annual escribió:Y que yo sepa, solo se puede "titular" de "civil" a un arma de atentado, me refiero al revolver que el joyero López González. vendió al policia Angel Duce que participo en el atentado, junto a Inestrillas, contra Herri Batasuna en que murio Josu Muguruza, y que a su vez, el arma le fue vendida al joyero por José Hernández Bartolomé, armero de la comisaría del distrito madrileño de Chamberí.
Si tienes datos de que algún otro arma civil se emplease en atentados terroristas y que justifique el que se le restrinja la venta a civiles, se agradecería la info.
Las pistolas no salen de fábrica con "título" de uso civil, militar, o terrorista pero si quiere diferenciar entre armas que provienen de ejército o cuyo uso está restringido a las fuerzas militares, y armas provenientes del mercado civil, estaré encantado de informarle que ETA usó de ambos tipos. Recuerdo que uno de los últimos actos de la banda terrorista fue el robo de una gran cantidad de pistolas en una armería de Francia, y también en múltiples incautaciones en zulos se encontraban revólveres que obviamente no tenían un origen militar sino civil.
annual escribió:O sea, que los aterras usaban armas guiadas para sus asesinatos..... perdona pero me dan ganas de reírme, solo el decoro y la seriedad que me caracteriza me lo impiden.![]()
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Si alguna vez ha leído el Reglamento de Armas podrá constatar que no se limita exclusivamente a lo que son guías y licencias sino también a otros aspectos como son las medidas de seguridad pues muchas de las armas usadas por la banda terrorista provenían de robos a civiles. Ahora que ya sabe porque se le exige tener un armero de grado III puede reírse a gusto.
annual escribió:Ojo, yo entiendo que ese cuento sea efectivo para enmascarar los verdaderos fines por los cuales se trata de tener a los ciudadanos desarmados, y seguro que es efectivo en el programa de Ana Rosa o similares,..... pero aquí hay gente que conoce el tema.
Las conspiranoias tienen su público que cree en esa famosa conspiración judeo-masónica-estalinista en la que alguien con mucho tiempo libre se dedica a inventar modos de dominar el mundo mientras acaricia gatos y suelta carcajadas con tono gutural.