La PPK de aguja lanzada
El fabricante alemán ha sido siempre un referente en el mundo de las armas, especialmente cuando nos referimos a las armas cortas. Son varios los hitos históricos que rodean a esta marca y que han señalado la evolución de las mismas. Ciñéndonos a las que de alguna manera han abierto camino hasta este modelo podríamos citar: el desarrolló del primer sistema exitoso de disparo de doble / simple acción en el pretérito Modelo PP (1929), la creación de la PPK (1931) y en una época más reciente la P99 (1997).
La primera generación de la PPS, acrónimo de “Polizei Pistole Schmal”, aparece en 2007 y es considerada por muchos la heredera en aguja lanzada y polímero de la PPK. Esta última, pistola especialmente popularizada por el inmortal agente secreto británico de ficción James Bond. Es precisamente la PPS, una de las primeras en establecer una nueva categoría de pistolas de polímero de aguja lanzada en base a su tamaño, las subcompactas de cargador monohilera. Un segmento que se sitúan entre las subcompactas bifilares y las pistolas de bolsillo, en una línea fronteriza ciertamente difusa en algunas ocasiones.
La PPS M2 es un diseño mejorado de la PPS, pero que mantiene en esencia sus mejores características. Sigue siendo una semiautomática compacta de polímero, monohilera y de aguja lanzada que es notablemente delgada, lo que facilita su ocultamiento y transporte. La pistola fue diseñada específicamente para atender el pujante mercado de la autodefensa norteamericano, así como la dotación de un arma de servicio o incluso “backup”, para agentes de la ley que operan encubiertos.
Ocultación
A la hora de portar de forma discreta un arma, son dos las dimensiones críticas, en primer lugar, su anchura y después su altura. En el caso de su grosor, este se encuentra en el rango de las mejores, que son aquellas que no sobrepasan la pulgada, exactamente es 1” (25,4 mm). En cuanto a la altura, la medida con cargador de seis cartuchos es de 4,4” (111,76 mm), de 4,91” (124,7 mm) para el de siete y 5,3” (134,6 mm) cargador extendido de ocho cartuchos.
Por tamaño se situa en la difusa frontera entre subcompactas y pistolas de bolsillo
Como he comentado en algún otro artículo, tengo las manos tirando a grandes, pero incluso con el de menor capacidad la pistola se controla bien, gracias a su buena ergonomía general. Desde luego hay algunas otras pistolas de este segmento con menor tamaño, pero en el caso de la Walther está perfectamente balanceado el porte oculto y la operativa con la misma. Haciendo algunas pruebas de porte en la cintura, se puede comprobar que es muy cómoda, sin que su contorno se llegue a marcar por debajo de la ropa, con solo llevar una camiseta o polo por fuera del pantalón. Además, incluso y aunque no sea lo más idóneo, se puede llegar a llevar en un bolsillo del pantalón.
Disparándola: fiabilidad, precisión y ergonomía.
Además de su capacidad para pasar inadvertida durante el porte, es la fiabilidad la característica más importante en una pistola de orientación defensiva como esta. Para comprobarla, realizamos una batería de pruebas, en dos sesiones de tiro. Durante las mismas disparamos unos 250 cartuchos a diferentes distancias, entre los 7 y 25 m, con munición comercial FIOCCHI no tuvimos ningún tipo de mal funcionamiento o interrupción.
Tengo que decir que me sorprendió su precisión, a pesar de que es una pistola destinada a operar normalmente por debajo de los 12 m. Esta es debido en buena medida a su muy buen disparador, de los mejores dentro de su segmento. Se nota que hereda el de la serie PPQ, alabado por la crítica norteamericana como uno de los disparadores de referencia en el sector de las pistolas de polímero de aguja lanzada, algo que se hace notar. Con un peso de aproximadamente 6,7 libras (3 kg) es ligeramente superior a las 6,1 libras (2,7 kg.) anunciadas por el fabricante, aunque seguramente con el uso acabará alcanzando ese valor. Es de recorrido corto, sin arrastres perceptibles, con rotura nítida, además de un “reset” corto y muy rápido.
Con lo que respecta a la experiencia de disparo y como se tiene en la mano, ya adelantamos en un apartado anterior que es buena. Aunque estamos hablando de una pistola de reducido tamaño y peso, su relevación y retroceso son fácilmente controlables, por lo que es relativamente fácil repetir disparo rápidamente y con precisión. Su disparador, junto con su buena ergonomía, propician un muy buen control de esta arma. Un detalle positivo, es que mantiene el seguro de retenida del cargador al modo tradicional.
Es más “dulce” de lo que cabría esperar, por la posición de la mano muy cerca del eje del cañón del arma, aunque su peso de 598 gr es muy contenido, pero si tiene una textura en la empuñadura bastante agresiva. También ayuda a asirla con seguridad y control, el moldeado para dedos en el lomo frontal de la empuñadura. Un detalle que me ha asombrado, porque los diseñadores de Walther han conseguido un buen encaje para casi todo tipo de manos.
Seguridad
Tal vez el punto más débil, en seguridad de las armas de polímero de aguja lanzada con todos los seguros automáticos, es a la hora de enfundar. Aunque accionar el disparador con un pliegue de la funda es un accidente realmente excepcional, magnificado por prensa generalista y las redes sociales, es oportuno reseñarlo. Realmente es algo que normalmente se produce con fundas de cuero que han perdido prestancia con el tiempo. Caben dos soluciones, emplear un arma que además de los seguros automáticos tenga un seguro manual, emplear una funda rígida de polímero o simplemente no utilizar funda, esto último algo que no recomiendo, pero que es una práctica bastante habitual entre agentes que operan de forma encubierta. Esta observación viene a colación de la seguridad de nuestra protagonista.
En la PPS M2 son todos automáticos: seguro de disparador, seguro de aguja y seguro de percutor. No tiene seguro de cargador, un aspecto positivo en un arma de estas características. Tiene también avisador de arma montada, a través de un pequeño perno en la base de la corredera, visual y táctil. Además, posee un avisador visual de cartucho en recámara, que evita realizar la maniobra denominada “press-check”.
Miras y otros dispositivos para apuntar
Esta Walther dispone de miras metálicas pensadas para evitar enganchones en la ropa, son de tres puntos blancos que permiten el ajuste del alza en deriva. Son fáciles de enrasar y apuntar al objetivo. Lo que tal vez se echa en falta, por la orientación del arma, son unas miras para condiciones de baja luminosidad, algo que es fácilmente solucionable en el mercado de terceros.
Otras características
Finalmente, señalar que la Walther trae DOS cargadores adicionales con extensión, que permiten el porte de SIETE y OCHO cartuchos. Algo que es una característica diferenciadora y supone un valor añadido sobre su competencia directa.
Con el arma vienen tres cargadores de SEIS, SIETE y OCHO cartuchos
RESUMEN
Estamos ante una magnífica pistola diseñada exprofeso para el porte oculto, donde destaca sobre su competencia por su fácil control, gracias a su ergonomía y extraordinario disparador. Además, una buena noticia para los tiradores deportivos, porque podrán hacerse con una, ya que su peso superior a 500 g y su distancia entre miras de 137 mm, la habilitan para poder ser guiada con una licencia F de tiro deportivo.
Agradecimiento
Agradecemos a BORCHERS, distribuidor exclusivo Walther para España, la cesión del material para la realización de este reportaje.