Analizamos en este artículo una de las ópticas más novedosas y sorprendentes de los últimos años, la LEUPOLD Dual Enhanced View Optic (D-EVO). Un visor de unas características únicas, pensado para operar en conjunción con un punto rojo. Ya que, como solución individual, hay mejores alternativas, pero combinado por ejemplo con un LEUPOLD LCO, extiende los límites del Close Quater Combat (CQB) en un solo sistema óptico. Sin olvidar tampoco la perspectiva cinegética, donde tendremos dos ópticas integradas, que nos permiten trabajar simultáneamente en la corta y media distancia.
La transición entre una y otra, se realiza a la velocidad de un parpadeo. Más concretamente es como utilizar unas gafas bifocales o progresivas, pero en este caso miramos arriba para la corta distancia y abajo para la distancia media. Esta milagrosa solución óptica, invalida un conocido refrán español que dice: “Sopas y sorber, no puede ser”, que indica que no se pueden hacer a la vez dos cosas c o n t r a p u e s t a s . Sorprendentemente, el conjunto D-EVO + LCO, es capaz de proporcionar un sistema óptico especializado en la corta y media distancia, desde los 0 a 600 m.
El problema y otras soluciones
En la dinámica propia del combate moderno, que se desarrolla fundamentalmente en entornos urbanos, existe una innegable necesidad de disparar, con la misma arma, alternativamente y de forma eficiente a distancias largas y cortas. Para ilustrar este tipo de situación, imaginemos la dinámica de trabajo de un soldado desplazado en Iraq, donde se mezcla diariamente la limpieza de edificios y poco después labores de vigilancia a cientos de metros.
Este enfoque de "tenerlo todo", se ha logrado tradicionalmente pero no de forma muy eficiente, con un visor de rifle de potencia variable. El tirador opera con el anillo de magnificación ajustándolo a la distancia a la que se encuentre el objetivo. Esto tiene un costo elevado en términos de tiempo, que pueden ser decisivos en términos de su integridad física o de alcance del objetivo, ya que la ventana de oportunidad es a veces escasa. Hay elementos como las manetas para el anillo de aumentos, que permiten algún recorte de tiempo adicional.
Otra alternativa, para resolver este problema, es instalar un pequeño punto rojo compacto junto con un visor magnificado. Dependiendo del tipo de montaje, deberemos realizar diferentes movimientos de transición. Por ejemplo, montándolo en ángulo, tendremos que girar el rifle unos 30 a 45 grados, alineando el punto rojo. Otra disposición típica es colocarlo encima del visor, lo que nos obliga a mover cabeza y cuello. Son sistemas que funcionan, pero son mecánica y físicamente algo engorrosos y solo ligeramente más rápidos.
Vista del Leupold D-EVO + LCO instalados sobre el rail Picatinny de un AR S&W M&P15 .300 BLK.
El origen de la solución
Sorprendentemente el origen de esta solución óptica proviene del mundo de la caza.
El diseñador es Quint Crispin, ingeniero en el departamento de investigación y desarrollo de Leupold, es un gran aficionado a la caza del coyote en EEUU. Esta se caracteriza por la incertidumbre en las distancias de abate durante la cacería de este depredador. Puede aparecer, tanto a gran distancia, como sorpresivamente puede casi materializarse en nuestras inmediaciones. Después de probar numerosas soluciones, como las antes citadas, diseñó la suya propia, posteriormente Leupold lo refinaría y lo introduciría en el mercado como Leupold D-EVO. Aunque el origen es la caza de coyotes, las aplicaciones policiales, militares y defensivas son más que evidentes.
Características físicas
Es un visor de seis aumentos fijos, con una estructura realmente llamativa, yo diría que futurista, más aún cuando lo colocamos sobre el rail Picatinny del arma. Veremos lo que tarda en protagonizar películas de acción, papeletas para ello tiene unas cuantas. El Leupold D-EVO funciona utilizando un objetivo desplazado hacia la derecha, a modo de periscopio lateral situado unos 5 cm aproximadamente con respecto a la lente del ocular, que se monta en línea con el cañón del rifle. A través de una serie de prismas, dentro de la carcasa de aluminio aeronáutico 6061-T6 de una sola pieza, la imagen se voltea varias veces para que aparezca ampliada SEIS veces, frente a una retícula balística específica a la que nos referiremos más tarde.
La unidad completa pesa solo 392 gramos y se eleva solo 36 mm por encima del rail Picatinny. Esto último es gracias a que la imagen obtenida se proyecta sobre solo medio ocular. Esto posibilita una postura táctica, posición baja de la cabeza muy pegada a la culata, típica en un AR. La mencionada robustez, se complementa con unas buenas características de resistencia al agua, es sumergible 20 m.
Lo que sí presenta son algunos inconvenientes menores, en la operativa táctica típica del combate urbano, debido a la proyección de su chasis hacia la derecha. Esto supone que, si el arma se empuña con la mano izquierda, tropezará contra el equipamiento de nuestro torso cuando descansemos el arma. De todas formas, después de haberlo probado, puedo asegurar que tiene menos propensión a los enganchones de lo que pudiera parecer a priori.
De lo que no nos libraremos, tanto los tiradores diestros como los zurdos, es de una ligera mayor exposición cuando disparemos parapetados desde la izquierda de una barrera de protección. Ya que comprobaremos que la masa desplazada hacia la derecha tropieza con este tipo de apoyos verticales, como por ejemplo puede ser la esquina de un edificio.
Esta vista cenital nos permite apreciar el desplazamiento lateral de la óptica.
Características funcionales
Es una óptica con limitaciones para operar de forma individual, el “eyebox” es pequeño y no hay forma de enfocar el ocular, pero cuando se combinada con el punto rojo es un visor muy destacado, brillando sobre el conjunto. Aunque tenemos que decir que, en el caso de nuestras pruebas, una vez ajustada la longitud de la culata y mecanizada la posición de la cabeza, el primer pequeño inconveniente desaparece. Para el segundo aspecto, necesitaremos usar gafas graduadas, si nuestra visión no es perfecta. A partir de ese momento, no necesitamos volver a mover la cabeza, tan solo variar ligeramente la posición de los ojos, concretamente seis grados aproximadamente.
El concepto sobre el papel es extraordinario, ahora bien, como comprobarán sus futuros usuarios, requiere de un periodo de adaptación y de mecanización del movimiento de los ojos. Aunque esto, como ya sabemos, es común a cualquier nuevo equipamiento. Al principio, tenderemos a mover la cabeza, en un movimiento reflejo. Puede ser que aquellos usuarios de gafas bifocales o progresivas, tengan una pequeña ventaja, pero también tendrán que cambiar el “chip”. Ya que cerca es arriba y lejos es abajo, justo al contrario de lo que es habitual en ese tipo de gafas graduadas. Pero una vez entrenado, la transición entre objetivos a distintas distancias, se realiza en muy pocos segundos.
La retícula
La retícula es la denominada CMR-W, una retícula balística de carácter eminentemente táctico, dada la orientación militar del producto. Aunque recordando su origen cinegético, lo mismo que ayuda a abatir coyotes, facilitará eliminar amenazas terroristas. Esta retícula balística está calibrada para cartuchos militares del .223 Remington con puntas de 62 grains y del .308 Winchester con puntas de 175 grains. Esto es posible porque ambos proyectiles comparten una trayectoria aproximada hasta los 550 m, donde prácticamente termina la misma. No estamos hablando de una retícula para la precisión, sino para acertar al centro de masas de un objetivo a partir del tamaño de un coyote.
El diseño, tipo árbol de navidad, está construido alrededor de un punto 0,5 MOAs, que de acuerdo a la recomendación del fabricante, deberíamos poner a cero a 200 m, para guardar la coherencia del sistema. Esto es, el punto rojo primario del LCO para disparos hasta 150 m y óptica aumentada para un rango desde los 200 hasta los 600 m. Pero volviendo al punto central, este está inscrito en una circunferencia incompleta, más parecida a la forma de una herradura. Esta tiene un tamaño de 5 MOAs de diámetro interno con grosor de 2,5 MOAs. La función principal de la herradura es identificar rápidamente el punto central, proporcionándonos una rápida adquisición del objetivo.
Debajo del punto central hay marcas adicionales en incrementos de 50 metros hasta 600 metros. En los intervalos de 100 metros, estos puntos se sustituyen por barras horizontales que subtienden en cada distancia hasta las a 18” (457 mm), aproximadamente al ancho de un hombre o la longitud del cuerpo de un coyote (descontando cabeza y cola). Lógicamente a medida que aumenta la distancia, disminuye la anchura de dichos segmentos. A derecha e izquierda se encuentra la corrección del viento de 10 mph (16 Km/h) y 20 mph (32 Km/h).
Un detalle curioso de la misma es que a medida que bajamos por el eje vertical este tiene un mínimo desplazamiento. Esto no es casual, se pretende compensar el desplazamiento lateral de la óptica, que sino de otra forma desplazaría el punto de impacto proporcionalmente a la distancia del objetivo. Un error que puede llegar a ser significativo en las distancias más altas, recordad que estamos hablando de medidas angulares.
Con respecto al eje horizontal, el mismo está segmentado en intervalos de 1 MIL, con un máximo de 10 MILs a izquierda y derecha. En la parte superior izquierda de la retícula hay una barra vertical de 5 MILs marcada en incrementos de 0,5 MILs. Se pueden usar para estimar la distancia al objetivo o ayudar a definir correcciones cuando se realizan disparos.
El LCO
El Leupold Carbine Optic (LCO) es la compañía ideal para el D-EVO, de hecho, están hechos el uno para el otro, aunque a diferencia del D-EVO, el LCO es una óptica independiente. Es un punto rojo de tecnología réflex que podríamos considerar grande para lo que ahora se estila. Sin embargo, tiene unos buenos argumentos para que la consideremos como parte de nuestro equipamiento, independientemente de que vayamos a complementarlo con el D-EVO o no. Tiene un peso de 269 g, que no es excesivo, teniendo en cuenta que es sólido y resistente como un tanque, recordemos que tiene una orientación netamente militar.
Con su centro óptico de aproximadamente 1,5” de alto, el LCO es una verdadera óptica de carabina, específicamente diseñada para el montaje en rieles Picatinny. El anclaje al rail se realiza mediante un único tornillo de ½”, recomendándose un par de apriete de 65 libras/pulgada. El ajuste del punto se realiza mediante dos tornillos a la vista, en donde cada clic supone una corrección de ½ MOA.
Es totalmente impermeable y antiniebla, tiene 16 configuraciones de brillo, un botón de encendido / apagado por presión y ajustes de elevación y deriva de fácil acceso y regulación. La amplitud del rango de ajuste de la intensidad del punto, permite un muy preciso ajuste de su luminosidad. Una característica que no solo nos posibilita una perfecta adaptación a la luz del entorno donde operemos, sino que también agradecerán aquellos usuarios que sufran de astigmatismo.
Con respecto a la duración de la batería, esta será especialmente valorada por los operadores tácticos, ya que utiliza una batería tipo CR 123A, que proporciona cinco años de energía. En ello tiene mucho que ver el buen circuito diseñado por Leupold para el LCO. Si la óptica no detecta movimiento durante 15 minutos, el visor se apagará para conservar la batería.
Un sensor de movimiento encenderá la óptica de forma instantánea recordando la configuración de brillo que se dejó por última vez. Lo más curioso del funcionamiento de este punto rojo, es su sistema de reóstato para cambiar la intensidad del punto, a diferencia de las típicas posiciones fijas o “presets”. Es una rueda con el canto moleteado ubicada en el lateral del visor, que cumple también la función de encendido y apagado.
Como es habitual en la firma norteamericana, cuando se alcanza los extremos máximo y mínimo de iluminación del punto, este parpadea dos veces. Además, cuando el LCO se encuentre bajo de batería, también parpadeará varias veces cuando se encienda. Aun así con todo, todavía tendremos varias horas de tiempo operativo, antes de que se acaben definitivamente, pero es bueno tener un sistema de aviso.
Está a medio camino entre una óptica de punto rojo de tubo y una de pantalla cuadrada, la amplitud de la misma se agradece a la hora de apuntar. Posee un cristal claro y el tamaño del punto es de un MOA, esto hace que podamos apuntar a objetivos relativamente pequeños a distancias medias, sin que los tapemos. También es compatible con dispositivos de visión nocturna. Su único inconveniente, es la visibilidad del punto rojo desde el frente, algo que en operaciones tácticas en ambientes oscuros puede representar un inconveniente, por la huella luminosa que muestra.
Curiosamente el origen del D-EVO está en la caza de coyotes.
Resumen
El D-EVO es una solución novedosa a un viejo problema, compatibilizar la corta y la media distancia en un sistema óptica que permita una rápida transición entre ambos. No hay producto en el mercado que lo haga más rápido y fácil que este dispositivo de LEUPOLD. En conjunción con el punto rojo LCO, ofrece una solución táctica y cinegética nunca antes vista en términos de velocidad de adquisición del objetivo.
Una vez asentada la cabeza sobre la culata no necesitaremos moverla para usar el sistema óptico.
Agradecimiento
Agradecemos a BORCHERS, distribuidor exclusivo LEUPOLD para España, la cesión del material necesario para la elaboración de este artículo.