Hace poco evaluábamos el buque insignia táctico de Vortex: el visor Razor HD Gen II. En esta ocasión analizamos el Golden Eagle, un visor específicamente creado para el tiro deportivo a larga distancia, pensado para competiciones de F-Class, Bench-Rest, Match Rifle, etc.
Vortex es una compañía relativamente nueva, nacida en 1986, que con unos modestos orígenes familiares ha sabido abrirse un hueco en el difícil mercado de los visores para rifle, donde operan compañías centenarias muy asentadas y con gran crédito entre nuestra comunidad. Ello ha sido posible gracias al mucho conocimiento de las necesidades y gustos de los tiradores tácticos, deportivos y cazadores. Empleando tecnología puntera y novedosos diseños ha encontrado su nicho y ha ido escalando posiciones en los diferentes segmentos, hasta alcanzar el sector Premium, donde se baten el cobre los “popes” de la industria.
Vortex es una ingeniería radicada en Wisconsin que externaliza su producción en tres países según la gama de producto que se trate, concretamente China, Filipinas y Japón. El producto objeto de nuestra evaluación está fabricado en Japón, como corresponde a sus productos de gama más alta.
Las diferentes competiciones han ido empujando a los fabricantes a crear productos que satisfagan sus requerimientos. En este aspecto F-Class ha sido quien ha ido marcando el paso de los visores con gran capacidad de magnificación. Habiéndose sucedido en los últimos años diferentes hitos, primero fueron los Nightforce con su serie BR y después con la NXS con sus 42x, que posteriormente se incrementarían hasta los 55x con su último modelo, el Nightforce Competition. Aunque son los March los que empujarían la carrera de los aumentos con visores de 60x e incluso 80x, con el impresionante March 8x-80x56. Naturalmente el resto de fabricantes han reaccionado y la medida de los 50x o 60x empieza a convertirse en el nuevo estándar superando el anterior de 40x. Es en este contexto donde aparece el Vortex Golden Eagle HD, con su óptica 15-60x52mm. Hay otros insignes contendientes como Schmidt & Bender, Sightron o IOR-Valdada, pero en esta liga de las competiciones juega mucho el peso y los competidores de F-Class tienden a decantarse por visores ligeros, por motivos de reglamento.
Peso
En línea con lo anterior y refiriéndonos al reglamento de competición para F-Class, concretamente en la división TR, el rifle con el conjunto de accesorios no puede superar los 8.250 gramos. Naturalmente lo que prima en esta modalidad ante todo es el cañón y la acción, aunque entenderemos que el ratio aumentos/peso sea una variable de importancia. Conscientes de ello en VORTEX, han situado a su Golden Eagle en el escalón de visores más ligeros, ya que pesa unos contenidos 842 gramos. Solo unos 50 gramos más que el Nightforce Competition y mucho menos que cualquiera de la gama NXS. En F-Class, especialmente en la división TR, se consideran adecuados los visores de 800-950 gramos. Esta ligereza tiene como consecuencia que este tipo de visores no presentan la robustez de sus hermanos tácticos. En el número anterior de nuestro periódico comprobamos como el Razor HD Gen II alcanzaba los 1.375 gramos, pero a cambio disponíamos de un auténtico “tanque de combate”. Esto no significa que debamos tratar este visor entre algodones, pero sí con un mínimo de cuidado.
Calidad Óptica y Aumentos
Con respecto al resto de características estas responden a lo que se espera de un visor de gama alta. La ruleta de magnificación tiene un buen tacto con la dureza justa para mantenerse en la magnificación deseada, además gira con fluidez. Con respecto a los aumentos y teniendo en cuenta que el visor es de tecnología de Segundo Plano Focal (SFP), que significa que la retícula no aumenta con el zoom, por lo que para poder usarla para el cálculo balístico deberemos fijarla a un número de aumentos determinado, en este caso 40x, a diferencia de los visores con menos aumentos donde se alcanza normalmente con la máxima magnificación. Respecto al ocular presenta un exceso de resistencia que resulta difícil de manipular, si bien es cierto que una vez ajustado el enfoque de nuestra visión a la retícula, difícil será que necesitemos reajustarlo, salvo que sea utilizado por otro tirador.
La calidad óptica es siempre algo complicado de evaluar por lo que probamos el visor durante dos jornadas en sesiones diferentes de mañana y tarde. Ni que decir tiene que no se observan aberraciones, ni distorsiones de imagen en la periferia de las lentes, teniendo una nitidez e iluminación sobresalientes. Acostumbrado a visores de primer plano focal, con un máximo de 25 aumentos, he podido comprobar lo cómodo que resulta ver los impactos con una óptica de 60x, a 100 m. se ven los agujeros en la diana como si estuvieses sentado junto a ella. Ahora bien, con el máximo nivel de magnificación resulta laborioso encontrar el objetivo. Es obvio que el uso de 60x está pensado para mucha más distancia y no para 100 metros. Las pruebas se han hecho durante este mes de febrero con unas temperaturas entorno a los 14 grados de media, con lo que no hemos sufrido el problema de las reverberaciones de calor que suben del suelo y que serán más que apreciables con esa potencia óptica. Y por propia experiencia en competiciones a 300 metros, muchos tiradores en un día muy soleado no suelen usar más de 30x, pero siempre es mejor que sobre a que falte.
Un detalle importante a este respecto, es que el visor trae de serie una tapa o extensión del tubo reductor de luz. Este se enrosca cuando hay mucho sol, con la idea de reducir la luminosidad y mitigar así el impacto de las reverberaciones. Un detalle que tienen por ejemplo los visores DEON March como un accesorio que se vende aparte.
Torretas
Las torretas al igual que la retícula están medidas en MOAs, tratándose de un visor orientado a la competición las mismas están graduadas en octavos de esta unidad de medida, como corresponde a un visor de este tipo, con una muy buena visibilidad en la serigrafía de la graduación, lo que ayuda a hacer correcciones rápidas y precisas. El tacto por click y sonido es correcto, aunque acostumbrado a visores tácticos aprecio una ligera menor definición y dureza en las transiciones entre clicks. Personalmente agradecería un sonido más audible en cada avance, dado que estamos en un entorno de competición. La torreta de paralaje situada en el habitual lateral izquierdo está graduada de 15 yardas a infinito. Es algo interesante que un visor tan potente se pueda ajustar el paralaje desde solo unos 14 metros. Seguro que más de un tirador de Field Target puede estar interesado en el mismo. Pero carece del habitual acompañamiento de la ruleta de regulación de iluminación de la retícula, ya que este visor carece de esta función. Es lógico que en la lucha por el menor peso se prescinda de todo aquello que no sea necesario y desde luego en un producto destinado a la competición es algo superfluo.
Decir también que tiene una segunda torreta intercambiable para la deriva (ajuste lateral para el viento), la cuál recomendamos cambiar por la de serie que lleva el visor para los tiradores de larga distancia. Mientras que la torreta original puede corregir 5 MOAs en cada dirección en una vuelta, esta torreta adicional tiene doble fila de números, que permiten una corrección de 10 MOAs en cada dirección. Algo muy útil con tiros con fuertes vientos o a distancia largas, cuando el viento tiene más impacto sobre el proyectil.
Retículas
El visor está disponible con dos tipos de retículas, una “crosshair” pura sin florituras, con una clara orientación para competición a larga distancia, donde prima no ocultar el blanco con las líneas de la misma. Otra tipo tipo es la ECR-1 de árbol con segmentos, configuración popularizada en su momento por el especialista en retículas Horus, pensada para una mayor versatilidad o polivalencia de uso. Por ejemplo, con esta última podremos hacer correcciones adicionales si nos quedamos sin clicks en la torreta en muy largas distancias o podremos utilizar el visor en otras actividades o modalidades de tiro, por ejemplo aquellas en las que prime el tiempo y ayudándonos de esas referencias evitemos usar las torretas.
La prueba de campo
Ya que estamos analizando un visor destinado a la competición de tiro a larga distancia, donde la precisión extrema lo es todo, hemos variado nuestra rutina de pruebas para estos accesorios. Muchos podemos opinar sobre la calidad de la óptica de un visor hasta cierto punto, ya que en un día soleado es bastante probable una visión óptima. Una óptica "excelente" se percibe solo en situaciones extremas como la falta de luz o en situaciones atmosféricas muy adversas, pero nadie puede evaluar la mecánica a simple vista. Sólo se puede notar y oír los "clicks", pero poco más.
Así, muchos usuarios no aprecian la mecánica cuando es el elemento MÁS IMPORTANTE de un visor (y no la óptica). Una mecánica mediocre para un tirador de alta competición en F-Class o un francotirador, significa ganar o perder.
¿Cómo se puede evaluar la mecánica de un visor?
Hay dos maneras de hacerlo. Una es montando el visor en una base muy pesada (para que el visor no se pueda mover bajo ningún concepto) y poner una diana con un dibujo de una cuadrícula a 100 metros y moviendo las torretas contrastar si los clics coinciden con la cuadricula. El proceso es lo más correcto, pero tiene un problema; el visor y su mecánica no están sometidos la "fuerza de un disparo" entre los clics, es decir sin el retroceso de una carga importante. Algo crítico, ya que la mecánica necesita soportar ese golpeteo, disparo a disparo.
La otra es hacer una prueba con fuego real. Lo difícil no es la prueba en sí, sino que hay que considerar que intervendrán otros factores: la precisión del rifle, la munición, la climatología y la habilidad del tirador.
En esta prueba nuestro compañero y tirador Hans Peter nos ha echado una mano con su rifle de competición Kelbly en .308 Win., munición recargada específicamente para este rifle con puntas Sierra HPBT de 168gr., bipode F-Class y posición de tiro sobre una mesa con blanco a 100 metros.
Hans Peter ha usado la prueba del "reloj" para verificar la mecánica, que consiste en:
• Efectuar 3 disparos al centro (en nuestra prueba 3 impactos ligeramente encima del centro del 10).
• Subir 3 MOAs (24 clics) y realizar 3 disparos.
• Bajar 6 MOAs y realizar 3 disparos.
• Subir 3 MOAs más 3 MOAs a la derecha y efectuar 3 disparos.
• Corregir con 6 MOAs a la izquierda y hacer 3 disparos.
• Y finalmente 3 MOAs a derecha – 3 disparos; para llegar de nuevo al "originen".
El resultado obtenido ha sido espectacular, los tres primeros y los tres últimos disparos no solo han coincidido en el mismo sitio; es más, cinco de los seis impactos han coincidido en un solo agujero. Los impactos a las 3, 6, 9 y 12 horas (agrupando a ½ MOA) unos 9 centímetros del agujero central. Teniendo en cuenta que un MOA a 100 metros son 2,91 cm, por 3 MOA en total 8,73 cm. Sin dudar la mecánica del Vortex Golden Eagle funciona como un reloj suizo de alta gama.
RESUMEN
Vortex ha conseguido con el Golden Eagle un visor de alta gama, que se posiciona claramente por encima de la gama “media / alta” de visores de competición, constituida por los Sightron y los Nikko Stirling Sportsman. Es un visor que puede competir perfectamente con visores como el Nightforce Competition, pero a un precio más “razonable”.
AGRADECIMIENTO
Agradecemos a BCN Outdoor, distribuidor exclusivo para España de VORTEX, la cesión del visor para la elaboración de este artículo.
www.bcnoutdoor.com