En el pasado número de este periódico, discutimos varios aspectos que a priori debería cumplir una óptica para las funciones que desempeña lo que se considera un tirador designado. Al final del apartado os hicimos una propuesta de selección de algunos visores en diferentes rangos de precios y características, uno de los más sorprendentes por sus cualidades es el que hoy traemos a nuestras páginas, el IOR
Valdada RECON 4-28x50
A muchos les sorprenderá el subtítulo del artículo, pero es bastante descriptivo de la primera impresión que transmite el visor al sacarlo de su muy modesta caja. Digo modesta por no decir un disparate, porque sí, es lo único junto al manual, que no es de calidad en el visor. Lo cual hace más sorprendente y sorpresiva su aparición cuando levantamos la tapa de esta caja, que parece la de unas playeras de mercadillo. Está claro que este fabricante rumano no cuida en absoluto el marketing, seguramente porque puñetera la falta que les hace, es decir ninguna. Este fabricante trabaja bajo pedido, surtiendo al mundo militar que es el grueso de su producción, lo que llega al distribuidor civil, poco menos se puede considerar los “restos” de su fabricación, de ahí los largos tiempos de espera de muchos usuarios, que se miden en meses.
Con respecto a la marca, aunque tiene una ganada reputación entre operadores militares de todo el mundo, es bastante desconocida entre la comunidad de tiradores deportivos. Honestamente tengo que decir que para mí también lo era hasta hace unos meses, que tuve oportunidad de usar otro modelo, con motivo de la prueba de un rifle. Ya entonces me cautivó y tengo que adelantaros que durante la prueba me ha terminado de enamorar.
Dimensiones y estructura
Pero volviendo al visor, es cogerlo en la mano y recibir un input de sensaciones que todas llevan a un mismo punto, la robustez, recordemos que es un visor militar. Si me permitís decirlo, tal vez al adjetivo más adecuado sea brutal, a ello contribuye su intimidante tubo de 40 mm y su elevado peso (1.158 g), aunque recordemos que hay visores tácticos de este segmento todavía más pesados, como el Vortex Razor HD Gen II (1.375 g) o el Hendsolt (1.312 g). Además ya que hablamos de dimensiones, decir que su longitud es de 360 mm, un tamaño que podemos considerar compacto, sobre todo si lo comparamos con su competencia.
La ventaja de un tubo de este inusual diámetro es su rigidez estructural, la resistencia a las vibraciones y al latigazo que sufre por la acción del retroceso cuando efectuamos el disparo, algo especialmente acusado cuando hablamos de grandes calibres magnum. Por ejemplo, la aceleración que se produce sobre el visor al estar montado sobre un .338 Lapua Magnum supera los 1.250 g, algo para lo que está sobradamente preparado el IOR Valdada, ya que su funcionamiento está garantizado en rifles en calibre .50 BMG.
Hay que decir que el en este sentido, que el chasis es de una sola pieza, algo común entre casi todos los visores de gama media-alta. Además otra de las características particulares de este visor y que llaman la atención en una primera inspección visual, es la existencia de lo que a priori parece un perno en la base del visor con un ángulo de 45°. Realmente se trata de una tapa roscada que esconde un muelle que ejerce presión sobre el tubo erector interno, para asegurar que este esté siempre firmemente alineado con respecto a las torretas de altura y deriva.
Esta característica es especialmente valiosa cuando estamos tratando con visores que van a estar montados en rifles de calibres especialmente potentes, mantiene los ajustes sin variación. Este elemento no es nuevo, lleva con el diseño actual en algunos modelos de IOR Valdada desde 1994. Aunque realmente el origen de este sistema data de los primeros visores específicos para bench-rest.
Óptica
Como es obvio este aspecto es uno de los elementos clave de cualquier visor y es precisamente uno donde el IOR destaca especialmente. Las lentes son de origen alemán, concretamente de la casa Schott, que proporcionan una elevada claridad pero de forma controlada, con una nitidez excepcional. Tengo que decir que habiendo probado bastantes visores, este proporciona con su objetivo de 50 mm una claridad superior a muchos otros con una lente de diámetro mayor. En mi opinión la calidad óptica de este cristal alemán es claramente superior a las ópticas japonesas de alta gama, que hasta la fecha he tenido oportunidad de chequear.
Ya he comentado en algún otro artículo, la tecnología empleada para recubrir las lentes de un visor, con múltiples capas de diferentes compuestos, es crítica para transmitir la luz sin pérdidas. Estas lentes están recubiertas con una tecnología patentada por IOR denominada MC-7 Broad Band, en buena parte responsable de la claridad, brillo y nitidez de las imágenes que se observan a través del visor. Me gusta probar las ópticas en los alrededores del espectacular entorno natural del campo de tiro de Hazas de Cesto en Cantabria, porque me permite enfocar diferentes elementos naturales a diferentes distancias, algunos de ellos de gran detalle. Aunque como he dicho otras veces la apreciación de la calidad óptica es subjetiva, la visión que proporciona este visor es realmente espectacular, es capaz de proporcionar imágenes de estos elementos naturales con una calidad y nivel de detalle que hasta ahora no había visto.
El número de aumentos máximos es elevado 28x, se sitúa en la parte alta de los visores tácticos de primer plano focal (FFP). Como todos sabemos es en los altos niveles de aumentos cuando las aberraciones o imperfecciones que puedan tener las lentes se magnifican. De tal manera que en muchas ópticas se observan pasados los 20x como disminuye la calidad de la imagen transmitida. Algo que no ocurre en absoluto con este visor rumano. Donde además se observa una gran fidelidad en la transmisión del color, esta característica suele marcar la diferencia entre los visores de alta gama.
Otro de los aspectos que muestran la calidad de este visor y que nunca aparecen en la tabla de propiedades de las ópticas, es su absoluta carencia de efecto túnel alguno. El efecto túnel se manifiesta en muchos visores de magnificación variable como un anillo negro que crece a medida que disminuimos los aumentos. Normalmente suele darse en el 30% de la parte baja de los aumentos de forma más o menos acusada. Técnicamente es debido a que la amplitud de campo de visión proporcionada por la óptica del tubo erector, en el interior del chasis del visor, es mayor que la que permite la óptica exterior frente a dicho tubo.
Para finalizar este apartado quiero señalar su extraordinario campo de visión que hacer honor a su nombre RECON. En la magnificación más baja 4x, tenemos unos asombrosos 17,67 m, una medida superada por muy pocos visores y que otorga a esta óptica una gran capacidad para reconocer el terreno buscando objetivos. Además ofrece otra ventaja, nos permite controlar el entorno mientras abatimos a esos mismos objetivos y evitar contramedidas contra nosotros.
Retícula
En primer plano focal es de tipo árbol de navidad, simple, sin florituras, espartana pero con numerosas referencias numéricas, como corresponde a un visor del ámbito militar, recibe la denominación SH Xtreme X1. Graduada en segmentos principales de 1 MILs con subsegmentos en todos los postes de 0,5 MILs para mayor precisión, con un total de 25 mils en el eje vertical debajo del centro y otros enormes 20 MILs en cada lado del centro en el eje horizontal. Cuenta en el centro de los ejes con un punto flotante, para facilitar la tarea de apuntar. Los gruesos postes sólidos también ayudan con la adquisición rápida de objetivos a menores aumentos.
La retícula es iluminada en color rojo con 11 niveles de intensidad seleccionables a través de una ruleta situada en el lado izquierdo del visor. El único pero es que no existen transiciones intermedias de apagado entre intensidades, lo que obliga a recorrer las posiciones anteriores para apagar la retícula.
Mecánica
Es uno de los elementos que habitualmente no se suelen chequear metódicamente en las evaluaciones de los visores. En nuestro caso solemos emplear el método del reloj, pero para esta ocasión hemos empleado una diana específica calibrada en MILs para 100 m. Después de realizar innumerables correcciones de ida y vuelta solo podemos alabar su precisión. Algo que hemos podido corroborar con una comparativa de 18 visores de gama alta realizada en EEUU en 2014, donde se enfrentaron las vacas sagradas de la industria óptica, quedando nuestro protagonista en primera posición en este apartado.
También señalar que la mecánica interna es metálica, un dato importante de calidad y robustez, algún probador norteamericano la califica como “sólida como una roca”. Algunos de nuestros lectores se sorprenderían, al saber cómo hay algunas marcas de renombre que tiene sus componentes internos fabricados en polímero.
Torretas
Con respecto a las torretas lo primero que nos llama la atención es su tamaño, son enormes y el tacto de las mismas muy bueno, siempre suelo poner algún pero en este apartado, en este caso es la falta de un sistema de seguridad. Bien es cierto que su nivel de dureza es óptimo desde mi punto de vista, permite pasar clicks de forma precisa sin pasarse, pero un visor de vocación táctica es recomendable que tenga un sistema que fije la regulación que marquemos, sin temor a que sea modificada accidentalmente. El sonido por click es muy correcto en cuanto a su sonoridad, lo que nos permite realizar ajustes precisos en bajas condiciones de luz.
Cada click es la corrección 0,1 MILs y corrige los habituales 10 MILs por vuelta en este tipo de visores. ¡Lo que resulta impresionante es que admite 35 MILs de corrección total en altura! Con esta cantidad de posibles rotaciones, lógicamente la torreta posee marcas visuales de colores, pero no tiene señalización táctil, que indican el número de vueltas dado. Está claro que este visor está pensado para el tiro a muy larga distancia, con esa capacidad de corrección, dependiendo del calibre y distancia, habrá bastantes casos en el que podremos ahorrarnos bases con elevación incorporada. Esta capacidad de corrección es posible gracias al extraordinario diámetro del tubo, que permite al tubo erector interno un muy amplio cabeceo.
La puesta a cero de la torreta de elevación es otra muestra de su intrínseca robustez militar, nada de florituras, que obligan a operaciones complejas. Simplicidad y efectividad, la graduación es un cuello que se puede desbloquear, soltando cuatro tornillos allen del capuchón, para colocar el cero donde queramos. Además es posible solicitar a fábrica cuellos o anillos adicionales BDC para los calibres .338 Lapua Magnum y .50 BMG, donde tendremos referencias de diferentes distancias.
También posee un sencillo anillo auxiliar marcador, que nos permite tener una segunda puesta a cero. Esto es especialmente útil para marcar el cero a una segunda distancia, porque usamos un silenciador (en los países que lo permitan), un freno de boca, utilizamos un segundo tipo de munición con características especiales, etc., en definitiva tiene un amplio abanico de usos.
Ruletas
La ruleta de magnificación es un poco más dura de accionar de lo habitual, aunque posee una protuberancia y cortes en el anillo que facilitan la labor. Estas características también facilitan su uso con guantes, bajo condiciones climatológicas u operativas adversas.
La ruleta de paralaje sigue una disposición clásica, está situada en la parte anterior del tubo, lo cual es un pequeño inconveniente sobre todo para operar con ella desde la posición de tendido, aunque bien es cierto tiene la ventaja que se puede operar por igual en el caso de zurdos y diestros. Por otra parte con la orientación que tiene este visor, es difícil que se mueva de la posición de infinito. Con respecto a la dureza de su manipulación, sigue la línea del anillo de aumentos, algo más duro de lo habitual, pero con cortes estratégicos que facilitan su manejo. Finalmente indicar que estructuralmente esta ubicación le permite adoptar un tamaño más compacto que otros visores de la competencia.
Monturas
Existen distintas anillas para este visor que se venden por separado: hay modelos con una inclinación de 40 MOAs para disparos muy lejanos y las clásicas de acero de 40 mm medianas. Estas están en consonancia con las características del visor, son anchas y robustas, hechas en acero con un peso por tanto considerable, 282 g. Me ha gustado que el vástago que encaja en el riel weaver o picatinny sea prismático, esto es un plus de resistencia ante la sacudida que producen los calibres más potentes.
RESUMEN
A buen seguro hasta el presente artículo este visor era un completo desconocido para la mayoría de nuestros lectores. La razón es la nula inversión en marketing de la marca y que su producción es absolutamente limitada, su mercado es el militar y no el ámbito civil, al cual sirve a cuentagotas. En general casi todas sus características son extraordinarias, aunque si tuviese que señalar las más significativas indicaría su óptica, su mecánica y su robustez. Un auténtico visor táctico para el tiro a larga distancia de probada y contrastada calidad en el campo de batalla.
Agradecimiento
Agradecemos a BLACKRECON distribuidor de IOR Valdada en España de la cesión del material para la realización de este artículo.