La Gatling Gun, tal y como hoy la conocemos, es una ametralladora moderna capaz de realizar hasta 6.000 disparos por minuto sin presentar problemas de interrupción. Esta elevada cadencia de fuego, unida a su incontestable potencia, la convierten en una de las armas más poderosas de la actualidad.
Uno de los primeros modelos de Gatling Gun.
Desde sus primitivos orígenes, allá por los primeros años de 1860, hasta la actualidad, la Gatling Gun se ha visto obligada a convivir en medio de un sentimiento contradictorio. Y es que esta arma es tan temida por muchos como deseada por otros. Su increíble cadencia de fuego provocó auténtico pavor entre quienes se sometieron a sus múltiples disparos. Tanto es así, que incluso el primer diseño presentado por su creador fue rechazado de plano porque se consideraba que era un arma demasiado potente, capaz de organizar auténticas carnicerías. Esta situación se produjo en 1861, año en el que un talentoso granjero presentó, en plena guerra civil estadounidense, a su criatura. Aquel granjero respondía al nombre de Richard J. Gatling, y su criatura era la Gatling Gun, una de las primeras ametralladoras de la historia y sin duda la más potente de su época.
Gatling Gun de principios del siglo XX.
Aquella primera versión de la Gatling Gun era capaz de realizar 200 disparos por minuto, una cifra elevadísima para la cadencia de fuego reinante en aquellos años. Sin embargo, a pesar de sus indudables virtudes, la Gatling Gun también tenía un importante inconveniente: era demasiado pesada. En este sentido, sus más de 40 kilogramos la convertían en un arma difícil de manejar y transportar en el campo de batalla. Este peso excesivo, unido al temor de que su uso en plena guerra causara una matanza sin precedentes, hizo que ninguno de los dos contendientes de la guerra civil aprobara su adquisición.
Lejos de arrojar la toalla, y siendo sabedor del enorme potencial que escondía su arma, Richard J. Gatling continuó trabajando en posibles mejoras de su ametralladora. En este sentido, logró reducir su peso y la preparó para disparar diversos calibres que iban desde el 25,4mm al 11,43mm. Estas nuevas mejoras de la Gatling Gun acabaron por convencer al General estadounidense Benjamin F. Butler, quien en 1864 adquirió 12 unidades de esta mítica ametralladora por tan sólo 1.000 dólares cada una. Butler utilizó esta docena de Gatlings en el frente de Petersburg donde obtuvo una inapelable victoria.
Un año después, concretamente en 1865, el Departamento de Defensa de la época sometió al modelo empleado por el General Butler en Petersburg a una serie de exigentes pruebas. Tras superar todos los test oficiales, en 1866 el ejército de Estados Unidos adoptó oficialmente la ametralladora diseñada por Richard J. Gatling. A partir de entonces, y aprovechándose de la fama obtenida durante la guerra civil, el propio Gatling se dedicó a vender su diseño a otros países de todo el mundo. Esta venta masiva propició la aparición de numerosos modelos basados en el diseño original de Gatling, aunque con sustanciales mejoras. De esta forma, la Gatling Gun original se mantuvo como ametralladora oficial del Ejército estadounidense hasta 1911, cuando fue declarada obsoleta y fue sustituida por las primeras ametralladoras modernas. Fueron por tanto 45 años al servicio de las tropas norteamericanas, quienes a pesar de ser conscientes de todas sus virtudes, apenas la pudieron disfrutar en conflictos bélicos.
Estructura y funcionamiento
Con el transcurso de los años, la denominación Gatling Gun ha pasado a utilizarse para referirse a cualquier arma de fuego que utilice el mismo sistema de cañón giratorio de la ametralladora original. De esta forma, las modernas Gatlings se presentan a la sociedad como armas de seis tubos rotatorios capaces de efectuar hasta 6.000 disparos por minuto. Y todo esto sin interrupciones y con el único impedimento de la falta de munición. Esta elevadísima cadencia de fuego permite a sus usuarios poder atacar con solvencia a prácticamente cualquier objetivo. Los seis tubos que componen el sistema Gatling tienen su propio sistema de cierre, que se va desplazando alternativamente mientras todos giran alrededor de un mismo eje. Estos tubos con 20mm de calibre disparan los proyectiles a una velocidad inicial de 1030 metros por segundo.
Gatling Gun en plena acción desde un helicóptero.
El modelo patentado por Richard J. Gatling precisaba la participación de un soldado que, de forma manual, accionaba una manivela que hacía girar los seis tubos alrededor del eje central. Cada tubo dispara una vez por cada giro, lo que permite el mínimo enfriamiento necesario para evitar problemas de sobrecalentamiento. Posteriormente, también se diseñaron nuevos modelos con más tubos (hasta 10) pero que seguían utilizando el mismo sistema del eje rotatorio inventado por Gatling. Las últimas versiones de la Gatling Gun son mucho más sofisticadas que los modelos que vieron la luz a finales del siglo XIX. En este sentido, se ha pasado de transportar esta pesada ametralladora con antiguas ruedas de carro a montarla sobre navíos de combate o sobre cazas de las fuerzas especiales.
Gatling Gun instalada en un avión de combate.
Su fiabilidad, su altísima cadencia de fuego, su sencillo mecanismo de acción y su rápida recarga han convertido a la Gatling Gun en una de las ametralladoras más emblemáticas de la historia. Odiada y temida por quienes han sufrido sus insaciables ráfagas, pero al mismo tiempo amada y deseada por quienes han disfrutado de su poder, más de un siglo después de su nacimiento la Gatling Gun sigue más vigente que nunca. Actualmente, su efectividad puede comprobarse prácticamente a diario en escenarios conflictivos como Irak, donde la potencia de esta arma y su munición ha quedado más que demostrada. Así es la Gatling Gun: un objeto de deseo para muchos, el peor enemigo para otros.