Cuando aparecieron los primeros visores de punto rojo en el mercado, cuya aplicación sobre todo por tamaño estaban destinados a rifles, carabinas y escopetas, se inició un debate si realmente eran mejor que las miras tradicionales. Ese debate con el paso del tiempo se ha superado y está claro que estos tipos de visores se han terminado imponiendo. Aunque debemos tener en cuenta que las miras de acero siempre han estado ahí en forma de backup, no dependen de baterías y su simplicidad las hace resistentes a toda prueba. Parece que desde unos pocos años a esta parte comenzamos con el mismo proceso en el ámbito de las armas cortas, sobre todo para uso lúdico y defensivo. En el ámbito deportivo, sobretodo en la división OPEN de IPSC, llevan mucho tiempo siendo un elemento imprescindible.
Esta nueva aplicación o enfoque se ve reforzada por varias razones, por una parte los tiradores ya conocemos las bondades de este tipo de accesorios, la evolución tecnológica ha permitido una reducción de tamaño, peso y precio de los mismos, los fabricantes de armas cortas empiezan a preparar las correderas de algunos de sus modelos para instalarlos de forma rápida y fácil y además existen en el mercado de accesorios distintas soluciones de terceros para casi cualquier arma corta en la queramos ponerlos.
Es dentro de esta dinámica donde analizamos dos de los últimos dispositivos de la firma japonesa NIKKO STIRLING, dos visores de punto rojo de gama alta que por sus características pueden ser usados tanto en rifles como armas cortas. En este artículo analizaremos los modelos DIAMOND XT4 y el DIAMOND PRO T4 desde la perspectiva de su uso en pistolas, aunque son perfectamente válidos para rifles, carabinas o escopetas.
CARACTERÍSTICAS DE LOS DIAMOND
Las primeras impresiones que se tienen a la hora de tenerlos en la mano son de robustez y al mismo tiempo extraordinaria ligereza, se mueven entre los 35 a 40 gramos de peso, una característica realmente crítica si nuestra intención es montarlos en un arma corta. Sorprende también su excelente acabado metálico recubierto de un tratamiento optimizado y sus contenidas dimensiones (46x27x27mm en el XT4 y 51x28x33mm en el PRO T4), se nota que su construcción es muy cuidada, como corresponde a un producto de manufactura japonesa. Están preparados para el trato más duro, son resistentes al agua y a los golpes.
Otra de sus características diferenciales frente a otros productos con la misma orientación es la cantidad de niveles de luminosidad que podemos seleccionar manualmente para el punto rojo, 13 para el PRO T4 y 10 para el XT4. Esto permite usarlos sea cual sea las condiciones de luminosidad ambiental, parte de las pruebas de campo se realizaron durante el mes de septiembre y os podemos asegurar que el punto en ambos casos se veía claramente incluso bajo un sol intenso. Un inciso a este respecto, aunque existen en el mercado otros fabricantes con sistemas de autoregulación automática de la intensidad, particularmente prefiero los manuales por el control que permiten. Destacar la sencillez de su uso ya que solo disponen de dos botones con los que subir o disminuir la intensidad del punto y apagar o encender el dispositivo, además de los lógicos tornillos de ajuste del punto en altura y deriva. Además son dos visores que están libres de error de paralelaje.
El tamaño del punto es de 4 MOA, desde mi punto de vista el tamaño más adecuado para un punto rojo compacto o micro, permite una rápida adquisición y nos dará una precisión aproximada de un área de 4” (10, 16 cm) a 100 metros. Un muy buen compromiso entre precisión y visión-localización del punto en la pantalla del visor, como ya hemos dicho válido para arma corta y larga. Desde luego es el tamaño más pequeño recomendable pensado su utilización en un arma corta, donde las distancias van a estar por debajo de los 25 m en uso deportivo y aún menos en CQC (Close Quater Combat) o uso defensivo. Para su uso en rifle o en escopeta son perfectamente válidos para distancias hasta 50 m. Señalar que ambos visores carecen de aumentos.
Con respecto a sus características relacionadas con su alimentación, decir que el cambio de baterías es muy cómodo, ya que a diferencia de otros dispositivos de otros fabricantes no es necesario desmontarlo de su base, sino que dispone de un compartimento lateral que nos facilita la tarea sin necesidad de usar herramienta. Las baterías tienen una extraordinaria duración gracias a su sistema electrónico de alimentación mediante pulsos eléctricos a alta frecuencia, en vez de corriente continua. Además tienen un sistema automatizado de apagado a las tres horas de estar encendidos, que al igual que el apagado manual, guarda nuestra última configuración de intensidad de punto seleccionada.
TIPOS DE INSTALACIÓN EN ARMA CORTA
Aunque en un artículo futuro ahondaremos en este tema, básicamente podemos colocar el punto rojo de dos formas. Mediante el uso de un adaptador que utilice el corte en la corredera que todas las pistolas traen para el alza metálica, con lo que perderemos la posibilidad de tener las originales metálicas de backup. Otra más recomendable, dependiendo de la pistola, es que nuestra arma tenga un corte en la corredera específico para visores de punto rojo, con un conjunto de adaptadores para poder instalar el visor al ras de la misma. De esta forma en algún caso podríamos mantener el alza y punto de mira originales, pudiendo tomarlas a través de la pantalla del visor en caso de rotura. Esta última opción es lo que se llama instalación CO-WITNESS.
Para nuestra prueba empleamos la nueva WALTHER Q5 MATCH, una pistola pensada para competir en la categoría de producción de IPSC que trae de serie TRES adaptadores para un corte nativo en la corredera, ya preparado desde fábrica. En este caso no es posible mantener simultáneamente un alza con el visor de punto rojo, ya que la tapa para este rebaje en la corredera es la que sirve de soporte para el mismo. Ninguno de los tres adaptadores suministrados con el arma sirvió para los dos protagonistas de la prueba, aunque esto no fue un problema, ya que el distribuidor nos proporcionó una fina placa de conversión, que permite usar uno de los tres adaptadores antes citados.
Durante la prueba varios tiradores nos comentaban acertadamente que con un visor puesto no podríamos competir en la categoría producción, que se nos incluiría en OPEN, como es obvio. Lo que ocurre es que WALTHER ha querido hacer un arma que además de competir en PRODUCCIÓN de IPSC (sin punto rojo alguno), pueda competir en la nueva división Carry Optics de la USPSA (United States Practical Shooting Association).
PROBÁNDOLOS
Para la prueba de campo empleamos aproximadamente unos 50 cartuchos con cada visor sin que durante la misma perdiesen la puesta a cero ninguno de los dos. Como era de esperar, la velocidad a la hora de apuntar se incrementó notablemente, siendo la adquisición del puto muy cómoda e intuitiva. Cabe destacar que las pruebas se hicieron bajo un sol intenso, como hemos comentado antes y que en los dos modelos, ajustando la luminosidad cerca del límite, el punto rojo se encontraba muy fácil y rápidamente. Tal vez el modelo PRO con una pantalla ligeramente más grande ofrecía una pequeña ventaja a la hora de “localizar” el punto, aunque al final de la evaluación, con el paso de las horas, casi terminamos por no notar la diferencia.
RESUMEN
Son dos visores de gama alta de excelente calidad, robustez y peso muy contenido que pueden ser utilizados tanto en el ámbito de la defensa, como la competición deportiva o la caza. Además el tamaño de punto de 4 MOA les otorga una excelente polivalencia de uso tanto en arma corta o como larga.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a BCN Outdoor la cesión de los visores de punto rojo para la elaboración de este artículo. Más info en www.bcnoutdoor.com
Agradecemos a BORCHERS la cesión de la WALTHER Q5 MATCH para la elaboración de este artículo. Más info en www.borchers.es