inexistente. Mientras tanto, el segundo (que es el que cuenta con un poco más de incidencia) se usa mucho menos.
Detalle de la boca de los cañones de un modelo paralelo
¿Superpuesta para el tiro o para el campo?
Después de todo lo visto anteriormente, vemos que las superpuestas duran más y plomean regularmente en el mismo sitio con ambos cañones, además de pesar, generalmente, unos gramos menos debido a su forma y construcción. Pero a pesar de todo, ¿cómo es que hay más superpuestas de tiro que de campo? Para empezar, el retroceso de una superpuesta es siempre mayor que el de una yuxtapuesta. En una escopeta superpuesta el retroceso es recto hasta el hombro del tirador y con poca elevación, lo que provoca una sensación de mayor retroceso. Mientras tanto, en las yuxtapuestas, como ambos cañones se apoyan en la mitad superior del frente de la báscula, la línea recta de proyección del retroceso tiende a pasar por encima del hombro con la consecuencia de que nada más iniciar el retroceso, el arma se desencara tendiendo a escapar hacia arriba con acentuada elevación hasta el punto que parece saltar de nuestras manos pegando menos en nuestra anatomía (en realidad pega igual, pero por menos tiempo).
En el campo, se tira con cargas pesadas y en el club con cargas muy ligeras como son las de plato. Esto provoca que a la escopeta que más pega le bajamos la carga para que pegue menos, y a la que mejor tolera el retroceso se lo incrementamos. Como consecuencia, terminan igualándose los retrocesos aunque no nos lo parezca. Los tiros de campo suelen ser casi horizontales con la referencia del horizonte; en estas circunstancias, la visión de la boca de los cañones, dispuesta de forma paralela a ese horizonte, tiende a centrar de manera instintiva nuestra puntería, de mejor manera que la inseguridad que nos proporciona ver el final de un solo cañón flotando en el aire.
Por otro lado, en el club de tiro al plato, donde es frecuente repetir el disparo con sólo tres o cuatro metros de vuelo del blanco, es decir, de manera muy rápida, con la superpuesta tenemos la ventaja de que se desencara poco. Estos tipos de escopeta suelen usar además un monogatillo que hace que una sola cola de disparador active ambos cañones, lo cual también mejora la misma posibilidad de doblar los tiros, amén de tener una empuñadura tipo pistolete en vez de inglesa. Esto nos proporciona un agarre más efectivo, de tal forma que podemos ponerle cañones más largos, mejorando el centro de gravedad.
A pesar de todo esto, y aunque hay superpuestas muy caras, no igualan a las paralelas de lujo con riquísimos grabados, con culatas inglesas o de cuello de cisne, portadas en lujosos maletines de cuero y con nuestros carnets de socios y propietarios de una lujosa marca de escopetas hechas a medida. Pensadlo, es como llevar un coche de alta gama básico, y un coche normal de calle con todos los extras. Nos habrá costado lo mismo, pero no es el mismo prestigio de marca. Pero digamos lo que digamos, mata más el buen cazador que la buena escopeta, y la mejor escopeta, siempre será la que mejor se adapte a nosotros.