- La normativa española sobre armas obliga al propietario a mantenerlas guardadas bajo llave. Concretamente, la ley obliga al titular de la licencia D (rifles para caza mayor) a guardar sus armas en cajas fuertes o cámaras acorazadas ubicadas en sus propios domicilios, o bien en locales de empresas o entidades especializadas en la custodia de armas.
- Del mismo modo, la normativa para los titulares de la licencia F (armas deportivas) establece que estas armas sólo podrán utilizadas en los campos, polígonos o galerías de tiro autorizados. Posteriormente, deberán guardarse desactivadas en los domicilios de los titulares.
- Por experiencia propia sería recomendable, aunque no sea obligatorio por ley (como en el caso de las escopetas), que todas nuestras armas estén guardadas en armeros (cajas fuertes). Estos armarios especiales pueden conseguirse desde 200 euros, una pequeña cantidad que nos permitirá dormir tranquilos al saber que nuestras armas están totalmente guardadas. Es decir, que estarán a salvo de un posible mal uso y de un robo, evitando así que no sean utilizadas para cometer un crimen.
- Para evitar cualquier tipo de accidente, otra recomendación importante es guardar las armas totalmente descargadas. Incluso más, lo ideal sería guardar las armas en un lado y la munición en otro.
- Respecto a la munición, resulta aconsejable guardar los cartuchos en un espacio seguro y cerrado, evitando que alguien pueda tener acceso a ellos. Es necesario que el sitio esté bien ventilado y no tenga humedad, con el objetivo de garantizar su buena conservación. Nunca deberíamos olvidar que la munición es un explosivo y que un niño que juegue con ella puede provocar su estallido, causando daños importantes, incluso la propia muerta de una persona.
- Los titulares de la licencia B (pistolas y revólveres para autodefensa) deberían llevar el arma encima, y a la hora de llegar a casa deberían guardarla siempre en el mismo lugar. Este lugar deberá ser accesible para el titular, pero a la vez deberá ser lo bastante seguro para impedir que cualquier persona que viva en la casa o que sea ajena a ella no pueda tener acceso al arma.
