jdecastroll - 16/03/2007
Existen serias contradicciones en los mensajes que normalmente recibimos sobre algunos temas acerca de “cómo adquirir habilidades en el tiro", o “cómo conseguir mejores resultados", que se discuten continuamente en las galerías de tiro. Estas discusiones se producen a todos los niveles, tanto en los tiradores de clubes como en los equipos nacionales. Casi todo aquel que lleva practicando el tiro durante un tiempo y no estuvo viviendo en una isla desierta ha escuchado alguna vez la manida frase “no se debe pensar en la puntuación al tirar". Pero, a menos que uno tenga el cerebro inerte, por supuesto que siempre se piensa en sus resultados.

La máxima expresada en “no pienses en tu puntuación mientras tiras" suena bastante. Realmente, la idea es que para adquirir grandes habilidades, uno debe pensar en cada aspecto durante la ejecución, y hacer cada cosa en su momento. Pero para alcanzar gran rendimiento y efectividad, uno no debe “pensar" en todos a la vez. Se debe ser extremadamente analítico, esforzarse en aprender y perfeccionar la habilidad de tirar para conseguir una buena técnica de tiro. Pero, para realmente conseguirlo, se debe dejar que la combinación entre mente y cuerpo funcione a nivel subconsciente, y así lograr que la combinación de ambos sea el resultado perfecto para que quien se entrena pueda ejecutar el disparo sin la interferencia de la mente consciente. Y todo el esfuerzo debe estar centrado en la ejecución, para así conseguir un tiro o una serie de tiros en conformidad perfecta con el modelo que se deriva de toda esta preparación y ensayo. Y no en los resultados de esta ejecución a nivel puntuación.

Consejos básicos
Se debe realizar siempre, o al menos intentarlo, la misma rutina de tiro, automatizar los movimientos y ser capaces de ver el momento de renunciar a efectuar el disparo cuando consideremos que la ejecución del mismo no garantiza un resultado óptimo. Durante la ejecución, por supuesto influyen muchos factores, como la ansiedad, el miedo, la adrenalina, etc. Todos hemos experimentado alguna vez sus efectos y somos más o menos conscientes de la forma en que nos afectan. La mayor parte de los tiradores de alto nivel están ahí en gran parte gracias al trabajo que hicieron por aprender y practicar sus habilidades de tiro, y son capaces de aprovechar a su favor estos factores. En este sentido, la misma adrenalina que hace que se nos seque la boca, nos suden las manos, etc, también hace que aumente nuestra agudeza visual, nuestro sentido del tacto y nuestra velocidad de captar el momento preciso para efectuar el disparo.
Teniendo un plan de trabajo claro, es decir, procurando ejecutar correctamente todas las rutinas previas y durante el disparo, obtendremos un número muy elevado de posibilidades de conseguir realizar buenas tiradas y mejorar nuestros resultados.
Alguna vez, todos nosotros nos hemos preguntado qué debemos cambiar en nuestra rutina diaria para mejorar. Incluso, a la hora de empuñar el arma pensamos si lo estamos haciendo correctamente, y esos pensamientos en parte son causa de nuestros errores, ya que suelen darse con frecuencia a la hora de efectuar el disparo, e impiden que lo hagamos con la calma necesaria. Los cambios que decidamos efectuar en nuestra rutina, ya sea por consejo de otros o por que consideremos que nos darán mejores resultados y enriquecerán nuestra técnica, debemos hacerlos de forma programada y dedicarles un tiempo de estudio suficiente para saber con seguridad que en realidad nos favorecen.

Tenemos que tener en cuenta que cualquier cambio en nuestra rutina tendrá, queramos o no, sus efectos secundarios. El principal problema será casi siempre nuestra falta de paciencia, sobre todo, cuando los primeros resultados sean negativos. Por ejemplo, si alguien decide que debe dejar de tomar café porque eso le hará sentirse menos nervioso, debe tener en cuenta que la falta repentina de suministro de cafeína al cuerpo puede crearle intensos y puntuales dolores de cabeza y de esa manera mermar en gran medida su concentración.
El entrenamiento muscular es otro de los factores que pueden afectar en gran medida a nuestro rendimiento. Si de repente se empieza a entrenar con pesas o se aumenta la intensidad del entrenamiento, el resultado será una perdida de control muscular a la hora de ejecutar el disparo, pudiendo incluso provocar gatillazos descontrolados. Por tanto, si el cambio puede afectar al estado físico, se debe realizar con suficiente antelación y teniendo en cuenta el factor de aclimatación del cuerpo, sobre todo, si se acerca alguna competición a corto plazo.
Otros cambios más sutiles, como el peso del disparador, la posición de contrapesos, la posición del disparador, las lentes, etc, se pueden realizar sin tanta preocupación por el tiempo de adaptación, pero aún así se deben planear con antelación suficiente ante una competición. En este sentido, es muy importante documentar todos los cambios en nuestra rutina y cotejarlos por medio de los resultados obtenidos en las tiradas. Sólo de esta manera podremos evaluar de forma objetiva el resultado del cambio y decidir si guardamos las nuevas condiciones de tiro, o bien volvemos a empezar de nuevo. Por supuesto, el cambio puede afectar tanto de forma positiva como negativa, por lo que, como es lógico, siempre debemos valorarlo en función de nuestros resultados.