El Alano es la raza canina española
autóctona con mayores referencias
históricas en todas las artes: literatura,
escultura, grabados y pintura, desde la
Edad Media en adelante (Montero,
1982).
Es la única raza de presa de la
península, caracterizada por su
subhipermetría, perfil craneal concavilíneo
y proporciones corporales
sublongilíneas. Son animales de gran
robustez, con aspecto rústico y primitivo,
pertenecientes al grupo de los
Molosoides, históricamente fueron utiliArchivos
de zootecnia vol. 47, núm. 178-179, p. 554.
BARBA ET AL.
zados como perro de combate, de guarda,
de ganado mayor y de caza, aprovechando
su tamaño y sus aptitudes
funcionales de agarre (Gutiérrez, 1995;
Martínez, 1995). Esta población ancestral
sufrió un notable descenso de
sus censos en épocas recientes llegando
a peligrar su existencia.
Desde principios de 1997 existe un
convenio de colaboración entre la Unión
de criadores del Alano Español (en la
actualidad, Sociedad Española de Fomento
y Cría del Alano) y la Unidad de
Veterinaria del Departamento de Genética
de la Universidad de Córdoba
con objeto desarrollar un programa de
recuperación y conservación en la raza.
En el presente trabajo es un estudio
preliminar de su origen, evolución a lo
largo de los últimos siglos y situación
actual de la población.
UNA APROXIMACIÓN A SU ORIGEN
Aunque no se conoce aún su procedencia
el Alano Español, como otras
poblaciones caninas españolas, posee
un origen antiquísimo (Anónimo, 1864)
que enlaza con la historia de nuestro
País. Una de las hipótesis más sólidas
acepta que llegó a la península acompañando
al pueblo Alano (origen centro
europeo) a principios del siglo V y
se asentó fundamentalmente por las
regiones de ganado y caza mayor de
Andalucía, Extremadura, y la parte
occidental de ambas Castillas (Gutiérrez,
1995).
Una teoría, menos fundamentada,
fija su origen en perros de guerra de
Albania, existentes en ese país en tiempos
de Alejandro Magno, caracterizados
por su fiereza en la lucha con los
ejércitos enemigos (Riquer, 1943).
Sanz y Marín (1982) señalan que
los perros de presa de cada región se
originan en un tipo único primitivo, de
tipo Molosoide de presa, de procedencia
mesopotámica, traido a la Península
Ibérica por los fenicios, que evolucionó
paralelamente en los distintos
países originando razas semejantes por
su estrecho parentesco y tareas encomendadas.
EVOLUCIÓN HISTORICA
Los primeros datos sobre perros
alanos están en las obras venatorias
del medievo, destacando especialmente
El libro de la Montería de Alfonso XI
(Gutiérrez de la Vega, 1887). Fue la
estrella de la cinofilia española desde
el inicio de la Edad Media hasta mediados
del siglo XIX siendo utilizado especialmente
como perro de combate en
los ejércitos españoles, perro guardián
y perro de agarre del ciervo y toro
(Riquer, 1943).
En la primera mitad del siglo XVIII
existen referencias de su empleo como
guardés de casas y huertas, como perro
de montería para ciervo y jabalí y
perro de sujeta en las fiestas de toros
(R. A. E., 1726). Por otra parte, los
escritos sobre fiestas de los toros
(Cossío, 1974) establecen la intervención
de los perros en la lidia, que en su
inicio se empleaban para el manejo de
las reses en los campos, mataderos o
plazas (perros de carnicería o jiferos).
Su declive comienza a finales del
siglo XIX y fue paralelo a la evolución
del toreo a pie y el mejoramiento de la
técnica de la lidia (Montero, 1982)
quedando su empleo limitado a la sujeArchivos
de zootecnia vol. 47, núm. 178-179, p. 555.
LA RAZA CANINA ALANO ESPAÑOL
ción de los toros mansos para ser
desjarretados (suerte de perros). Esto
coincidió con un cambio en las tradiciones
monteras al incorporarse razas
foráneas, y disminuir los alanos en las
rehalas al tiempo que, en las explotaciones
ganaderas, aparecieron los cercados
y se sustituyeron las razas autóctonas
de difícil manejo por otras
más selectas y dóciles. Los efectivos
disminuyeron hasta casi la extinción
definitiva relegando a la escasa población
superviviente a áreas geográficas
marginales muy concretas.
SITUACIÓN ACTUAL DE LA RAZA
Esta raza ha llegado hasta nuestros
días gracias al mantenimiento de tradiciones
y usos ganaderos ligados al
manejo del ganado bravo, y a un grupo
de cazadores y criadores entusiastas
que tratan de fomentar otras actividades
alternativas. Los escasos efectivos
recuperados se han conservado en
pequeñas poblaciones muy ligadas a
explotaciones ganaderas de regiones
abruptas de difícil acceso donde es una
herramienta imprescindible para la supervivencia
de la actividad económica.
Es el caso del manejo de bovinos en
los montes de Cantabria, País Vasco,
Burgos y Salamanca. En otros lugares
como las sierras andaluzas sobre todo
en Huelva, y en Extremadura, se ha
conservado como perro de agarre en
las rehalas.
La población actual de Alano Español
apenas supera los 200 ejemplares
lo que lo sitúa al borde de la extinción,
en una situación límite en cuanto a su
vulnerabilidad y posibilidades de conservación,
pues el número de reproductoras
es inferior al centenar y el
mantenimiento de la variabilidad genética
peligra enormemente en las generaciones
futuras (Rodero et al., 1995).
Además, el censo total de animales
se distribuye en pequeñas poblaciones
muy alejadas entre sí, lo que supone el
doble riesgo de mestizaje con otras
poblaciones y el abuso de apareamientos
consanguíneos con incremento de
la probabilidad de aparición de la depresión
endogámica y de genes
deletéreos.
Tampoco se puede olvidar que la
mayoría de ejemplares no reciben los
cuidados necesarios ni encuentran condiciones
ambientales mínimas en cuanto
a alimentación, sanidad e higiene. Finalmente
hay que tener en cuenta un
notable porcentaje de bajas por muertes
accidentales debido a los riesgos
que soportan en su quehacer diario al
enfrentarse al ganado asilvestrado,
reses bravas, jabalíes, etc, lo que en
muchos casos supone la pérdida de los
mejores animales reproductores.
PERSPECTIVAS EN EL SIGLO XXI
El programa de recuperación y conservación
del Alano Español pretende
la integración de la población no como
perro de compañía, sino como auxiliar
del hombre en multitud de quehaceres,
tanto tradicionales como otros más
modernos. Pero el primer paso para su
conservación pasa por ultimar los estudios
de caracterización racial, tanto
morfológica como funcional y genética,
ya que se trata de una raza poco
estudiada. De esta forma podrá alcanzar
su reconocimiento oficial por parte
de los estamentos cinófilos oficiales.
Archivos de zootecnia vol. 47, núm. 178-179, p. 556.
BARBA ET AL.
Por otra parte, las asociaciones de
criadores deben recoger toda la información
disponible en bases de datos
que sirvan para la correcta gestión
genética que garantice el mantenimiento
de la variabilidad genética y evite la
pérdida de esos recursos animales autóctonos
(Delgado et al., 1996). La
preservación de la raza será un hecho
cuando cubra las demandas zootécnicas
modernas como auxiliares de renta
en explotaciones extensivas acogidas
a la PAC como es el caso de algunas
razas bovinas españolas (Morucha,
Monchina, Blanca Cacereña), en el
manejo del ganado bravo, en funciones
de perro de agarre en la caza mayor y
como perro de guarda y defensa de
personas y propiedades.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo ha sido realizado en el
seno del Convenio de Colaboración
Científica Técnica y Cultural entre la
