El revólver del Imperio Británico
Traemos a nuestras páginas una de esas armas que son protagonistas en varios hechos históricos relevantes. Un arma que además es emblemática de una época y de un imperio, que participó en numerosas guerras incluyendo las dos contiendas mundiales. Se trata del revólver Webley, el cual sufrió diferentes evoluciones desde el modelo Mk I, hasta el Mk VI, cuando dejó ser arma de dotación del ejército británico, en favor de la pistola Colt.
Los revólveres de servicio Webley se encuentran entre los más potentes revólveres de apertura vertical producidos, disparando el cartucho .455 Webley. Aunque, como acabamos de mencionar, el revólver Webley calibre .455 ya no se encuentra en servicio militar, la versión en calibre .38/200 Mk IV aún está en activo como arma policial en un buen número de países y no es difícil de encontrar entre los coleccionistas. Es por ello, que lo hemos seleccionado como muestra representativa de la saga y lo analizamos en este artículo.
El Webley Mk IV en .38 S&W. protagonista de nuestro artículo.
.455 vs .38 S&W
En 1922, el ejército británico pasó del enorme Webley .455 al 38/200 más pequeño (.38 S&W), como resultado de las experiencias obtenidas en la Primera Guerra Mundial. A mitad de la guerra, lo que quedaba del núcleo profesional del ejército británico había sido aniquilado. Los reemplazos tuvieron que ser entrenados rápidamente y el fuerte retroceso del .455, con un proyectil de 265 grains, no ayudaba precisamente en ese esfuerzo formativo.
En caso de otra guerra, el ejército británico entendió que un calibre más pequeño facilitaría el entrenamiento de nuevos oficiales. En las pruebas, los británicos llegaron a la conclusión de que una bala de 200 grains, disparada a baja velocidad, tendía a caerse y fragmentarse cuando golpeaba un objetivo. También se reducía la sobrepenetración y transfería más energía al objetivo. Pero lo mejor de todo, es que tenía un retroceso mínimo.
Por qué los británicos no se limitaron a utilizar el cartucho del .38 especial con una punta pesada, es todo un misterio, pero seguramente tendría que ver con la habitual burocracia militar y las decisiones ininteligibles, que aún hoy en día se siguen produciendo en la mayoría de los ejércitos del mundo. Cualquiera que sea la razón, la decisión de cambiar a 38/200 se convirtió en una molestia para los tiradores de otros países que se hacen con uno de estas armas, ya que .38 Special es mucho más común que el .38 S&W.
También resultó ser una molestia para los británicos: justo antes de la Segunda Guerra Mundial, se creía que el 38/200 violaba la Convención de La Haya. Los funcionarios estaban preocupados, porque la bala de plomo sin “chaqueta metálica” pudiera verse como una munición expansiva. Fue por esta razón que se cambiaría el proyectil a uno encamisado de 178 grains, que tenía cierta reputación de sobrepenetrar los objetivos y transferir muy poca energía.
Detalle del sistema de "quiebre".
Mk IV vs Mk III
Debido tanto a su adopción en 1899, que coincide aproximadamente con el comienzo de la Segunda Guerra Anglo-Boer, como a las numerosas unidades de este modelo suministrados a las fuerzas británicas durante ese conflicto, el Mk IV es conocido con algunos familiarmente como 'el modelo de guerra Boer'. A primera vista, el Mk IV parece haber cambiado poco con respecto a su predecesor (el Mk III), pero su diseño contenía tres diferencias sobresalientes además de algunas de menor impor-tancia.
Posiblemente el más significativo de estos cambios fue invisible. Cambios por otra parte, no excesivamente documentados. El cañón, el armazón (cuerpo), el cilindro y el eje del cilindro del Mk IV estaban hechos de un acero de 'calidad diferente', supuestamente de mayor calidad (acero endurecido) para soportar mejor las presiones de la nueva carga de pólvora sin humo, que debían afrontar las recámaras.
Otras dos características importantes, pero también apenas perceptibles, fueron: la cola del martillo aligerada, similar a la del Mk I, junto con la duplicación en el ancho (de 0,062” a 0,125”) de las ranuras rectangulares en la periferia del cilindro para la parada / bloqueo del disparador, para un mejor funcionamiento.
Externamente y en relación con el acabado, se modificaron los ángulos del armazón haciéndolos redondeados. Internamente, se aumentó la altura del tope del gatillo y los dientes de la roseta y el trinquete, que actúa sobre ellos para girar el cilindro, se endurecieron para resistir el desgaste. Aunque diferentes, estos componentes del Mk IV podían ser adaptados en revólveres Mk III. Con la adopción del Mk IV, el revólver de Webley continuaría en servicio sin cambios durante 14 años más.
El cambio al cartucho .38 S&W hizo que el revólver fuese mucho más manejable.
Características generales
En cuanto a su apariencia, lo primero que llama la atención en un revólver Mk IV son sus bastos acabados, su apariencia no es muy limpia en comparación con los revólveres Colt y S&W de la misma época. El tamaño de la Mk IV .38 S&W es comparable a otras pistolas de servicio de aquellos años. Webley siempre tuvo fama de contar con unos acabados exquisitos, pero las necesidades de producción durante los conflictos serían determinantes.
La demanda era tan grande, que Webley no tuvo tiempo de terminar el revólver correctamente y francamente, les avergonzó el hecho de que tuvieron que dejar marcas de herramientas en el arma. Es por ello que, en algunos ejemplares, se puede observar la leyenda "ACABADO DE GUERRA" en el lado izquierdo del revólver, ya que Webley no tuvo tiempo suficiente para terminar perfectamente el metal o pulir algunas partes.
El diseño es resistente, soportaba el abuso y la suciedad mejor que sus contemporáneos. Limpiar el espacio entre el cilin-dro y el cañón es más fácil que en cualquier otro revólver, porque el diseño incorpora superficies biseladas adyacentes al vástago del cilindro y parte del armazón superior.
Esto también permitió que se acumularan muchos más residuos de pólvora antes de que se requiriera esa limpieza. A diferencia de un diseño de cilindro abatible, el Webley, como todos los revólveres de apertura mediante quiebre, tiene un cilindro y un barril que conforman una unidad, por lo que la alineación es potencialmente más precisa. Finalmente, el revólver se benefició de no requerir mucho ajuste manual en la producción en masa bajo las exigencias de producción de guerra.
Algunas de las señas de identidad del Webley, son que la leva de retención del cilindro, el pestillo y la palanca de la leva están a la vista, además de la forma y el contorno del cañón, que ayudan a darle un aspecto que combina lo retro y lo futurista. Ciertamente no es una belleza de arma, pero tiene su encanto. Haciendo una analogía contemporánea, lo comparo con la Glock de hoy en día, es una herramienta poco elegante y fea para realizar un trabajo feo. Otro elemento característico es su argolla, en la base de la empuñadura, por donde se pasaba un cordón para asegurarlo y evitar su pérdida en el fragor de la batalla.
Las marcas de fresado son especialmente evidentes en la parte superior del cañón. Las cachas, son de baquelita en negro y están estampadas con el nombre del fabricante. El metal es azulado. He tenido oportunidad de empuñar alguno de estos revólveres en el pasado y guardo el recuerdo de lo bien que se sienten en la mano. Especialmente si lo comparamos con un Colt SAA o un S&W de la época.
Hay un par de alas triangulares delante del cilindro que usan la mayoría de los revólveres de servicio británicos. Estas fue-ron incorporadas para facilitar el enfundado, en la funda con solapa de dotación. Este es un revólver con apertura oscilante (Top-break), con cilindro con capacidad de 6 cartuchos y sistema de extracción automática de vainas. La extracción y la expulsión es a la vez enérgica y positiva, mucho menos torpes que el uso de un cilindro basculante con-vencional con su extractor / varilla eyecto-ra separada.
El cañón, parte del armazón superior y el eje de rotación del cilindro son de una sola pieza y el daño a cualquiera de estos ele-mentos dejaría el arma "fuera de combate". Comparado con un diseño de cilindro abatible, cuyas partes pueden ser reemplazadas individualmente, esta es una consideración importante, especialmente para el inventario de repuestos, como en el caso de la Guerra Boer. Su peso descargado está entorno a los 1,1 Kg, se trata de un revólver pesado, pero dentro de los estándares de la época. También es voluminoso con un cañón de 4” (101,6 mm) que le hace lle-gar hasta 267 mm de longitud total.
El diseño de quiebre superior se considera más débil que uno de marco sólido. Esto seguramente es correcto, si se van a utilizar cartuchos de alta presión o si el sistema de cierre y las áreas de las bisagras en el marco y el cañón superior no poseen el tratamiento térmico adecuado. El diseño utiliza varios resortes de hoja en forma de U en varias partes, algunas incluso montadas externamente y estas, en principio, son potencialmente más propensas a fallos que los muelles helicoidales. Si bien no se discute esto en teoría, en realidad la rotura de piezas es rara y el diseño ha demostrado ser muy robusto.
Técnicamente se trata de un revólver de simple / doble acción, donde el peso en simple del disparador se sitúa sobre las 5 libras (2,26 Kg). No es el más ligero, pero tiene un buen tacto con una rotura nítida y limpia. El gatillo pesado está ahí para ayudar a prevenir cualquier tipo de descarga accidental, más aún teniendo en cuenta que se trata de un arma militar. En doble acción, es excesivo con un largo recorrido, tiene un peso aproximado de 15 libras (6,8 Kg), parecido a las características de un revólver Mosin-Nagant.
El sistema de miras es simple, el alza es una muesca cuadrada con algo de más luz que otros revólveres coetáneos, para facilitar el apuntado rápido, al final del cañón de cuatro pulgadas hay un simple poste. En cualquier caso, estas miras de alza con muesca cuadrada y de poste delantero, eran mucho mejores que cualquier otra pistola de la época.
Este arma fue protagonista en numerosos conflictos.
¿Cómo dispara?
No pudimos hacernos con uno para realizar una prueba de tiro, por lo que recurrimos al conocimiento y experiencia de un amigo coleccionista en este apartado. Dispararlo no ofrece sorpresas, el retroceso es similar a disparar cartuchos estándar del .38 especial en un Smith & Wesson de armazón tipo N. Las miras son fáciles de tomar, aunque como hemos comentado anteriormente, el disparador es algo pesado para simple acción. Mientras que, en el caso de doble acción, está pensado para gente con la fuerza de un oso en el dedo índice.
La precisión es correcta, se obtienen grupos de 2" (51 mm) - 3" (76 mm) a 25 m, suficiente para un revólver de estas características y orientación. En su época se le consideraba un arma precisa, teniendo una buena reputación entre los tiradores deportivos. En lo que sí destaca es en el agarre de su empuñadura, que es sorprendentemente bueno para lo que se espera de un revólver con esa antigüedad.
El revólver utilizaba una argolla para utilizar un cordón de seguridad y una funda con solapa.
Resumen
El Webley Mk IV en calibre .38 S&W es un revólver cargado de historia que fue revolucionario en su época. Su gran fiabilidad y robustez, unido a una precisión por encima de los estándares de aquellos años, le hicieron acreedor de una merecía fama. No es por ello de extrañar que toda la saga estuviese tantos años en servicio y fuese protagonista en los grandes conflictos de la historia moderna. Hoy en día, aunque sigue prestando servicio en algunas policías, no deja de ser un arma de colección dado que sus características están sobradamente superadas.
La vista cenital permite apreciar las aletas típicas de los revólveres ingleses.